Siete personajes, siete pecados capitales…
Hace poco que Puck trajo a España ‘Siete formas de mentir’, la primera novela de Riley Redgate, dentro de su colección Serendipia. Esta autora, amante de las películas de terror y las tormentas, ha conseguida ganarse al público y cautivar a la crítica por su forma de captar la complejidad con que los adolescentes entienden todos los aspectos de la vida. Cuando no está escribiendo, le gusta componer e interpretar canciones acústicas.
Empecemos por la sinopsis de la novela:
No, en el instituto Paloma nadie es del todo inocente. Están los que juzgan y los que callan, los que se mienten a sí mismos… y los que ocultan su verdad. Cuando estalla el rumor de que un profesor mantiene un romance con un alumno, las vidas y los destinos de siete adolescentes se entrelazan en torno a la inevitable pregunta: ¿quién? Los siete luchan contra sus propios demonios. Los siete son culpables de algo. Tal vez la clave de su propia redención solo puedan encontrarla en los demás.
No os la toméis de forma literal u os llevaréis una decepción porque no se trata de mentir y ocultar secretos como tal. La historia es sencilla, por experiencia sabréis que en el instituto corren los rumores como la pólvora. Por eso, cuando la relación entre un alumno y un profesor se convierte en trending topic, son los siete adolescentes protagonistas de la historia los que se ven atrapados en los rumores.
Son siete, uno por cada pecado capital con el que se puede identificar por su actitud, como Kat y la ira, Lucas y la codicia o Valentine y la soberbia. Algunos se conocen previamente entre ellos, a otros los juntan las circunstancias, pero todos tienen algo en común a pesar de que a primera vista parecen completamente diferentes. Ocultan, sobretodo porque se lo niegan a sí mismos, una parte de ellos. Lo que parece un tema muy trillado en las novelas de adolescentes e institutos, no lo es en este libro. Redgate se maneja estupendamente cambiando de un personaje a otro sin perder el hilo en la trama global que forman todos.
Al tener siete protagonistas con problemas distintos, aunque algunos sean compartidos entre varios de ellos, la autora ha conseguido tocar en una novela lo mismo que otros en siete libros. No se corta a la hora de hablar de sexualidad, drogas, alcohol, problemas de actitud y de integración, familias rotas, todos temas cada vez más actuales entre los jóvenes. En resumen, consigue plasmar un relato bastante real de lo que es ser adolescente sin caer, al menos demasiado, en los tópicos, consiguiendo una novela realista y honesta sobre lo que es ser adolescente.
‘Siete formas de mentir’ no es un libro que destaque por encima de otros que he leído este año, pero eso no lo hace un mal libro. Es coherente, con personajes realistas y bien construidos, sincero, y que engancha a través de pequeños misterios.
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