Una princesa. Un héroe. Un villano. Un tesoro dorado capaz de conceder los deseos más anhelados. El origen de una leyenda que ha perdurado más de tres décadas. Fue allá por 1986 cuando el primer “The legend of Zelda” vio la luz en Japón, y marcó el inicio de una saga que se caracterizaría por su constante búsqueda de la innovación y por la valentía de su equipo de creadores a la hora de romper con todo lo establecido.

Treinta años más tarde y solo un año después de que Nintendo presentase “Breath of the wild”, su nueva joya de la corona que se alzó como mejor videojuego de 2017 en los Game Awards, la editorial especializada en videojuegos Héroes de papel ha querido rendirle homenaje a una saga que ha hecho historia. Y lo ha hecho con “Zelda, detrás de la leyenda”, un amplísimo reportaje escrito por Salva Fernández Ros que recorre con minucia todos y cada uno de los títulos que ha parido TLOZ (que no son pocos).

El libro se estructura en torno a la creación de “Ocarina of Time”, el que para muchos es el mejor videojuego de la Historia. Así, se analiza no solo este título sino todo lo que vino antes y como después, Nintendo pasó años buscando un heredero digno hasta que dio un giro de 180º con “Breath of the wild”.

Así, de una forma más o menos cronológica, el autor (redactor en la revista especializada Meristation) nos lleva a explorar los entresijos de cada The legend of Zelda: desde las ideas que los originaron, pasando por su desarrollo, comentarios de sus creadores, sus elementos clave, sus puntos fuertes y débiles, su jugabilidad, su narrativa y personajes, y lo que supusieron tanto para Nintendo como para los fans.

Lo que permite tanto redescubrir los diferentes títulos como averiguar un montón de detalles que hasta el más forofo de TLOZ desconocería.

Uno de los contenidos que más me han llamado la atención es la importancia que se le da al equipo de desarrolladores. No solo a Shigeru Miyamoto, Eiji Aonuma y Koji Kondo (nombres que todo aficionado a la saga conoce ya), sino a todos los que tuvieron algo que decir en la creación de los veinte títulos de la saga. Desde Yoshiaki Koizumi (sin cuyo trabajo en los guiones la leyenda de Zelda no habría existido como tal); pasando por Daiki Iwamoto (programador que logró trasladar las mecánicas de la saga a la DS) hasta Hidemaro Fujibayashi (que empezó colaborando en la saga a través de Capcom y, tras idear los Oracles, terminó dirigiendo “Breath of the wild”). Y como ellos, otros muchos miembros del equipo detrás de nuestros juegos favoritos de cuya existencia yo no sabía nada, y que ponen nombre y rostro a algunos de los mayores aciertos de la saga.

Sus opiniones, ideas y los obstáculos que encontraron a la hora de crear cada título son recogidos en fragmentos de varias entrevistas de diversas fuentes, que aportan riqueza a un reportaje ya de por sí profundo y exhaustivo, aunque no por ello menos entretenido.

De hecho, a priori pensé que me llevaría tiempo leer “Zelda, detrás de la leyenda”. Al fin y al cabo no deja de ser el análisis de veinte videojuegos, uno detrás de otro, y creí que podría llegar a saturarme. Pero nada más lejos de la realidad. Devoré sus 250 páginas en cuatro días. Los textos son muy amenos, están bien estructurados y desarrollados y, sobre todo, rebosan de un componente clave: la nostalgia.

Y es que el libro supone iniciar un viaje que nos pone a los mandos espirituales de cada uno de los Héroes que han existido, permitiéndonos cabalgar de nuevo por Hyrule, surcar los mares a bordo del Mascarón Rojo o cruzar los cielos de Altárea con nuestro pelícaro, pero sin movernos del sillón y a través de las palabras. Decir que mientras leía me entraban unas ganas enormes de volver a pasarme toda la saga, creo que ilustra bien la sensación que provoca esta obra. Y eso es impagable.

Hablemos ahora de la edición. En primer lugar, la portada es de aplauso. Y de aplauso de los grandes. Tapa dura y formato ligeramente superior a un libro estándar, con un diseño en dorado sobre verde que capta muy bien la esencia de la saga y que se reproduce en su interior. El texto también está excelentemente maquetado, con títulos, declaraciones y adornos en dorado, cursiva verde para el resumen inicial de cada capítulo y diferentes tipografías, además de páginas de gran gramaje que acaban de conformar una edición coleccionista preciosa. Donde falla el libro es en las imágenes. Me han faltado capturas de pantalla de los juegos que ilustrasen el texto, ilustraciones del universo y sus personajes, etc. Es decir, me esperaba una obra más visual. Entiendo que fuese una dificultad por el tema de los derechos de Nintendo, pero esa excusa no me vale para que las imágenes de las cajas de los juegos que sí incluye al final del análisis de cada título no sean de calidad. Y es que se presentan muy poco definidas y opacadas, sobre un fondo marrón o verde que destaca demasiado. La verdad, una pena pues estamos ante un libro que se presta a ser muy visual, y que desde la editorial hayan descuidado esa característica le resta puntos.

Por otra parte, «Zelda, detrás de la leyenda» cuenta con una edición limitada en negro que actualmente se encuentra sin stock en la web de la editorial. Además, si adquieres cualquiera de las dos ediciones a través de su web, incluirán en el envío un marcapáginas y un set de pegatinas que molan un montón.

En definitiva, y pasando por alto los fallitos de las imágenes, la obra no decepcionará a ningún verdadero fan de la saga. Y digo verdaderos fans porque es un título pensado para los forofos de TLOZ, aquellos que han jugado a todos o casi todos los videojuegos. Tanto por el componente nostálgico (si Zelda no ha significado nada para ti no encontrarás aquí más que un análisis estándar), como por los spoilers que te comerás sobre los juegos que no hayas probado, pues Salva Fernández comenta también la historia detrás de cada título.

Así que preparad vuestra Espada Maestra y vuestra ocarina, compañeros. La necesitaréis en el viaje de treinta años que iniciaréis con “Zelda, detrás de la leyenda”. Porque la leyenda está más viva que nunca.

Cris Carou
Profundamente enamorada de las historias y de cualquier formato que sirva para contarlas (especialmente el papel). Cuando no estoy creando mis propios mundos de fantasía, analizo y reseño los de los demás. Admito dragón como animal de compañía.

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