Tras su anuncio en el E3 2014 y su presentación definitiva en la feria del pasado mes de junio, Nintendo demostró a todo el mundo que no tiene ningún miedo a experimentar con cualquiera de sus sagas. En los últimos meses hemos visto juegos como Tri Force Heroes o Federation Force, que aprovechan el universo de sagas como Zelda o Metroid para ofrecer experiencias totalmente alejadas del concepto habitual de la franquicia y, en el caso de Star Fox Zero, Nintendo ha decidido utilizar esta nueva entrega para experimentar todo lo posible con el sistema de control de su consola de sobremesa.
Desde su primera demo jugable en el E3 2015, las reacciones negativas al nuevo sistema de control de Star Fox Zero no han dejado de multiplicarse en la red hasta prácticamente el día de lanzamiento oficial de un título que, además, también ha estado rodeado de polémica debido a su limitado apartado técnico debido a la necesidad de mostrar la imagen del juego de forma simultánea en la pantalla de televisión y en el Gamepad para adaptarse al nuevo sistema de control.
Entonces, ¿es de verdad Star Fox Zero la oveja negra de la saga de acción espacial? Quédate con nosotros hasta el final del análisis para descubrirlo.
Lo primero que hay que dejar claro de esta nueva entrega de Star Fox es que el subtítulo Zero no está puesto por casualidad. En un intento por devolver la saga a sus inicios, Nintendo ha decidido obviar todos los sucesos ocurridos después de la entregas de SNES y volver a contar el conflicto en el que se vio envuelto el Sistema Lylat después de que Andross se exiliara a Venom para crear su propio ejército con el que conquistar la galaxia. Por tanto, esta entrega nos guiará a través de escenarios clásicos como la ciudad de Corneria, Titania, Fortuna o el mismísimo Venos, mientras hacemos frente a los cientos de enemigos enviados por Andross para acabar con toda forma de vida conocida.
El desarrollo del juego y sus mecánicas básicas son prácticamente idénticas a las vistas en Star Fox 64, es decir, el título cuenta con una jugabilidad puramente arcade en la que tendremos que superar una serie de misiones de entre cinco y 20 minutos de duración en las que, además de superarlas con éxito, tendremos que intentar conseguir la mayor puntuación posible y completar ciertos objetivos secretos para desbloquear las más de 70 medallas secretas que hay disponibles a lo largo del juego.
De esta forma, aunque completar el juego por primera vez pueda llevarnos una media de tres o cuatro horas, tendremos que rejugar el juego decenas de veces antes de completarlo al 100%. Por supuesto, al igual que en Star Fox 64, ciertas misiones tendrán rutas y caminos secretos que tendremos que investigar para llegar a nuevas fases provocando ligeras variaciones en la historia. Desbloquear estas zonas secretas puede llegar a ser bastante complicado, por lo que la duración del título se disparará si intentamos encontrarlas todas.
En lo que respecta al desarrollo de las misiones, pese a lo que pudiera parecer en los primeros vídeos publicados por Nintendo, la acción es constante y el ritmo de juego es más frenético que el de entregas como Star Fox 64 o Assault, dejando claro que la mano de Platinum Games ha conseguido solventar uno de los problemas que más preocupaban a los fans. Además, la variedad de tareas a realizar en cada misión es mayor de lo habitual, por lo que constantemente estaremos protegiendo a Falco, Peppy y Slippy de naves enemigas, destruyendo misiles, defendiendo bases y estructuras importantes, luchando contra el equipo Star Wolf o enfrentándonos a gigantescos jefes finales con patrones de combate que se alejan por completo de la simplicidad vista en Star Fox 64 para ofrecer retos que llegan a ser terriblemente complicados.
A lo largo de cada uno de estos niveles encontraremos tramos que siguen la clásica estructura lineal o «sobre raíles» vista en entregas como Star Fox 64, en las que tendremos que limitarnos a avanzar hacia adelante mientras eliminamos a todas las formas de vida que se crucen en nuestro camino, pero en ciertos momentos de los niveles llegaremos a zonas amplias en las que podremos movernos con libertad. Estas últimas zonas suelen utilizarse como excusa para hacer que nos enfrentemos a grandes grupos de enemigos, jefes finales o para que defendamos ciertas estructuras mientras los enemigos intentan destruirlas desde decenas de posiciones distintas.
Aunque lo explicado hasta ahora pueda aplicarse a casi cualquier entrega de la saga, Star Fox Zero ha incluido varias novedades que no serán del gusto de todos. La primera y más importante es el sistema de control que Nintendo y Platinum Games han decidido incluir para cada tipo de nave.
