Ni que decir tiene que, tras descubrir tanto los paquetes ocultos como la existencia de una abuela paterna de la que nunca le habían hablado, Cloe monta un buen numerito apra que sus padres confiesen. Efectivamente, tiene una abuela en Sadabad, Uttar Pradesh, India. Sólo saca en claro que la circunstancia por la que se le ha ocultado es delicada, pero que, ante su tozudez y determinación a viajar para conocer a su abuela, le permitirán ir incluso pagándole el billete.
Y es en este punto en el que la historia se pone interesante: una muchacha de un pueblo llamado Nimbodi, al este de Bombay (Mumbai), salva a la joven de caer en una red de trata de blancas y es llevada a su pueblo. Allí conoce a un grupo de muchachos de varias nacionalidades que trabajan para una ONG, y que se ofrecen a ayudarla a llegar a Sadabad. Descubre también la profesión de la muchacha india que la ayudó a huir de Bombay: una devadasi. ¿Y qué es eso? Una de las consecuencias de nacer en la casta más baja dentro de la población india, puesto que las niñas son ofrecidas a la diosa Yallamma y, una vez alcanzada la pubertad, pasan a ser un bien público cuya misión es proporcionar satisfacción sexual a los hombres del pueblo. No pueden negarse ni casarse. Pese a que es una práctica prohibida desde el año 1988, es una práctica que se sigue haciendo, y que es difícil que se erradique el todo, dado el arraigo de las costumbres ancestrales hindúes.
Pero sigamos: a partir de este momento seremos testigos de un buen montón de microhistorias, una pequeña trama de amor y una de “Capuletos y Montescos” relativa a la abuela de Cloe a la que, finalmente, encuentra en Sadabad. ¿No te animas a descubrirla en este bonito aunque un punto convencional relato?
Habrá quien me pregunte a qué me refiero con eso de “un punto convencional”, y os lo voy a explicar: ¿Me refiero acaso a que es una historia poco original? No. La historia es totalmente original, pero el arquetipo de la “joven rebelde” que busca respuestas ante una circunstancia que sus padres ocultan es un punto de partida bastante manido que estamos muy acostumbrados a ver en las películas del mediodía de los fines de semana en Antena 3. Y eso sin dejar de lado que tenemos otro ejemplo de “novela de viaje” que supone un rito de paso para los protagonistas, una especie de catarsis para Cloe, que terminará desprendiéndose de lo superfluo tras su experiencia oriental.
No obstante, pese a la juventud de los autores, se aprecia un gran mimo por su parte a la hora de haber creado y documentado toda esta historia. Pese al reconocimiento expreso de no haber estado en la India nunca, capturan muy bien el ambiente de las abigarradas calles, así como de los monumentos y lugares más emblemáticos (sobre todo los de Agra, por cierto), y las grandes desigualdades sociales en el país del subcontinente –de las que normalmente no tiene noticia el turista occidental-.
Y no nos dejemos de lado hablar de los autores: por un lado tenemos a Xavi Reñé , el guionista de la historia; y por otro a Sonia “Sasa” Pellejero . Dos jóvenes valores que han sacado adelante este volumen de 96 páginas en tapa dura que edita Diábolo Ediciones . Sólo puedo decir que de casta le viene al galgo, pues estamos ante una historia visualmente agradable que combina eficazmente elementos de la BD más puntera con toques manga muy detectables sobre todo en las expresiones (es un estilo que recuerda poderosamente al de Bastien Vives). Y eso sin dejar de mencionar el falso efecto de “inacabado” de este tipo de dibujo. Una combinación muy interesante apoyada en un guión sólido que, pese a esa convencionalidad que hemos mencionado antes, no deja de suponer un gran trabajo sin fisuras argumentales.
En definitiva: un viaje documental por toda la India que supone un camino de aprendizaje que no dejará indiferente a nuestra protagonista, y que la cambiará para siempre hasta el punto de que no volverá a ser la misma y añorará ese pintoresco caos del subcontinente. Las últimas cuatro páginas son muy clarificadoras al respecto, y suponen un estupendo cierre de la historia.
Un cómic agradable y sencillo de leer realizado por dos jóvenes valores que, visto lo visto, merecen el apoyo del público. ¿Que quizá son artistas a los que les falta un puntito todavía? Tal vez, pero menudo primer trabajo se han marcado. Merecen, sin duda, una oportunidad de ser leídos para que sigan apostando por ellos. Talento patrio en estado puro que promete grandes cosas y por el que hay que apostar de manera decidida.
¡Hacedle un hueco en vuestras estanterías!