El mundo está envuelto en las tinieblas del miedo, el orgullo y el odio, con el penetrante olor de la magia, la sangre y el humo convirtiendo el aire en una bruma tóxica. Asesino de brujas: La bruja blanca es un grito de socorro en busca de un resquicio de oxígeno. Una oportunidad para sobrevivir. La novela escrita por Shelby Mahurin y traducida por Daniela Rocío Taboada ha sido publicada por el sello Puck.
Ella solo busca huir. Él, cumplir el deber que le han inculcado desde que aprendió a andar. El mundo está dividido por un odio visceral, con muertes envenenadas por la magia y asfixiadas por el fuego.
En medio del caos, Lou quiere sobrevivir. Pero, ¿cómo hacerlo? Todos la odian por el mero hecho de haber nacido bruja, no dudarán ni un segundo en cazarla y atarla a una hoguera si la descubren, y la que creía su familia están dispuestas a todo para atraparla.
Una situación que se complica aún más cuando se ve irrevocablemente atada a Reid, el capitán de la misma guardia que busca convertir a cada bruja en cenizas al viento.
Uno de los elementos destacados de la novela es la mezcla del tropo enemies to lovers con el de matrimonio por contrato. Es caótico, desastroso e intensamente adictivo. Lou y Reid se van acercando con desesperación, producto de una soledad que ninguno de los dos reconoce, y con la desconcertante camaradería de estar en el mismo barco y no quedarles otra que remar para volver a tierra.
La dinámica de los protagonistas no le quita importancia al resto de personajes. Los que salen apenas durante unas páginas logran competir por el foco con facilidad y los que se mantienen durante toda la novela dan muestras de un desarrollo constante y determinado. Especialmente Ansel, quizás porque aún es un adolescente en cuya mente no ha calado el odio ni la sed de sangre.
Mahurin no duda en meterse en el lodazal hediondo y enfermizo que puede producir una guerra con siglos de historia, una en la que los orígenes del conflicto poco importan para los que las combaten, mucho menos para los que las lideran. ¿Qué tienen en mente, entonces? Que corran ríos de sangre y piras llameantes para que los muertos sean vengados.
La seguridad de que solo existe un futuro libre y esperanzador si consiguen erradicar a todo el bando contrario. Esto ha derivado en el ostracismo, la brutalidad, el fanatismo y la histeria. La autora trata de establecer con firmeza las bases y el contexto del que se sustenta la historia y suele mantener un equilibro entre ello y el desarrollo dramático.
La impresión creada por la novela es positiva, a grandes rasgos. Sin embargo, hay partes que no terminan de convencerme ya que me parecían más una distracción que un valor extra. Medio libro está en cursiva porque los personajes utilizan todo el tiempo términos en francés. Este es un aspecto más relacionado con una cuestión de estilo y traducción que con la trama.
Es una decisión que ya está presente en la obra original en inglés, así que tiene más que ver con la pluma de Mahurin que con el trabajo de Rocío Taboada. Aún así, en ambos casos se me hace una elección desconcertante. ¿Por qué un puñado de palabras están en francés cuando el resto del libro está en español?
Puedo entenderlo en el caso de nombres específicos. Por ejemplo, organizaciones como les chasseurs, comunidades como les dames rouges o recetas como los macarons. Sin embargo, el uso para palabras estandarizadas y con fácil traducción como patissiere o mon amie me parece que solo consiguen atiborrar el texto. Más cuando la cursiva no es utilizada únicamente para hacer referencia a las palabras en otro idioma, también cuando los sentidos y la magia se relacionan.
El caso más sangrante se encuentra, precisamente, en el título: Asesino de brujas: La bruja blanca. Aunque el término bruja aparece por todas partes, no es el caso de «la bruja blanca». En su lugar, están les dames blanches. Entonces, ¿por qué poner la versión traducida en la portada y no en el propio texto?
Asesino de brujas: La bruja blanca está cubierta de magia, miedo, sangre y oscuridad. Los ingredientes ideales para poner en marcha una revolución de consecuencias desconocidas, pero indomable e irrefrenable.