Cuando estemos pilotando el famoso Arwing, en la pantalla de la televisión veremos la acción como la hemos visto siempre, es decir, en una vista en tercera persona con la retícula del cañón moviéndose por la pantalla para indicarnos la dirección de los disparos. Mientras tanto, en la pantalla del Gamepad veremos la acción desde el interior de la cabina del Arwing de Fox, permitiéndonos apuntar con mayor precisión a todos los enemigos que aparezcan en pantalla, ya que, a diferencia de otros títulos de la saga, en esta ocasión apuntar desde la perspectiva en tercera persona, será mucho más complicado. Además, ahora moveremos la mira del Arwing con el giroscopio del Gamepad, por lo que podremos apuntar en una dirección mientras la nave la estamos dirigiendo hacia otra dirección distinta, lo que nos dará libertad total a la hora de apuntar.
De esta forma, cuando juguemos con el Arwing tendremos que alternar la vista constantemente entre la pantalla del Gamepad, para poder apuntar con precisión a los enemigos, y la pantalla de la televisión, para poder esquivar sin problemas los múltiples obstáculos que encontraremos a lo largo de los escenarios, mientras movemos el mando para poder apuntar. Aunque pueda parecer complicado, lo cierto es que una vez que lo dominamos, este sistema de control llega a ser bastante entretenido, aunque es cierto que, en ciertos momentos, se ve demasiado forzado, sobre todo cuando utilicemos el botón para fijar objetivos, algo imprescindible en combates contra jefes finales o en los momentos en los que tengamos que defender estructuras concretas. Pues bien, por algún motivo, una vez que pulsemos el botón de fijar objetivo, la mira desaparecerá de la pantalla de la televisión y solo podremos apuntar desde la pantalla del Gamepad, algo que vemos totalmente innecesario.
Pese a sus problemas, lo cierto es que el control del Arwing termina siendo intuitivo, divertido y agradable de utilizar, siendo sin duda las fases más divertidas de todo el juego. Sin embargo, en el momento en el que Fox se pone a los mandos de cualquier otro vehículo, el control termina siendo el principal enemigo del juego. En las fases en las que pilotamos el Arwing existe la opción de transformarlo en un vehículo terrestre al que Slippy ha bautizado como Walker y, aunque su potencia de fuego y velocidad son envidiables, el control y la cámara de este vehículo dan problemas en muchas ocasiones, haciendo que fases que deberían ser tremendamente divertidas se conviertan en paseos tediosos en los que nos costará apuntar incluso a los enemigos inmóviles.
En el caso del Girowing, una especie de vehículo aéreo con dos hélices, el problema viene tanto por el control como por el propio concepto de las misiones en las que lo usamos. Las entregas mejor valoradas de la saga Star Fox han sido aquellas en las que el frenetismo, la táctica y la velocidad han sido las protagonistas de la mayor parte del juego y es por eso que choca ver cómo Nintendo y Platinum Games han decidido incluir ciertas fases de sigilo en las que tendremos que usar este nuevo vehículo para pasar desapercibidos. Estas fases suelen consistir en moverse por entornos más o menos cerrados esquivando focos de vigilancia y enemigos mientras nos dedicamos a sabotear ciertos elementos de importancia para el ejército rival. Para ello, el Girowing está equipado con un robot al que controlaremos en primera persona desde la pantalla del Gamepad y al que usaremos para utilizar las pantallas de control del ejército de Andross. Aunque la sensación de sigilo está bien conseguida y en ciertos momentos serán muy divertidas, lo cierto es que, por lo general, estás fases rompen el ritmo del juego debido al control algo tosco del vehículo y a la necesidad de avanzar con excesiva lentitud para pasar desapercibidos.
Por último, el Landmaster vuelve a ser el protagonista de las misiones terrestres y, además, se ha incluido una modificación que le permite volar durante unos segundos para llegar a zonas elevadas desde las que afrontar los combates desde perspectivas distintas. El control del Landmaster también aprovecha las capacidades del Gamepad, pero, a diferencia del Girowing y el Walker, lo cierto es que el control de este vehículo es muy divertido e intuitivo.
En lo que respecta a modos de juego, Star Fox Zero cuenta con un modo historia que nos permite ir avanzando en la historia poco a poco y rejugar niveles de forma individual para mejorar nuestra puntuación. Por suerte, una vez completado este modo de juego por primera vez, desbloquearemos el clásico modo arcade en el que tendremos que completar todo el juego de un tirón intentando conseguir la mayor puntuación en cada nivel, ya que no tendremos la opción de rejugarlos para mejorar los resultados obtenidos.
