Miranda Zero busca en sus compañeros gente con habilidades diferentes y únicas, debido a la naturaleza de sus misiones, las cuales van desde desactivación de bombas y rescates de rehenes, a agentes del KGB con la habilidad de crear portales, un soldado mejorado con implantes cibernéticos que ha perdido el control, o el inexplicable suceso que ha dejado a todo un pueblo catatónico.
La Frecuencia Global en sí tiene un funcionamiento propio, el cual justifica su nombre. Cada uno de los 1001 agentes tiene un teléfono especial, que solo recibe llamadas de la Frecuencia. Con ellos se comunican y preparan para sus misiones, todo ello coordinado en la Central de Operaciones por Aleph, una joven con habilidades informáticas y gran intelecto y Miranda Zero, la intrépida líder, siempre preparada y dispuesta a salvar el mundo, enfrentándose a quien se tenga que enfrentar, ya sean terroristas, militares o políticos.
Y aun así, no es una serie lenta sobre cosas “de nerds”, sigue cargada de acción y misterio. Un capítulo es directamente una carrera a contrarreloj haciendo parkour. Otro, un grupo de asesinos expertos haciendo su trabajo, o un barrio infectado por gente que asemejan zombies. Y por otro lado, vemos cómo un detective realiza su trabajo lógico y metódico para localizar a unos secuestradores, o cómo justifican que un ángel no ha bajado a la tierra, sino que ha sido una reacción natural.
Frecuencia Global es una serie amena, fácil de leer, y que puedes comenzar por cualquier capítulo sin que eso afecte en absoluto, pues exceptuando a Miranda Zero y Aleph, el resto de personajes y enemigos son autoconclusivos, aparecen, se resuelve el dilema y a otra cosa en la siguiente página.
Cada capítulo tiene su propio sabor, su propia atmósfera y su propia identidad. Eso es, en parte, debido a que cada capítulo cuenta con su propio dibujante, adecuado a la necesidad de cada argumento (¿o quizás el argumento adquiera esos matices por el dibujo?). Desagradable para los mejorados genéticamente o los que actúan como zombies, muy detallados en los personajes cuando son capítulos, directamente, sobre personas, y llenos de movimiento cuando las cosas deben hacerse a contrarreloj.
El único equipo que permanece constante es el formado por Warren Ellis en el guión, Brian Wood en las enigmáticas portadas (siempre relacionado, de una forma u otra con la trama del capítulo), y David Baron para el color.
Frecuencia Global es una buena optativa si andas buscando un buen cómic si te gustan series como Fringe, o si estás interesado en la Ciencia Ficción, pues dar los primeros pasos con esta serie se hace muy agradable, debido a su facilidad para dejarse leer y sus historias, que no dejan de ser interesantes.
Para los curiosos, la Warner Bros llegó a rodar un capítulo piloto sobre esta serie, que cosechó muy buenas críticas, pero que no llegó a emitirse. Si buscáis, quizás lleguéis a encontrar el capítulo piloto escondido en la red. Yo, desde luego, pienso buscarlo.