El pobre Frank West no gana para sustos. Hace apenas un año que volvió a Xbox One y PC con Dead Rising 4, en el que regresaba a Willamette para combatir a una nueva horda de zombies y ya está de nuevo vuelta al trabajo, esta vez en su versión de PS4. Le está bien empleado, por saltarse la tercera parte de la saga.

Para compensar la faena, esta vez contará con todos aquellos añadidos en forma de DLC y descargas que fueron apareciendo poco a poco como parte de esta versión completa del juego. Además, incluye el nuevo modo Capcom Heroes, que por cierto, también está ya disponible para el resto de plataformas de forma gratuita.

Aunque antes de empezar a desgranar los entresijos de esta nueva versión del juego de Capcom voy a explicar de forma somera el desarrollo del mismo, recomiendo pasarse por el análisis del juego original que nuestro compañero Luis Collado escribió en su momento si queréis más datos de lo que os váis a encontrar en esta aventura arcade de terror. Terror para los pobres zombies, se entiende.

Como todos sabréis a estas alturas, Dead Rising no es un juego que se tome muy en serio eso de las invasiones de no muertos. Se acerca más a los musou de Tecmo-Koei que a un Resident Evil. Sobre todo en esta última entrega, donde se ha eliminado el límite de tiempo para realizar las misiones. El humor está presente de forma continua y nuestro protagonista, el fotoperiodista Frank West, es alguien que prefiere hacerse un selfie con las criaturas que huir de ellas.

Bromas aparte, la eliminación del límite de tiempo y las enormes capacidades de nuestro personaje han reducido la dificultad a un punto en el que lo difícil es que nos maten, al menos durante la primera mitad de la campaña, que dura unas diez horas mínimo. Nuestra misión es ir de un lado para otro liquidando criaturas mientras descubrimos los secretos que han llevado a Willamette de nuevo al abismo cuando se suponía que el mundo tenía cura para esta plaga. Si nos da tiempo, también estaría bien hacer de periodista y sacar unas fotos para documentar la historia. Todo esto mientras interactuamos con algunos personajes secundarios que dan un pequeño trasfondo a la historia, que realmente no aporta mucho.

Título de acción descerebrada, nos dedicaremos la mayor parte del tiempo a masacrar cientos de zombies por los diferentes escenarios. Para ello, tenemos un increíble arsenal de armas que básicamente convierte cualquier objeto que veamos en el suelo en un posible artefacto mortal, desde una sartén a un piolet, amén de los cientos de armas de fuego y espadas varias que pueblan el lugar. Todas ellas con una durabilidad muy baja: aquí no se trata de coger una ametralladora e ir cogiendo cargador tras cargador, sino que Frank West no debió aprender a recargar en el colegio. Cogemos un arma con unas cuantas balas y al acabarse, la desechamos.

Con los objetos contundentes o afilados pasa lo mismo: duran unos cuantos golpes y se rompen, de ahí que tengamos que nutrirnos de armas de forma continua en una espiral de golpes y carreras en busca de objetos decentes bastante alocada y que si te dejas llevar, te distrae del objetivo hasta el infinito.

Sin embargo, gran parte del encanto de otros Dead Rising ha quedado diezmado. En parte por la ya comentada eliminación del límite de tiempo pero también por haber desechado los aspectos de supervivencia, a lo que ha ayudado la baja dificultad. En general todas las limitaciones de los primeros títulos de la saga han ido poco a poco haciéndose más flexibles hasta ser una parodia de sí mismos. Como ejemplo, lo comentado antes con las armas: Está muy bien limitarnos las posibilidades de disparo con una pistola al número de balas que te encuentres el cargador, pero esa limitación no me sirve para nada si todo Willamette está plagado de ellas. Vas dejando armas atrás porque no te caben en el inventario, ¿Cómo resulta eso coherente con el sistema de limitación de munición? Pues nada.

