A estas alturas del 2016, es muy posible que muchos jugadores ya hayan oído hablar o, directamente, hayan disfrutado durante horas de todo lo que ofrece Tropico 5, la última entrega de esta saga de «city builders» creada originalmente por PopTop Software. Esta quinta entrega de la serie llegó a los PC de todo el mundo en julio de 2014 y un año después hizo lo propio en PlayStation 4 y Xbox 360, demostrando a los más incrédulos que cada vez es más sencillo disfrutar en consolas de juegos de estrategia que han nacido y crecido bajo el manto de la exclusividad del PC.
Ahora, a mediados de 2016, Haemimont Games, el estudio detrás de esta quinta entrega, y Meridiem Games, la distribuidora en España, han lanzado la Penultimate Edition del juego en Xbox One, para terminar de captar a los jugadores que aún no habían disfrutado del título recompensando la larga espera con una edición de precio reducido que incluye todo el contenido adicional lanzado durante estos años. De esta forma, la versión de la sobremesa de Microsoft se convierte en la opción perfecta para disfrutar por primera vez de esta entrega o, incluso, para iniciarse en una saga que cuenta con un nivel de profundidad mucho mayor del que pueda parecer en un principio.
Esta quinta entrega de Tropico nos vuelve a poner en la piel de El Presidente, la figura que ostenta el poder en una isla paradisíaca en la que tendremos que gobernar con mayor o menor firmeza a una colonia que, según vaya pasando el tiempo, podrá crecer hasta convertirse en una gran ciudad con todo tipo de necesidades. Como en todos los juegos del género, nuestro objetivo será administrar ciertos recursos y elementos (dinero, materias primas, trabajadores, población…) para hacer crecer la ciudad de la manera más próspera posible sin que el pueblo se revele contra nosotros e intente derrocarnos.
Por tanto, la estructura básica del juego consiste en gestionar con cuidado la construcción de todo tipo de infraestructuras que nos permitan, poco a poco, ir dando forma a una ciudad desde sus cimientos, mientras luchamos por no entrar en bancarrota por el camino. Así, durante los primeros compases de la partida será fundamental construir campos de cultivo o granjas para obtener comida, aserraderos para conseguir madera con la que construir y comerciar, minas, establos y, sobre todo, un puerto para ponernos en contacto con otros países cercanos para establecer rutas comerciales que nos permitan exportar nuestros excedentes y recibir todos aquellos materiales y materias primas que no podamos obtener en la isla.
Con el paso de los meses, el juego nos llevará a vivir diversos momentos críticos de la historia reciente de la Humanidad. Al empezar a jugar, lo haremos en la época Colonial pero, poco después, tendremos que intentar prosperar en medio de la II Guerra Mundial o incluso en la Guerra Fría. Por supuesto, la llegada de cada etapa nueva trae consigo multitud de novedades y elementos a tener en cuenta que pueden llegar a complicar seriamente la partida.
Como decíamos, al principio tendremos que limitarnos a construir establos, granjas, minas o pequeños bloques de edificios donde albergar a nuestros amados ciudadanos pero, con el paso del tiempo, podremos acceder a la construcción de iglesias, bibliotecas, universidades, estructuras y unidades militares, fábricas de todo tipo e incluso instituciones gubernamentales. Lo importante será saber mantener un equilibrio entre la entrada y salida de dinero y materiales y la construcción de todos estos edificios.
Por otro lado, el paso del tiempo nos permitirá adentrarnos mucho más en el gobierno de nuestra nación. Así, una vez que construyamos la biblioteca, tendremos acceso a múltiples opciones, como la de escribir nuestra propia Constitución, en la que podremos decidir, por ejemplo, si queremos que la población pueda elegir de forma voluntaria si quiere ingresar en el ejército o no o si, por el contrario, obligaremos a los mayores de 16 a alistarse durante varios años y a estar preparados para entrar en combate en cualquier momento de su vida. Todas estas decisiones nos permitirán dirigir nuestra nación hacia una dictadura o un estado democrático y será así cómo podremos ganarnos el favor del pueblo o perderlo y arriesgarnos a sufrir una revolución que acabe con nuestra cabeza en una pica.
La variedad de opciones disponibles para definir el futuro de nuestra nación son bastante amplias, permitiéndonos abordar temas como la religión, la educación, derechos civiles y militares, relaciones comerciales internacionales y mucho más en las que tendremos que tener en cuenta que una decisión equivocada puede terminar con nuestro gobierno.
