Desde hace años, hablar de Gearbox es hablar de Borderlands. Es cierto que han trabajado en otros muchos proyectos como la brillante saga Brothers in Arms o el nefasto Alien: Colonial Marines, pero la repercusión para el estudio llegó con esa mezcla de shooter y RPG que hemos podido disfrutar durante estos últimos años y cuya tercera parte se anunció hace solo unas semanas. La mayor parte de los fans de la desarrolladora están deseando que Borderlands 3 llegue a las tiendas pero, hasta entonces, podemos disfrutar de Battleborn, una propuesta un tanto diferente que, pese a sus fallos y carencias, consigue entretener gracias a su modo multijugador competitivo.
Pero, ¿qué es lo que ofrece Battleborn? Pues un sistema de juego estilo MOBA aprovechando las mecánicas típicas de un shooter en primera persona y dando cierto protagonismo y un estilo propio a cada uno de los 25 héroes que forman la plantilla inicial del juego.
Antes de pasar a hablar de los modos de juego de Battleborn, es importante detallar ciertas mecánicas de juego. Como viene siendo habitual en cualquier título del género MOBA, la plantilla de héroes está dividida en varios tipos y, en este caso, tendremos héroes que harán la función de tanques, sanadores, personajes de apoyo, francotiradores, especialistas en ataque a distancia o cuerpo a cuerpo. Cada héroe tiene un rol concreto y es fundamental que los cinco miembros de cada equipo sepan coordinarse para contar con un equipo equilibrado que no se quede cojo en uno de los roles.
Cada uno de los personajes cuenta con tres habilidades que podremos usar de forma más o menos constante durante toda la partida. Dos de estas habilidades estarán disponibles desde el nivel 1 y tendremos que combinarlas con el ataque estándar del héroe hasta alcanzar el nivel 5, momento en el que podremos desbloquear la habilidad especial que, como siempre, suele ser devastadora, pero cuenta con un cooldown mayor al del resto de habilidades. Por poner un ejemplo práctico, Montana, un soldado gigantesco armado con una ametralladora Gatling cuenta desde el nivel 1 con las habilidades Granizada, que ralentiza a los enemigos durante unos segundos, y con Arremetida, un ataque cuerpo a cuerpo que derriba a los enemigos, pero al alcanzar el nivel 5 desbloquea Malformación, un ataque de área que causa mucho daño y lanza por los aires a todos los enemigos que se encuentren dentro del área de efecto. Por su parte, Verod Rath es un personaje de ataque cuerpo a cuerpo armado con dos katanas y cuyas habilidades base son Cuchilla cruzada y Aplastamiento Catálico, ambas habilidades permiten lanzar energía a distancia que daña duramente a los rivales, por lo que puede combinarse con sus ataques cuerpo a cuerpo si se utilizan correctamente.
Como en todo juego del género, los niveles de los personajes se reinician de una partida a otra para permitir que podamos modificar ciertos aspectos de las habilidades de nuestro héroe entre batallas. Cada vez que subamos de nivel en una partida, podremos acceder al Sistema Helix, que no es otra cosa que un menú de decisiones en el que podremos optar por aplicarnos una mejora pasiva o activa a cambio de desechar la otra durante el resto de la partida. Por ejemplo, Miko, uno de los sanadores más interesantes de la plantilla, podrá decidir al nivel 3 si su rayo sanador cura a más de un aliado de forma simultánea o si prefiere que le cure a él mismo mientras cura a un solo aliado. De esta forma podremos personalizar la forma de jugar con cada personaje, adaptándolo a nuestro estilo de juego o a las necesidades de cada partida.
Junto a los puntos de experiencia que obtendremos al derrotar héroes y minions enemigos, podremos recoger esquirlas que estarán repartidas por el escenario y que podremos usar para comprar y mejorar estructuras en puntos concretos del mapa que nos darán apoyo durante los combates. Así, por ejemplo, podremos comprar torretas, torres de sanación, potenciadores que recargan el cooldown de las habilidades y otras más. De esta forma, además de centrarnos en combatir al equipo rival, tendremos que intentar destruir sus estructuras y construir nuestras propias defensas para inclinar la balanza a favor de nuestro equipo.
