Aunque el estreno oficial en nuestro país y en tierras niponas no se producirá hasta enero del año que viene, una de las primicias que han visto la luz en nuestro país gracias a esta edición del FICX ha sido la exhibición de la última película de la franquicia Mazinger: “Mazinger Z: Infinity”
- Sección 55 edición del FICX: AnimaFICX
- Nacionalidad: Japón
- Año: 2017
- Duración: 95 min.
- Dirección: Junji Shimizu
- Música: Toshiyuki Watanabe
- Dirección de arte: Makoto Ujiie
- Intérpretes: Showtaro Morikubo, Ai Kayano, Sumire Uesaka, Unshō Ishizuka, Natsuki Hanae, Junpei Morita, Wataru Takagi, Kappei Yamaguchi, Masami Kikuchi, Bin Shimada, Kōzō Shioya
- Productora: Toei Animation
Se trata de una secuela que supone al mismo tiempo un homenaje y una readaptación a los estándares más actuales de la industria japonesa del clásico de Gō Nagai—uno de los padres del género del mecha y uno de los máximos exponentes de lo que se conoce en general como super robots—, producido por TOEI Animation con motivo de la celebración del 45 aniversario de su creación.
Han pasado diez años desde que el Doctor Infierno y su imperio Subterráneo fuesen derrotados. El mundo está en paz y los héroes de la guerra han seguido con sus vidas. Pero las cosas empiezan a tomar un rumbo turbulento cuando Tetsuya Tsuguri y su mazinger, aún en activo, desaparecen y, poco tiempo después Kōji Kabuto, ahora científico en el Instituto de Investigaciones Fotónicas, desentierra de las profundidades del monte Fuji una megaestructura humanoide de propiedades desconocidas a la que bautiza como “Infinity”. Ambos sucesos están relacionados con la vuelta de las máquinas y con la aparición de Lisa, la interfaz de aspecto humano de Infinity que parece ser la clave para controlar el no menos misterioso goragon, capaz de alterar la realizad a voluntad de quien lo posea.
En líneas generales, ¿qué nos vamos a encontrar en esta película? Como hemos mencionado previamente, una mezcla de elementos característicos de la franquicia y de otros más propios de los lugares comunes y los gustos del anime más contemporáneo. Junto a combates completamente épicos llenos de explosiones, patadas giratorias, puños voladores y al protagonista y sus aliados gritando el nombre de sus ataques a pleno pulmón—pura delicia para los más nostálgicos—, tenemos momentos cómicos característicos de los dibujos para los peques y los no tan peques, momentos romanticones y hasta un poco del ya tan arraigado moe en forma de los típicos y honestamente sexistas roles de género típicos de la ficción japonesa en general. Eso incluye una humanoide guapísima y totalmente servicial que llama “amo” a Kōji poco después de habérsele aparecido desnuda salida, más o menos, de la nada. Pero bueno, estamos hablando de un producto enfocado a un público muy concreto, y tampoco es que este tipo de sexismos fuesen algo extraño ya en los años setenta. Más allá de estos aspectos, la historia en general es sencilla, muy al estilo de las historias de la franquicia. No intenta tampoco meterse en debates filosóficos o existenciales, a pesar de que no deja palo sin tocar, incluido el mensaje ecologista que no ha de faltar. Busca la diversión pura y dura por encima de cualquier complejidad, aunque a veces cae de manera espantosa en un melodrama bastante poco efectivo. Y los personajes, aunque viven sus dilemas, tampoco son complicados ni se desarrollan de manera elaborada a lo largo de la película.
Pasando ya a un plano más técnico, es una producción bien acabada, aunque no sea de primera línea. La dirección de la película es más que solvente, y aunque las coreografías de los combates no tengan demasiado sentido muchas veces, nunca dejan de ser visualmente agradables y emocionantes. No es original, no prueba nuevas técnicas ni enfoques en escenas, pero no hace arquear la ceja en ningún momento: se ajusta al estilo estándar de anime para televisión en todo momento. La animación de por sí, sin ser un alarde técnico, está bastante por encima de lo que TOEI produce para televisión y de otras producciones para cine similares a esta—es muy habitual en Japón encontrarse con versiones o secuelas de series de televisión pensadas para proyectarse en un cine—. Destacar la buena integración del 3D de explosiones, robots y otros elementos y efectos visuales con los fondos y personajes, aún animados en 2D: muy de agradecer, ya que TOEI no ha tenido el mejor historial a la hora de combinar ambas maneras de animar. La integración de los diseños antiguos de los personajes clásicos con los modernos no ha resultado tan exitosa: los personajes de la Mazinger original han sido actualizados de manera acertada; pero Lisa, un personaje totalmente contemporáneo, parece totalmente fuera de lugar, careciendo del ligero aire retro que guardan los demás. Los diseños de los mecha, por otro lado, son un acierto y no parecen nunca fuera de lugar.
Pasando al sentido auditivo, los actores, un buen puñado de voces japonesas bien conocidas para los aficionados, han realizado también un trabajo correcto, a la altura de la media en el anime para televisión: no son interpretaciones naturales, pero en el caso de una película de Mazinger pensada para el disfrute de los fans, tampoco sería apropiado que lo fueran, e incluso es lógico que se busque un poco la exageración de algunos villanos totalmente malvados. La música, de tipo clásico con orquesta, puede que sea otro de los puntos más positivos de la película: sin ser un score de diez, es agradable y acompaña bien tanto a la acción como a los momentos pausados. Y el sonido en general es bueno, adecuado para una producción que ha de exhibirse en cine.
En definitiva, “Mazinger Z: Infinity” es una película que se podría valorar de dos maneras diferentes según qué busquemos en ella. Por un lado, se trata de una película fiel al espíritu de la franquicia que hará las delicias de los que acudan a verla con nostalgia de su infancia y que, de habitual, no tengan demasiado contacto con el anime y sus clichés, aunque fruncirán un poco el ceño con algunas situaciones. Por otro lado, aquellos aficionados al anime, y en especial a los super robots, se encontrarán con una película divertida, pero del montón y carente de elementos originales. Vista de una u otra manera, con sus virtudes y sus defectos, “Mazinger Z: Infinity” está, en cualquier caso, está pensada para un público adolescente o adulto.