CRÍTICA DE HUGO MIER CALLEJA
Generación Xixón Sound. Asturias, años 90. A inicios de la década, una efervescencia bulle en el Milán, el campus de humanidades de la Universidad de Oviedo. Un nutrido grupo de estudiantes con inquietudes culturales, especialmente musicales y originarios sobre todo de Gijón, empezarán a formar grupos y dar conciertos en las fiestas del campus. Sus influencias proceden principalmente de grupos de rock independientes anglosajones como Pixies, Dinosaur Jr., Sonic Youth o Hüsker Dü, por lo que cantan en inglés e independientemente de si tratan de escapar de la tendencia mayoritaria en la música española como si no, se mueven en una dirección totalmente contraria a las que habían sido las corrientes imperantes en el pop y el rock patrio, imbuídos de cierta pose elitista otorgada por la insolencia de la juventud y la conciencia de estar algo distinto y rompedor.
Los orígenes
Dos características definen esta ola de grupos asturianos: por un lado, lo heterogeneo de sus estilos: a pesar de compartir influencias, pronto empiezan a diferenciarse y recorrer caminos distintos aunque paralelos en lo que su sonido se refiere. Por otro lado, se trata de una comunidad unida y colaborativa: los miembros de estos grupos se conocen entre sí, muchos tiene lazos de amistad y la colaboración y el apoyo mutuo es la norma por encima de las diferencias estilísticas.
Una noche en el bar La Plaza, Luis A. Mayo, cantante de The Screamin’ Pijas, Javier Rodríguez, guitarrista de Kactus Jack, y Roberto Nicieza, batería de Australian Blonde, consensuan la idea de fortalecer el movimiento en una camiseta con el eslogan “Córtate el pelo, cambia de vida». Deciden presentarlo como una escena musical y un movimiento cultural y, de cara al exterior, se percibe como algo firme y afianzado.
La escena corporativa se asienta, el fenómeno local pronto se convierte en movimiento cultural y las bandas de Asturias, en particular de Gijón, comienzan a traspasar El Puerto de Pajares y a sonar por toda España. El público y la prensa nacionales intentan darle una cohesión a este movimiento a través de un paralelismo con la escena grunge de Seatle que en esa época estaban arrasando a nivel mundial. Ambas eran ciudades portuarias con un pasado industrial, afectadas por un clima húmedo y lluvioso. Además, en ambos casos, las influencias eran similares y ambas escenas aparecieron de forma paralela.
Salto a la fama
Este salto a la fama a nivel nacional viene acomnpañado de todo lo que implica: más éxito y proyección para unas bandas que no buscaban ni esperaban tales cosas. Nace entonces El apelativo Xixón Sound, que se le ocurre a Iñaki, programador de la madrileña Sala Siroco, para el flyer de un concierto en el que tocan Penelope Trip, Eliminator Jr., Yellowfinn y Manta Ray. En el programa Diario Pop en Radio 3, Jesús Ordovás lee el flyer con la etiqueta Xixón Sound (pronunciándolo como si fuera inglés: “xáixon”) y a partir de entonces, se comienza a referir a las bandas de Gijón con dicho término. Nacen nuevos sellos independientes, dedicados a publicar discos de esas bandas indies: Waco, Subterfuge, Elefant, Munster, Acuarela, Grabaciones en el Mar, Siesta, Limbo Starr, Caroline, Astro…
Se crea una red de circuitos con salas de conciertos y aparecen grandes festivales como Doctor Music Festival (Lleida), Primavera Sound (Barcelona), FestiMad (Madrid) y especialmente el Festival Internacional de Benicàssim (FIB). Paradójicamente esa anti movida, de estructuras alternativas y despreocupadas por el éxito comercial, acaba sucumbiendo a los pasos prestablecidos por el sistema. A pesar del rechazo explícito, algunas bandas caen en el abrigo de las multinacionales y se dejan mecer por el éxito.
El Xixón Sound, simplemente es una etiqueta bajo la que agrupar a las bandas asturianas en un momento determinado. Una etiqueta que define a una generación y unos años con mucha producción, algunos talentos y una coincidencia generacional.
Una generación, que aún hoy, no se apea de la música.
Opinión
Generación Xixón Sound ofrece un recorrido a través de la historia de este movimiento para ofrecer una compresión lo más profunda posible: desde los precedentes, pasando por su evolución hasta su desaparición como fenómeno, pero no como etiqueta de un momento que marcó ala ciudad de Gijón y la situó en el mapa musical y cultural español, su relación con otras manifestaciones culturales, como el propio FICX. Un documental imprescindible para entender lo que fue aquello para quienes no lo vivieron y para revivirlo para quienes si estuvieron ahí. Quizá sólo se le puede achacar pasar por alto otro fenómeno similar como fue el caso de Granada, el otro gran polo del rock independiente de España fuera de Madrid o la labor de la efímera Televisión Local Gijón (TLG) que también dio visibilidad a estos grupos, ayudando a hacerles llegar a un público que de otra manera no hubiera tenido conocimiento de ellos. También se le puede achacar algún problema de ritmo, con un inicio un tanto atropellado y una mejor dosificación de la información, ya que la cantidad de testimonios y de datos que se dan puede ser abrumadora.
Sin embargo, las virtudes superan a los defectos en el balance final. Generación Xixón Sound es un documento de primer orden del allí y entonces. Altamente recomendable.