Al terminar cada partida, recibiremos puntos de Rango de Mando en función de los resultados obtenidos en la partida que nos permitirán ir subiendo de nivel nuestro perfil. De esta forma, tendremos un indicador de nuestra «experiencia» en Battleborn y, además, al subir de nivel se nos recompensará con diversos desbloqueos como nuevos personajes o elementos de personalización. Además, cada héroe tendrá su propio Rango de Personaje y al ir subiéndolo podremos acceder a nuevas apariencias y a ciertas mejoras exclusivas en el Sistema Helix para dicho personaje. De esta forma Gearbox invita al usuario a intentar subir al máximo el rango de cada héroe para desbloquear todo el contenido asociado al mismo.
Pese a que Battleborn centra la mayor parte de sus esfuerzos en ofrecer un completo modo multijugador competitivo, el título cuenta con un modo campaña formado por nueve capítulos de una duración bastante extensa (el capítulo más corto puede durar perfectamente 40 minutos), que podremos jugar solos o en modo cooperativo. Este modo campaña servirá para explicar los motivos que hay detrás del conflicto entre bandos y razas del juego, y no es otro que el hecho de que la galaxia está desintegrándose a pasos agigantados y los pocos supervivientes de todos los rincones de la galaxia han decidido viajar a la única estrella que queda intacta. Como era de esperar, una vez que las distintas civilizaciones llegan a la zona, los conflictos no tardan en aparecer y se desata una guerra a varios bandos en el que los villanos de turno intentarán hacerse con el poder aprovechando el caos reinante.
Utilizando ese argumento como excusa para ponernos en la piel de uno de los 25 héroes disponibles, tendremos que superar los nueve capítulos previamente mencionados recorriendo escenarios bastante lineales en los que, la mayor parte del tiempo, nos limitaremos a derrotar a una oleada tras otra de enemigos. En ocasiones tendremos algún puzle integrado entre combate y combate, pero lo cierto es que los nueve capítulos son bastante monótonos en ese sentido, ya que los combates contra la I.A. enemiga del modo campaña están muy poco inspirados.
Jugar este modo campaña en modo individual supone casi una agonía debido a sus grandes desequilibrios en función del héroe que escojamos. Para el primer capítulo escogimos a un personaje de ataque a distancia con habilidades de refuerzo que funcionó bastante bien en solitario, pero para el segundo capítulo decidimos controlar a Verod Rath, un héroe de ataque cuerpo a cuerpo. Desde el minuto uno la acción se complicó bastante porque en muchas ocasiones los enemigos disparaban desde zonas elevadas a las que no se puede llegar con el héroe, lo que nos obligaba a pasar esas zonas corriendo sin poder acabar con los rivales, después de superar zonas terriblemente injustas para un héroe de melé, llegamos al jefe final que cuenta con dos fases diferentes. Durante la primera fase hay que dañar unas zonas que quedan desprotegidas durante unos segundos cada cierto tiempo, pero resulta que esas zonas se encuentran a una altura considerable, lo que nos obligaba a estar saltando constantemente para poder dañarlo con la espada. Tras superar esa fase, el jefe final decide empezar a volar y a atacarnos a distancia mientras a nosotros también nos eleva por los aires y, en ese momento, después de casi una hora superando zonas muy injustas para el personaje que controlábamos, descubrimos que se ha planteado ese combate para que únicamente pueda completarse con un personaje de ataque a distancia. Finalmente nos tocó dejar que el enemigo nos eliminara, salir al menú principal y probar suerte con otro héroe distinto.
