Jean-Louis Tripp nos recuerda que superar un duelo puede ser muy doloroso.
Sufrir la pérdida de un ser querido es una experiencia terrible. Sufrir la de un ser querido que era demasiado joven para morir debe ser un auténtico infierno que no se supera nunca. Jean-Louis Tripp, el autor detrás de ‘El hermano pequeño’ presenció el atropello de su hermano pequeño de 11 años en el verano de 1976 y, ahora, casi 50 años después, ha sacado fuerzas suficientes como para plasmarlo en una historia autobiográfica que nos ha destrozado por completo.
La pérdida siempre te acompaña
‘El hermano pequeño’, publicado en España por Norma Editorial en una edición rústica con solapa de 344 páginas en gran formato, comienza con una nota del autor en el que habla sobre la pérdida, la culpa y el paso del tiempo. Un avance que sirve de aviso de los sentimientos que impregnan una obra tan personal y tan mundana que, hayamos pasado o no por esa terrible experiencia, no podremos hacer otra cosa que conectar con la inmensa tristeza que supura la obra desde su primera viñeta.
El argumento de la obra nos traslada al verano de 1976, momento en el que la familia completa de Jean-Louis Tripp viajaba en carromato recorriendo la Francia rural. Una tarde cualquiera en mitad de la nada, Gilles, el hermano pequeño de Tripp de solo 11 años, fue atropellado por un coche que invadió el carril contrario a gran velocidad, abandonando a la familia y dándose a la fuga en una época en la que no existían los teléfonos móviles, lo que provocó que el niño quedase mal herido durante horas en mitad de la campiña francesa.
La historia de ‘El hermano pequeño’ nos lleva de la mano desde los momentos previos al atropello, pasando por las horas en el hospital, el proceso de avisar a la familia y amigos, el velatorio, entierro y días posteriores a todos esos eventos y, como descubrimos poco después de empezar a leer, cada página es un poco más dura que la anterior. El autor se ha tomado todo el tiempo del mundo para recrear todos los sucesos ocurridos esos días y, de hecho, se ha puesto en contacto con otros miembros de la familia para que le contasen cómo lo vivieron ellos y le dieran detalles desde sus puntos de vista para que la historia fuese más rica en detalles y no quedase nada fuera de la obra.
En nuestro caso, hemos necesitado hacer varios descansos durante la lectura porque las lágrimas y la sensación de tristeza no nos dejaban seguir leyendo. ‘El hermano pequeño’ sabe cómo rompernos por completo con unas escenas cargadas de significado y con pequeños momentos que se quedan grabados a fuego en nuestra memoria después de terminar la obra.
Viñetas desgarradoras
Jean-Louis Tripp ha optado por un estilo de dibujo semi-realista en el que los protagonistas son los tonos grises y beige que nos acompañan a lo largo de toda la obra y que encajan a la perfección con el tono y temática de ‘El hermano pequeño’.
Las viñetas no omiten detalles y no tienen ningún reparo a la hora de mostrar escenas especialmente crudas, desgarradoras o violentas. En este caso, creemos que el objetivo no es solo impactar al lector, si no conseguir que el propio autor sea capaz de expulsar todos los recuerdos que lleva cargando a sus espaldas durante años.
Conclusiones de la reseña de El hermano pequeño
El hermano pequeño no es una obra para todo el mundo. Si decides adentrarte en ella, tienes que tener claro que te va a doler y, en más de una ocasión, no vas a poder aguantar las lágrimas. La crudeza y tristeza que envuelven esta historia nos ha parecido más real y cercana que otras con temáticas similares que hemos leído en el pasado, lo que ha contribuido a impactarnos de lleno en el pecho.
Sin duda, una lectura profunda e interesante para todos aquellos que sean capaces de adentrarse en ella.