Aún con estos defectos, no se puede negar que estemos ante un espectáculo de lo más entretenido. Las armas combinadas, los exotrajes y los diferentes vehículos son una gozada, además de la sensación de recompensa continua que nos ofrece el juego. Casi cualquier cosa da experiencia, lo que consigue que subir de nivel y por tanto, nuestras habilidades en el árbol, resulta sencillo.

¿Qué nos encontramos en la versión Frank’s Big Package que no teníamos en el lanzamiento original? Una serie de DLC que aumentan los contenidos, como un montón de armas y trajes nuevos ,así como un par de tipos de zombi que veremos más bien poco. Además, tres modos de juego para amenizar un poco la ligera monotonía del modo campaña. Que hasta de arrancar brazos a zombies se cansa uno.

El primero de todos ellos, con el curioso nombre de Frank Triunfante, nos encontramos con una versión en la que nuestro protagonista está infectado. Tenemos, esta vez sí, un tiempo límite para salir de donde estamos y conseguir el antídoto. En este caso nuestras habilidades y el sistema de juego cambia un poco, sin que se pierda el frenetismo general del juego. No podremos usar armas sino que iremos saltando y lanzándonos contra los enemigos, a los que deberemos comernos para ir curándonos. Es curioso cuanto menos y un añadido interesante a la propuesta original pero se queda algo corto de posibilidades y acabas con la sensación de estar poco aprovechado.

Otro de los modos extra de juego es aún más loco: Super Ultra Dead Rising 4 Mini Golf DLC. Si, minigolf. Con una barra de esas que hay que pulsar varias veces para medir la potencia y la dirección del golpe. Una experiencia muy relajante si no fuera por los zombies pululando por el campo o por las diversas trampas y explosiones que podemos activar. Podemos jugarlo solos o aumentar la locura con hasta tres amigos más. Hablando del tema, el multijugador sigue adoleciendo de algunos errores de estabilidad y no ha aumentado sus opciones desde el año pasado.

Por último, el nuevo Capcom Heroes. La premisa de este último añadido es muy interesante: Combinar las habilidades de Frank con las de diversos personajes de Capcom mediante una serie de disfraces que permiten desbloquear habilidades cuando los llevamos puestos. Diecisiete en total a día de hoy. No sólo los más conocidos como Ryu y su Hadoken o Megaman, sino también Viewtiful Joe, Morrigan (Darkstalkers) o el mítico Arthur de Ghost and Goblins, entre otros. Cada uno de ellos con capacidades y arsenal basado en su juego original. Es muy entretenido y solo con ver a Frank disfrazado de Amaterasu de Okami o de la propia Morrigan ya dan ganas de jugarlo. Lo malo es que se integra dentro de la campaña original, así que si ya nos la hemos pasado, no tenemos más alicientes que esos para volver a todas las situaciones ya superadas. Visto el rumbo de la saga en los últimos títulos, quizá en la próxima veamos estos trajes dentro del modo de juego principal como un arma más.

Cada uno de estos tres modos de juego, por sí mismo, no justifica el volver a jugarlo si ya lo hemos hecho anteriormente en PC o Xbox. Todos juntos convierten a esta versión en la más completa y más entretenida de todas.

Técnicamente con pocas novedades respecto al lanzamiento de hace un año. Gran cantidad de zombies en pantalla, una tasa de frames por segundo mejorada y algunos defectos de colisiones y clipping que te la pueden liar si tienes mala suerte. No es un juego que esté a la vanguardia de la calidad gráfica, pero no luce mal. La banda sonora es adecuada y acompaña muy bien los muchos momentos de tensión y los pocos de tranquilidad que tiene el juego.

En definitiva, si en su momento no disfrutaste de Dead Rising 4, este es tu momento. Con la gran cantidad de contenido extra se convierte en el juego de la saga más completo hasta ahora, aunque sea a base de añadidos y DLC. El juego adolece de fallos, algunos importantes, pero es muy divertido, que es lo que al final importa. Eso sí, si ya has pasado por la odisea de salvar Willamette de nuevo, no creemos que esta edición sea suficiente atractiva para ti.

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