Nos parece un error gravísimo que Gearbox haya permitido jugar la campaña en modo individual con toda la plantilla teniendo en cuenta que solo se ha pensado para superarse con héroes que centren sus habilidades en el combate a distancia y no entendemos como en la fase de pruebas no se decidió solucionar esto de algún modo.
Si decidimos probar suerte con el modo multijugador cooperativo, descubriremos que podemos colaborar con otros cuatro usuarios y que la dificultad se adapta en función del número de jugadores que hay en la partida. Los problemas en este caso son distintos y es que no se ha medido demasiado bien el incremento de dificultad en función del número de jugadores. Una partida con dos o cinco jugadores será extremadamente sencilla, mientras que una con tres se complicará demasiado. Además, en el modo multijugador no podremos completar la campaña en orden, ya que al entrar en él, se nos dará a elegir entre tres capítulos aleatorios entre los que todos los jugadores tendrán que votar.
Mientras que el modo campaña termina siendo un campo de pruebas desequilibrado y algo aburrido, el modo multijugador competitivo es todo lo contrario, aunque la falta de contenido puede pasarle factura a largo plazo
La rama competitiva del título está compuesta por tres modos de juego con dos mapas distintos en cada uno de ellos. Captura, el primer modo de juego es, quizás, el más simple de ellos. En este modo de juego tendremos que luchar contra los miembros del equipo rival para controlar las tres zonas clave del mapa para obtener puntos con los que ganar la partida. Este modo bebe directamente de los modos Rey de la Colina o Control de Zonas de cualquier shooter con modo multijugador y es el que más desentona con la propuesta de Gearbox debido a que ni siquiera se han incluido minions en las partidas. Pese a ello, sigue siendo divertido y es una forma estupenda de adentrarse en los combates multijugador y probar las habilidades de cada uno de los héroes sin tener que estar pendiente de múltiples elementos, como sí ocurre en los otros dos modos de juego.
Fusión es un modo mucho más táctico, profundo y divertido que Captura. Aquí la propuesta pasa por proteger y guiar a nuestros minions hasta unos portales colocados en ciertas zonas de un mapa simétrico para sacrificarlos ante un Magnus desquiciado (un enemigo de la campaña) y obtener puntos por ello. Obviamente, mientras guiamos a nuestros minions tendremos que protegerlos de los héroes y torretas enemigos y, a la vez, impedir que los minions rivales lleguen a sus propios portales para evitar que el equipo consiga puntos.
Esta modalidad es tremendamente divertida y frenética, porque nos obligará a pasar de un punto a otro del mapa con rapidez y será imprescindible estar atentos para ver cuándo aparecen nuevos minions a los que proteger y destruir mientras estamos combatiendo contra los héroes del equipo rival. Como variación interesante a la propuesta, una vez que se alcanza cierta puntuación en la partida, la ubicación de los portales cambia para acercarlos más a la base del equipo rival, lo que nos obligará a darlo todo para obtener los últimos puntos antes de ganar la partida. De media, la duración de una partida de este estilo alcanza los 20-25 minutos de duración siempre y cuando ambos equipos estén equilibrados.
Por último, el modo Incursión vuelve a llevarnos a un mapa simétrico de gran tamaño en el que las normas de juego son más similares a las vistas en otros MOBA como League of Legends. Aquí, el objetivo de cada equipo será destruir las dos estructuras del equipo rival que, en esta ocasión, son centinelas con un gran escudo y poder de ataque. La primera estructura de cada equipo se encuentra en una zona cercana al centro del mapa mientras que la segunda se encuentra dentro de la propia base de cada equipo por lo que, al final, el objetivo será ir conquistando poco a poco todo el mapa hasta llegar a la base rival y acabar con su último centinela.
