El desarrollo físico prematuro ha sido relacionado con cánceres de pecho y de ovario.
Hace mucho tiempo que se sabe que el maltrato afecta al desarrollo psicológico de un niño. Sin embargo, una investigación de Penn State indica que el estrés del abuso puede tener también un impacto físico en el crecimiento y maduración de los adolescentes.
Jennie Noll, directora de Child Maltreatment Solutions Network y profesora de desarrollo humano y estudios familiares, junto con Idan Shalev, profesor asistente de salud y biocomporamiento, halló que las chicas jóvenes expuestas a abuso sexual alcanzan la maduración física y la pubertad entre 8 y 12 meses antes que sus compañeras, quienes no han padecido abuso. Sus resultados fueron publicados en Journal of Adolescent Health.
«Aunque un año de diferencia puede parece trivial en una vida, esta maduración acelerada puede tener consecuencias, incluyendo problemas de salud mental y comportamiento, además de cánceres reproductivos«, afirma Noll.
El cuerpo tiene pautados los cambios físicos y de desarrollo, que ocurren a la vez, de forma que, a medida que el niño tiene cambios físicos, el aspecto psicológico le ayude a sobrellevarlos. «En situaciones de alto estrés, como el abuso sexual, las hormonas del estrés pueden adelantar el reloj biológico y adentrar a los niños en la pubertad antes de tiempo«, asegura Noll. «Cuando la maduración física se adelanta a la emocional de esta forma, nos encontramos con una adaptación defectuosa«.
Ha habido otros estudios que relacionaban el abuso sexual con esta mala adaptación y una maduración acelerada, pero el trabajo completado por Noll y su equipo ha sido el más concluyente y alargado en el tiempo. Comenzó en 1987 y han seguido a los sujetos del estudio a medida que maduraban.
Teniendo en cuenta la etnia, la composición familiar, la obesidad el estatus socioeconomico y experiencias traumáticas no sexuales, los investigadores compararon las trayectorias pubescentesde 84 chicas con un historial de abusos sexuales y de 89 sin esos antecedentes. Trabajaron conjuntamente con enfermeras y los servicios de protección al menor.
Los investigadores se centraron en el desarrollo de los pechos y el vello púbico como dos marcadores básicos de los cambios asociados a la pubertad. Los sujetos se clasificaban del 1 al 5 según estos cambios.
«Hallamos que las chicas con historial de abuso sexual eran mucho más propensas a realizar rápido los cambios a la pubertad que sus compañeras sin ese historial. Un año antes en el caso del vello púbico y 8 meses en el desarrollo de los senos«, según Noll. «Debido a la mayor exposición a estrógenos dudrante un período más largo de tiempo, el desarrollo físico prematuro ha sido relacionado con cánceres de pecho y de ovario. Además, la pubertad temprana es un potencial desencadenante de depresión, abuso de sustencias, y mayor riesgo de embarazos entre adolescentes».
Fuente: Penn State.