Por una vez parece que los acontecimientos juegan a favor de Killy y la lucha encarnizada con Sana-Kan que anunciaba el final del tomo 2 se ha convertido en un reencuentro con la Científica Jefa Cibo, que ha pirateado a la “joven” Salvaguardia para hacerse con su cuerpo.
Juntos de nuevo, se dirigen a la entrada de Industrias Pesadas Tôa para ponerse a salvo (ni la Salvaguardia ni la Agencia Gubernamental pueden entrar en el cilindro) y encontrar a Zuru y el resto de los pescadores de las electrobases.
¿Demasiado fácil? Pues sí. Justo antes de acceder por la única entrada de Industrias Pesadas Tôa que todavía funciona, Sana-Kan trata de retomar el control de su cuerpo para atrapar a Killy antes de que se pierda dentro del que posiblemente sea el último reducto humano en la megaestructura. Por suerte para nuestro caminante, la Salvaguardia ha calculado mal y aprovechando la apertura de la compuerta Killy lanza el cuerpo que Sana-Kan comparte con Cibo al interior de Industrias Pesadas Tôa, permitiendo a la Científica Jefa volver a tomar el control.
Una vez dentro, la pareja no tarda en descubrir que el cilindro dista mucho de ser un oasis de paz y tranquilidad en su amenazante mundo al encontrarse con el hermano feo de “predator” tras una puerta. «- ¿Un salvaguardia? No puede ser…- pregunta y se contesta Cibo con el rostro desencajado.
Y tiene razón, porque quienes se han cruzado súbitamente en su camino son un par de silíceos dispuestos a cobrarle a Killy las afrentas que le ha hecho a los suyos.
Los silíceos son unos cíborgs que pueden controlar la Netsphere y buscan destruir a todos los humanos con genes de conexión a la Red porque su especie únicamente puede sobrevivir mientras la Red esté en estado de caos, algo que un humano capacitado podría cambiar restaurando las funciones de la Netsphere.
En terreno desconocido y sin poder utilizar sus armas, la pelea va francamente mal para Cibo y Killy hasta la intervención de Mensab y su fiel escudero Sew, que los salvan haciéndolos desaparecer como lágrimas en la lluvia por estar en el cilindro sin autorización.
Mensab, el sistema de control de la octava caverna (una de las 13 en las que se divide Industrias Pesadas Tôa) es una IA que además de salvar a Cibo y Killy se ha encargado de esconder a los últimos humanos que quedan en Industrias Pesadas Tôa para protegerlos de los silíceos. El cilindro alrededor del que vivían los descendientes de los plantadores ha resultado ser una estructura de dimensiones considerables que ha vivido mejores tiempos y que alberga en su interior nuevos seres y sus propias luchas de poder. Cada caverna está controlada por un IA, las cuales responden ante una IA central cuyos planes para Industrias Pesadas Tôa amenazan con romper el acuerdo de no agresión con la Agencia Gubernamental y provocar la invasión de la Salvaguardia.
Como vimos sobre todo en la primera parte del número anterior, Nihei ha abrazado definitivamente la palabra para guiarnos por la intrincada historia que ha pensado para la megaestructura y sus habitantes. Los enigmas se abren paso a través de las vastas cavernas y los múltiples recovecos de Industrias Pesadas Tôa acompañados de un dibujo que se clarifica sin perder espectacularidad.
Después de vivir alguna que otra aventura con los lugareños alados de la octava caverna y sin haber visto un humano todavía, Cibo y Killy vuelven a encontrarse con Mensab cuando está siendo cercada por un grupo de silíceos a los que Sew es incapaz de retener. Ante la gravedad de la situación, Mensab decide hacer un Upload dentro del cual atrapa a Killy y con el que la obra de Nihei se introduce de lleno en los misterios de espacio-tiempo.
Killy es transportado a un inmenso páramo en la cuarta caverna en el que se verá sorprendido por un silíceo de proporciones colosales y será rescatado por Cibo. Pero no la Cibo que conoce, sino por una suerte de Cibo alternativa que no ha visto a Killy en su vida y junto a la que recibe, cuando se aventuran por un complejo residencial, un mensaje de la Cibo original con unas coordenadas.
Cuando llegan al punto marcado —no sin complicaciones silíceas— la Cibo original acude en su ayuda y los informa de que lleva esperando a Killy más de ¡DIEZ AÑOS! Las distorsiones en el espacio-tiempo las provoca un reactor gravitacional averiado que los tres se apresuran en intentar detener antes de que las desviaciones en las líneas espacio-temporales sean irreversibles.
El regreso al tiempo presente pone de manifiesto las buenas aptitudes de Nihei como narrador por lo bien que resuelve su “viaje en el tiempo” (tumba de muchos guiones) y plantea nuevos desafíos a los viajeros: la reparación del reactor permite a la IA central poner en marcha su plan si Mensab y Killy no lo evitan en el próximo tomo de Blame! Master Edition.