En este modo de juego es fundamental jugar con los caminos alternativos y las distintas alturas de los mapas, ya que pueden suponer la diferencia entre ganar o perder cada partida. Además, también tendremos la oportunidad de combatir a unos Mercenarios neutrales que aparecerán cada cierto tiempo en lugares concretos del mapa y que, una vez derrotados, lucharán por nosotros hasta que el equipo enemigo acabe con ellos. Será fundamental hacer buen uso de estos Mercenarios, de nuestros propios minions y de las torretas y estructuras que podremos construir para terminar ganando la batalla por el control del centro del mapa, ya que será la zona donde se decida el destino de la partida.
Este modo de juego tiene un límite de tiempo de 30 minutos y si la partida no ha acabado antes de que el contador de minutos llegue a cero, ganará el equipo que haya causado más daño a los centinelas enemigos.
Tras jugar varias horas a los tres modos de juego, podemos afirmar que, al menos por ahora, no hemos detectado desequilibrios importantes entre los distintos personajes, algo fundamental en un título que debe buscar precisamente el mayor equilibrio posible entre equipos y tipos de héroes. Lo que sí que se echa en falta es una mayor variedad de mapas, ya que ahora mismo solo hay disponible dos mapas por modalidad y, tras varias horas, acaba cansando jugar siempre en el mismo territorio.
En lo que respecta al apartado técnico, Battleborn bebe directamente de Borderlands gracias al estilo cel-shading que sienta realmente bien al título. Los personajes son totalmente diferentes unos de otros y, aunque no todos cuentan con diseños demasiado inspirados, lo cierto es que consiguen transmitir esa personalidad propia tan necesaria en los juegos de este género.
En general, la fluidez de movimientos de todos los personajes es excelente y efectos como las explosiones, las auras de las habilidades o la luz del sol han sido excelentemente recreadas. El problema que encontramos, al menos en las versiones de consola, es que hay pequeños momentos durante los combates más grandes en los que el rendimiento del juego puede llegar a reducirse, lo que afecta levemente a la experiencia de juego durante el combate. Por suerte, estos momentos son mínimos y la mayor parte de las veces no tendremos ningún problema de rendimiento.
En lo que respecta a los escenarios, la mayor parte de ellos están ambientados en ruinas en medio de la jungla y lo cierto es que, pese a ser uno de los elementos más importantes del juego, no todos están trabajados con el mismo acierto. Los mapas del modo Captura son demasiado grandes teniendo en cuenta que no hay minions en ese modo de juego, lo que provoca que, en ocasiones, nos quedemos totalmente solos hasta que encontremos a alguien con el que luchar. Los mapas de los otros dos modos de juego si están mejor diseñados, con caminos alternativos, distintas alturas y zonas ocultas que permiten crear estrategias si colaboramos con nuestro equipo. Pese a todo, se echa en falta una mayor variedad de ambientaciones, ya que todos los mapas están ambientados en ruinas y junglas similares.
A nivel sonoro, el juego ha sido completamente doblado al castellano y, salvo algunas excepciones, todos los diálogos están muy bien doblados. Cada actor de doblaje se ha esforzado para conseguir transmitir la personalidad de cada uno de los héroes, algo complicado, si tenemos en cuenta que solo los oiremos hablar en momentos puntuales, por lo que hay que agradecer el buen resultado de su trabajo.
La banda sonora es variada y cuenta con diversos temas frenéticos que se adaptan correctamente a la ambientación y jugabilidad de Battleborn. Además, los efectos de sonidos como los sonidos de las distintas armas, explosiones o gritos de los minions también se encuentran a un buen nivel.
Conclusión
Battleborn es un buen juego que, seguramente, pase bastante desapercibido por el momento en el que ha salido a la venta. El experimento de Gearbox podría haber dado mucho más de sí en el modo campaña, pero el modo multijugador competitivo consigue divertir desde el primer momento. Si 2K Games y Gearbox trabajan en una política de lanzamiento de contenido gratuita que permita aumentar la variedad de mapas y modos de juego, es muy probable que, con el tiempo, el juego consiga ganarse un hueco entre los fans del género.
La base es sólida, ahora solo queda darle forma.