En lo que respecta al apartado técnico, Star Fox Zero demuestra no estar a la altura de lo que se espera de una producción de Nintendo para una máquina con la potencia de Wii U. Los escenarios nos llevarán a recorrer desiertos, picos nevados, ciudades en ruinas, laboratorios y bases secretas y campos de asteroides entre otros muchos, pero lo que todos ellos tienen en común es la falta de un acabado visual a la altura de lo esperado.
Las texturas de escenarios, naves aliadas y de enemigos son demasiado planas y simples, sin detalles ni elementos que demuestren que no seguimos en la época de GameCube. Además, el acabado de efectos como el de explosiones o disparos tampoco lucen al nivel que deberían.
El motivo que ha llevado a Nintendo y a Platinum a ofrecer un acabado visual por debajo de lo esperado se debe a la necesidad de mostrar la acción del juego en tiempo real en la pantalla de la televisión y del Gamepad a 60 fps, lo que fuerza al máximo la potencia interna de la consola. Siempre es de agradecer que se prime la jugabilidad por encima del apartado gráfico, pero en este caso parece que se ha buscado introducir una forma de control innovadora para justificar el uso del Gamepad, incluso en los casos en los que un control diferente al implementado hubiera dado mejores resultados como ocurre con el Walker o el Girowing.
Donde sí se ha conseguido ofrecer un acabado convincente es en los efectos de iluminación. Sobrevolar el mar o un pico nevado mientras el agua o la nieve refleja los rayos del sol y nos deslumbra en mitad de un combate no tiene precio. Lo mismo podemos decir del diseño de enemigos y jefes finales que, lejos de limitarse a representar con mayor carga poligonal a los enemigos clásicos de la saga, esta entrega cuenta con todo tipo de enemigos nuevos con diseños muy interesantes que encajan a la perfección con la temática y ambientación de la saga. De hecho, los jefes finales de esta entrega son, sin duda, los más impresionantes de toda la franquicia debido a su gran tamaño y diseño extravagante, que consigue sorprender siempre al jugador.
Donde Platinum y Nintendo han vuelto a demostrar su buen hacer ha sido en el apartado sonoro. La banda sonora recupera muchos de los temas clásicos de entregas previas, pero readaptados y actualizados para ofrecer un espectáculo auditivo digno de elogio. Cada tema de la banda sonora ha sido cuidado al detalle y, aunque en ocasiones el frenetismo de las batallas no nos permita ser conscientes de esas canciones, lo cierto es que nos acompañan en todo momento y aportan ese toque de epicidad que hace especiales a ciertas fases del juego.
En lo que respecta a los efectos de sonido, volvemos a recuperar sonidos clásicos como el de los láseres del Arwing, el famoso efecto que nos indica que hemos pasado por el interior de un aro dorado o plateado o el del motor de nuestros vehículos cuando usemos el turbo. Todos los efectos se han recuperado desde entregas previas, pero se han remasterizado para ofrecer la máxima calidad.
Al igual que el remake de Star Fox 64 para Nintendo 3DS, Star Fox Zero ha llegado totalmente doblado a nuestro idioma y, aunque el doblaje de algunos personajes suene demasiado forzado, otros personajes ganan mucho con esta traducción al castellano.
Conclusión
El resultado final de Star Fox Zero es muy superior a lo esperado en función de los tráilers y videos que ha ido mostrando Nintendo durante el desarrollo del título. Aquellas sensaciones de escenarios vacíos y faltos de enemigos se desvanecen desde el primer momento en el que nos ponemos a los mandos del Arwing de Fox en el ataque a Corneria del primer nivel del juego. El frenetismo, los combates épicos y los pequeños giros de guión convierten a Star Fox Zero en un título muy interesante dentro de la saga.
Sin embargo, el esfuerzo por introducir un control innovador y diferente en cada vehículo ha terminado pasándole factura al título. Mientras que el control del Arwing termina siendo tremendamente divertido, controlar otros vehículos llega a ser un auténtico suplicio en algunos casos, y no porque no nos hayamos acostumbrado a él, sino porque suponen un paso atrás en fluidez y, sobre todo, diversión a la hora de jugar. No estamos diciendo que Nintendo no deba innovar y arriesgarse a probar cosas nuevas con sus franquicias más famosas, pero sí que deben estudiar si de verdad esas novedades convierten el título en una experiencia más enriquecedora. Star Fox Command demostró ser una auténtica maravilla gracias a su sistema de control mediante la pantalla táctil de Nintendo DS y Star Fox Zero podría haber sido un título más redondo si se hubieran medido mejor ciertos cambios en el sistema de control.
Pese a todo, esta entrega seguirá gustando mucho a los fans de Fox, que podrán disfrutar de una entrega «clásica» de la saga por primera vez desde el lanzamiento de Star Fox 64 y pasarán horas rejugando el modo campaña para obtener medallas y mejorar su puntuación.