Una reinterpretación sagaz, imaginativa y filosófica de la tan conocida historia de Pinocho, la marioneta que acabó dando traspiés en un mundo de locura y lleno de enredos, donde un corazón de madera puede ser tan poderoso y pesado como uno de músculo y sangre. La vida de las marionetas es la obra de TJ Klune publicada por CrossBooks. Cuenta con la traducción de Carlos Abreu Fetter y el diseño de cubierta de Red Nose Studio.
Había una vez un inventor que halló a un niño en medio del bosque. El inventor era un androide y el niño era humano. ¿Existía algo más opuesto? ¿Sería capaz el androide de comprender los sentimientos y las necesidades de un niño? ¿Sería el niño capad de crecer en compañía de un padre inalterable por el paso del tiempo?
La vida de las marionetas cuenta con decenas de inquietudes filosóficas que se enganchan las unas a las otras como ruedas dentadas conectadas entre sí para hacer funcionar el mecanismo que da nombre a la obra.
Victor ha vivido toda su vida en medio del bosque, con la única compañía de su padre Giovanni. Aunque al principio no tenían más que una desvencijada casita en medio del bosque, con el paso del tiempo ésta fue creciendo en torno a los árboles igual que lo hacía el niño. De forma creativa, un tanto disparatada y con el arrojo de que se sabe en su terreno.
Alimentado por el entusiasmo innovador de Gio, Vic no tardó demasiado en meter de lleno la cabeza entre cables, placas, alambres y circuitos. Se convirtió en inventor, al igual que su padre, y reparador prodigio. Fue gracias a ello que el robot aspirador Rambo y a la enfermera computarizada Ratched llegaron a la familia.
Reparar la casa, conseguir alimento, hacer labores de mantenimiento, poner en marcha sus propios proyectos y escaparse a Los Desguaces para encontrar piezas reutilizables. Ese era su día a día. Al menos, hasta que llegó Hap.
Su descubrimiento en los Desguaces y posterior reparación ponen en marcha lo que tradicionalmente se comprendería como «el viaje del héroe». Su vida se ve violentamente interrumpida por tres androides desconocidos y Gio se interpone en su camino para proteger a su hijo a cualquier costo.
Vic inicia su viaje en pos de rescatarle, lo que le introduce en una aventura caótica y variopinta que le demuestra qué implica ser humano en un mundo gobernado por maquinas. Pero Vic no quiere ser un héroe, solo quiere reencontrarse con su padre y volver a casa.
La sociedad de las máquinas nace en oposición a las decisiones de la humanidad. Klune toma la tan repetida frase ecoterrorista de «los humanos son una plaga» y la hace realidad a través de la revolución de las máquinas. Pero, ¿es tan simple como eso? ¿Esa radicalización no anula la esperanza y la naturaleza cambiante del ser humano? La creencia y la certeza de que la humanidad no es inmutable y que, pese a las reticencias, siempre cambia. Porque es finita.
Los androides y los programas inteligentes, el zorro y el gato, solo funcionan mediante la lógica y, por tanto, sus decisiones están basadas en datos y no en emociones ni recuerdos. ¿Eso hace que sus decisiones sean las adecuadas? Klune establece el debate y el choque entre todas estas cuestiones de forma constante, sin brindar una respuesta clara al lector en la mayoría de ellas. Cómo hacerlo, si la propia sociedad robótica está derivando en una replica eterna de la sociedad humana capitalista que solo concibe al individuo como una entidad con un objetivo predefinido y acorde al sistema.
Los androides tienen por objetivo tratar el planeta de forma más sostenible, defendiendo la biodiversidad que la contaminación y el consumo suponen. No obstante, tienen sistemas de transporte capaces de invadir de radiación a cualquier ser vivo que se cruce con ellos, con las posibles mutaciones que eso puede traer consigo.
También establecen puntos de chatarra olvidada como son los Desguaces, montañas gigantescas olvidadas y peligrosas para con su entorno. Teniendo eso en cuenta, ¿no están emulando el mismo comportamiento del ser humano en base a sus propias normas, trampas y necesidades?
Victor, Giovanni, Rambo, Ratched, Hap, el Hada Azul o el Cochero son personajes que dan forma a la historia. Klune los aprovecha para alejarse de la idea que sus semejantes plantean en el cuento de Pinocho. Los transforma hasta crear algo nuevo que no olvida su pasado. Un corazón de madera que crea sus propios recuerdos, pero que no olvida el tiempo que estuvo anclado a la tierra.
Mediante el carácter mecánico de los androides, Klune crea un espacio para hablar del género, la identidad, la sexualidad y la individualidad. Todos factores que determinan a un individuo como único e irrepetible, así como el peso que la memoria puede ejercer en este desarrollo. Inclusive cómo circunstancias como la amnesia, la demencia o los trastornos pueden afectar a dicho individuo y a su entorno.
La vida de las marionetas no habla de la decisión correcta ni de «hacer lo que hay que hacer», tan frecuente en la narrativa de los héroes. Nos encontramos con una historia sobre el libre albedrío, la identidad, los lazos más allá de la comprensión y la melancólica esperanza. Una novela que obliga al lector a enfrentarse a todas y cada una de las preguntas y que no le abandonan aún después de haber llegado al final.