En “El camino hacia el oeste”, Bermudillo continúa su camino sobre el puente mágico que se le abrió en la última aventura, e intenta regresar a su casa después de todas las vicisitudes sufridas por la bruja Verdulia. Ese puente está construido sobre un arco iris y, cuando éste se desvanece, nuestro protagonista y el dodo caen al mar, y son recogidos por un galeón español que, como ellos, también intenta regresar a puerto pero no lo consigue debido, sin duda, a los tejemanejes de Verdulia, puesto que su ruta no corresponde con lo que marcan los instrumentos.
Pero los españoles no resultan amigables, puesto que navegan cerca de la Isla Tortuga, y pueden ser presa de los bucaneros. Al estar tan cerca, piensan que Bermudillo puede ser uno de ellos, y lo encierran en la bodega. Al rato, efectivamente, son abordados y el barco tomado por los bucaneros de Isla Tortuga. En este punto nos encontramos con un dato interesante, pues se nos aclarará la procedencia y el significado de “bucanero” que, erróneamente, se confunde con el de “pirata”.
Tras cabalgar el viento del oeste, es recogido por un barco holandés, que se dirige a Amsterdam previo paso por la colonia de Nueva Schagen, probablemente situada cerca de Benin, en la costa esclavista holandesa, en África occidental. Allí Bermudillo declara su repugnancia por el tráfico de esclavos, y compra los que encuentra para, así, liberarlos. A todos menos a una chiquilla de diez años, a la que se ofrece a acompañar de regreso a su poblado. Pero ese generoso gesto es observado por un par de torpes facinerosos que pretenden robarle el hatillo.
Seremos testigos de una muestra de los animales más significativos del continente africano en la nueva misión de Bermudillo. Afortunadamente, consigue llegar a la tribu de su nueva amiga, y le dan una pista de hacia dónde debe dirigirse, pero irá acompañado de los dos facinerosos… ¿Qué le deparará ahora esta aventura? Nada, nada… ¡A leer!
Como es habitual, este tomo de 168 páginas en tapa dura no sólo nos trae estas tres nuevas entregas de las aventuras de Bermudillo, sino que viene cargadito de extras: el primero es un completo artículo obra de Alfons Moliné sobre los autores de “Bermudillo”: Piet Wijn y Thom Roep. En él aprenderemos sobre toda la obra de estos grandes autores, y veremos que, pese a su relativo desconocimiento por parte del público en general, tienen una trayectoria envidiable.
A todo este conjunto se añade una historieta adicional de Bermudillo en la que nos explica de manera sencilla y directa cómo se hace un cómic.
Así que tenéis una nueva ocasión para disfrutar de las aventuras de Bermudillo y de los estupendos y detallados dibujos que la cuentan. ¡Por cierto! Os invito a descubrir a un pez con un chichón. A ver si lo localizáis.