Tenía muchísimas ganas de que llegase hasta mis manos la conclusión, por ahora, de las aventuras de Úrsula López y su continuo pasar por esta vida de decepciones, malas decisiones y tormentos dietéticos. En “Qué ganas de no verte nunca más” tenemos, por fin, el desenlace de una historia de catastróficas desdichas y malentendidos que comenzó en “Mujer equivocada”.

Úrsula López y la eterna Ley de Murphy

“Everything that can go wrong will go wrong” (Nevil Maskelyne)

En “Lágrimas de cocodrilo” habíamos dejado a Úrsula en un estado catatónico después de haber participado en el asalto a un furgón blindado. Este crimen, organizado por el siniestro abogado Antinucci cumplía a la perfección la Ley de Murphy: no solo habían hecho volar por los aires a los conductores del furgón y asesinado a varios vecinos que se alertaron por el ruido sino que, cuando Úrsula apareció en escena, motivada por su eterno deseo de tener dinero y acudir a una clínica de adelgazamiento, disparó a Ricardo el Roto en el estómago y, compinchada con el meapilas Germán, se llevó todo el dinero.

Pero ahora, ha pasado un mes y el dinero no aparece, y todo porque el maldito abogado de las gafas de sol, chimenea andante, se metió en medio con un lanzamisiles y persiguió a Úrsula hasta su casa. Así que ella, que ha olvidado hasta limpiar las estatuillas japonesas herencia de su padre, tan solo sobrevive en medio de la paranoia de que Germán ha huido con la guita y que Antinucci espera el momento perfecto para hacerle daño.

Y Germán, el triste colaborador que sacaron de la cárcel para ayudar en todo este tinglado, se encuentra encerrado en un piso ajeno temiendo que Úrsula esté MUY enfadada por no haberla llamado desde hace un mes, que la policía lo esté siguiendo o que los malos a los que ha robado el botín hayan encontrado su escondrijo.

Con estos telares empieza “Qué ganas de no verte nunca más”, la novela que cierra el arco que comenzó con la muerte de la tía Irene en “Mujer equivocada” y que nos traslada las aventuras de la traductora Úrsula López, una mujer que parece reacia a la aventura pero a la que la aventura y las malas decisiones la persiguen.

Ahora, Úrsula deberá enfrentarse a toda la mafia montevideana, ya que Antinucci y todos sus perros fieles saben que fue ella la que escapó con los sacos de dinero después de disparar al Roto. Pero también la policía anda detrás de sus pasos gracias al mismo abogado y, lo que no sabe Úrsula es que su hermana Luz decide incorporar un elemento más a su drama: una investigadora privada, Jack, que también seguirá su respiración día y noche.

La prosa de Rosende: un sprint en los Campos Elíseos

El sprtint final de los Campos Elíseos que da final al  Tour de Francia viene precedido siempre de un millón de vueltas a la ciudad, tragos de champán y felicitaciones al ganador pero, cuando se entra en la última vuelta y se encara la meta, los ciclistas vuelven a su ser y lo dan todo, porque ganar en los Campos Elíseos es conseguir la inmortalidad.

Sucede igual aquí, mucha parte de «Qué ganas de no verte nunca más» son las vueltas a París en esa espera tensa de que suceda lo inevitable: que puede ser tanto una victoria épica, pírrica o acabar convirtiéndote en Laurent Jalabert en el sprint de 1994. Y es cierto que Úrsula, por su forma de ser, parece que tiene todas las papeletas de esto último. Sin embargo, a pesar de sus innumerables traumas infantiles, de la comparación eterna con su hermana, es una mujer de recursos y hará todo lo posible para conseguir el dinero y repartírselo con Germán de la mejor manera posible.

Mercedes Rosende es una maga de las letras. Me encanta todo en su escritura: es una prosa ágil que no te suelta el cerebro en ningún momento, incluso cuando describe las estatuillas japonesas parece que hay un cartel de neón detrás que grita: ¡Alerta, Úrsula está a punto de liarla de nuevo!  Y los personajes no son perfectos, creo que es bastante imposible que a alguien le pueda caer extremadamente bien Úrsula pero claro, tampoco mal, es como la amiga que siempre llega tarde pero luego te echas unas buenas risas y perdonas haber estado esperando bajo la lluvia durante una hora (me ha pasado).

En las tres novelas que narran la historia de Úrsula López también encontramos muchísima crítica social, muchísimas referencias a la soledad, al paso de la vida, a convertirse en algo que no querías ser, la necesidad de mantener las ilusiones aunque tu vida se limite a trabajar desde una casa en la que el ascensor no funciona desde hace meses y dedicar los domingos a limpiar estatuillas japonesas. Especial mención quiero hacer al túnel de los Tupamaros, que aparece en algún momento del libro que no desvelaré y que es importante en la trama, ya que fue por el que escapó el expresidente de Uruguay, Pepe Mújica y otros cien presos políticos del país.

Mercedes Rosende: una autora reconocida internacionalmente

De Angelina Dati – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0.

Es uruguaya y eso queda patente en sus novelas, ambientadas en Montevideo, aunque reside en España. Empezó a publicar novelas con más de cincuenta años pero se ha convertido, rápidamente, en una autora reconocida internacionalmente y con mucha de su obra traducida a varios idiomas.

En 2019 ganó el prestigioso premio LiBeraturpreis, de la Litprom de Fráncfort. Pero también ha ganado, entre otros, el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura de Uruguay en 2014 y el Premio del Concurso de Cuentos del Festival Buenos Aires Negra en ese mismo año.

Qué ganas de no verte nunca más” es la tercera parte de las aventuras de Úrsula López, precedida de “Mujer equivocada” y “Lágrimas de cocodrilo”.

Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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