Pero si solo se limitara a esto, Tropico 5 no dejaría de ser un city builder más pero ambientado en un paraíso tropical. Sin embargo, Haemimont Games ha habilitado una amplia serie de opciones que nos permitirán movernos entre la legalidad y la corrupción absoluta. De hecho, desde los primeros compases de juego, podremos promulgar un decreto por el que el precio de toda nueva construcción lleva incluido un impuesto del 20% del precio base del edificio. Lo interesante es que, de ese 20%, el 10% va directo a nuestra cuenta privada en Suiza, la cual veremos llenarse de ceros rápidamente si sabemos movernos bien en el mundo de la corrupción.
Conforme pase el tiempo, los grupos políticos y religiosos jugarán un papel fundamental al posicionarse a favor o en contra nuestra. En los casos en los que veamos que un grupo rival empieza a complicarnos las cosas demasiado, podremos intentar sobornarlo, intimidarlo o, si nos cae especialmente mal, asesinarlo rápidamente.
Obviamente no podremos optar siempre por la opción ilegal, ya que según aumente el nivel educativo de nuestros ciudadanos, más sencillo será que tengan recelos de algunas de las acciones más turbias, lo que podría suponer, una vez más, una revolución.
Pero no solo de construcciones y decretos ilegales vive el juego. Como en todo city builder que se precie, podremos modificar de forma individual ciertos aspectos de cada construcción importante. Así, podremos contratar a personal más cualificado en bibliotecas o universidades, subir o bajar el sueldo a los trabajadores de ciertas empresas en función de su rendimiento o incluso poner de gerente a uno de nuestros hijos para que empiece a labrarse un nombre y, en el futuro, pueda sucedernos como Presidente de la nación.
En lo que respecta a modos de juego, el título cuenta con varios modos para un jugador como el Modo Misión, en el que tendremos que superar fases con objetivos muy concretos, el clásico Modo Campaña o el Modo Paraíso Tropical en el que podremos jugar sin tener que estar pendientes de un objetivo concreto. Ya de por sí estos modos nos mantendrán enganchados durante decenas de horas pero, además, el juego cuenta con un modo multijugador online para un máximo de cuatro usuarios en el que se podrá colaborar o competir con otros jugadores para alzarse como la nación más prospera de todas.
A diferencia de otros títulos de estrategia, el hecho de que la acción del modo multijugador transcurra en tiempo real, aporta un gran dinamismo a las partidas que nos permitirá pensar en modos de adelantar a nuestros rivales con la investigación de cierta tecnología o materiales que nos permitan ganar el apoyo de otros jugadores.
Durante las horas que hemos jugado, no hemos tenido problemas de lag y el tiempo de búsqueda de partidas no es demasiado elevado, por lo que parece que este modo de juego podrá dar mucho más juego del que puede parecer.
A nivel técnico, Tropico 5 luce prácticamente igual que la versión de PlayStation 4, que a su vez no luce mucho mejor que la versión de Xbox 360. En general, el modelado de los edificios es sencillo, pero lo suficientemente llamativo para permitirnos diferenciar un edificio de otro en cualquier momento. El movimiento de los ciudadanos que pasean por las calles de nuestra ciudad mantiene el nivel de sencillez visto en otros títulos del estilo, por lo que no encontramos ningún elemento gráfico que consiga sorprender.
Los efectos de niebla que oscurecen las zonas de la isla que no hemos explorado y la iluminación mantienen el nivel aceptable del resto del juego. Aunque los juegos de este género no necesitan un apartado gráfico brillante, si hubiera sido interesante que, al menos, hubiera tenido un nivel de calidad algo mayor.
Mientras que el apartado gráfico no destaca, el sonido ha sido cuidado al detalle desde el primer momento. Tropico 5 cuenta con una banda sonora muy extensa repleta de temas con temática cubana y tropical que encajan a la perfección con la ambientación del juego. Además, los efectos de sonido como los ruidos de las fábricas y el jaleo habitual de una ciudad han sido tratados al detalle.
El juego cuenta también con un completo doblaje al castellano que ha conseguido interpretar unos papeles sobreactuados magníficos, lo que nos permitirá disfrutar de diálogos llenos de humor que nos sacarán más de una carcajada.
Conclusión
Tropico 5 Penultimate Edition es la opción perfecta para todos aquellos amantes de la estrategia en tiempo real y los city builders que busquen un título para consola con el que pasar horas delante de la televisión durante las calurosas tardes de verano que están por venir. Es cierto que a nivel técnico no está a la altura pero consigue compensarlo con su gran profundidad a nivel de mecánicas y jugabilidad.
