Desde que, en 1932, el escritor norteamericano Robert E. Howard diera vida al ya mítico Conan El Bárbaro, han sido muchos los productos que han llegado a las tiendas basándose en el universo del personaje. Películas, novelas, cómics, juegos de mesa y videojuego han ido acompañando al Bárbaro a lo largo de sus casi 90 años de vida.
Durante estos últimos años, los encargados de trasladar la esencia del mundo de Conan a los videojuegos ha sido la desarrolladora noruega Funcom, que tiene una amplia trayectoria en el mundo de los MMORPG y que dio vida hace unos años a los más que interesantes Age of Conan: Unchainded y Age of Conan: Rise of the Godslayer.
Tras esos dos proyectos, Funcom lanzó hace un año en PC la primera versión de Conan: Exiles, un MMORPG, que basa sus pilares jugables en la supervivencia, el crafting y la construcción. Esos tres elementos dan forma a un título que, tras varias alphas, betas y Early Access, ha llegado ahora a PC, Xbox One y PlayStation 4 con una versión que deben seguir puliendo, pero con las suficientes bondades como para mantener atrapados a todos los fans de Conan durante meses.
Conan: Exiles nos traslada a los primeros compases de la Era Hiboria donde controlaremos a un bárbaro exiliado, lo que nos obligará a empezar a una nueva vida valiéndonos únicamente de nuestra habilidad para sobrevivir. Así, nuestro primer paso será crear a nuestro avatar en un editor de personajes que, tras sufrir más de una crítica durante las betas, ha pasado por un cambio radical añadiendo multitud de opciones para crear a nuestro personaje soñado. Pelo, rasgos faciales, cicatrices, altura, peso, color de la piel, de los ojos o la barba y otros muchos atributos que podremos modificar a nuestro antojo antes de empezar a jugar. Además, durante el proceso de creación de personajes tendremos que tomar una de las decisiones más importantes de todo el juego: nuestra religión. Conan: Exiles nos da la oportunidad de unirnos a uno de los siguientes cultos: Mitra, Set, Yog, Ymir, Crom y Derketo.
Cada uno de los cultos religiosos nos otorgará ventajas y desventajas fundamentales que tendremos que valorar con detenimiento para seleccionar el culto que mejor se adapte a nuestro estilo de juego. Además, cada culto aporta una serie de habilidades e invocaciones que serán de vital importancia durante los asedios a fortalezas rivales.
Una vez que terminemos la edición de nuestro avatar seremos trasladados a una de las regiones de un mundo muy extenso y será entonces cuando empiece la aventura de verdad. Nuestras primeras horas en el mundo creado por Funcom las pasaremos recolectando todo tipo de materiales para fabricar armas y armaduras básicas con las que defendernos de los múltiples peligros que encontraremos cada pocos pasos. Para ello, el juego cuenta con un sencillo menú de creación en el que podremos combinar los distintos materiales que tengamos en el inventario. Aunque se nota desde el primer momento que el menú está pensado para usarse con un teclado y un ratón, lo cierto es que moverse por los distintos menús del juego no es tedioso en ningún momento.
Los primeros mnutos también los dedicaremos a buscar comida y bebida para no morir de hambre o deshidratados. Como buen juego de supervivencia, la obtención de víveres es fundamental y, en este caso, también tendremos que jugar con la baza de que la comida se irá pudriendo con el paso del tiempo, lo que nos obligará a mantener un patrón de búsqueda de comida constante durante todo el juego. Aquí no servirá aquello de pasarse una tarde entera cazando para tener comida para las siguientes 20 o 30 horas de juego.
Una vez equipados y con víveres en la mochila descubriremos el sistema de construcción. En Conan: Exiles la construcción de refugios, ciudades y castillos es fundamental. Construir un refugio es básico para poder almacenar objetos y materiales y crear un punto relativamente seguro en el que descansar y al que volver cuando estemos exhaustos después de pasar varias horas explorando el mundo. Con el tiempo, ese pequeño refugio se irá transformando en una ciudad con su castillo, sus murallas y sus torres y, lo mejor de todo, es que seremos nosotros mismos los que daremos forma a cada una de las estructuras.
El juego cuenta con un sistema de construcción que bebe directamente de otros títulos similares como Fallout 4, en el que iremos desbloqueando todo tipo de objetos que podremos construir para ir ampliando nuestro refugio de forma coherente. Pero, además, con el tiempo veremos que Conan: Exiles también bebe de RTS como Age of Empires o Starcraft, ya que tendremos que construir nuestras propias forjas para crear y mejorar armas, cuarteles donde entrenar soldados, zonas de investigación para plantear mejoras para la ciudad y otras zonas en las que preparar a los obreros para la construcción y reparación de otras obras en la zona.
Todo este sistema se ha preparado para dar forma a un sistema de control de territorios en los que cada jugador —recordemos que Conan: Exiles permite jugar en servidores de 40 personas— puede reclamar territorios construyendo en ellos y puede ganar o perder otros territorios invadiendo ciudades o cuando otro jugador invada las suyas.
Teniendo en cuenta la cantidad de horas y de esfuerzo que puede llevar construir una ciudad, es posible que muchos jugadores no quieran participar en estas guerras entre jugadores que plantea la modalidad PVP y, por ello, Funcom permite abordar Conan: Exiles de varias formas. Por un lado, el juego cuenta con una modalidad offline en la que podremos jugar a nuestro ritmo sin cruzarnos con otros jugadores. Los fans del online tendrán la opción de jugar en modos PVE donde habrá que estar muy pendientes de los peligros del entorno y colaborar con otros jugadores para eliminar a los muchos enemigos que se esconden detrás de cualquier esquina, como escorpiones gigantes, arañas, lagartos, dragones o gigantes. Por último, el juego también permite jugar en modo PVP en el que cada jugar tendrá que arreglárselas para sobrevivir a los peligros del propio mundo y al de los jugadores agresivos que vivirán en nuestro mismo servidor.
En lo que respecta al sistema de combate, esta última versión que ha llegado a las tiendas utiliza un sistema en el que contamos con un botón de ataque rápido y otro más fuerte pero lento, otro movimiento de bloqueo y uno de esquiva. En los combates es fundamental controlar y conocer el timming de nuestros golpes y de los del rival para saber cuándo atacar, defendernos o esquivar, es decir, algo similar a lo que hemos visto recientemente en otros títulos como Dark Souls. El único problema a destacar en este sentido es que la I.A. enemiga es algo básica y repite los mismos patrones una y otra vez hasta que los derrotamos, dando la sensación de que están puestos ahí solo para entretenernos hasta que acabemos con ellos.
Combatir tiene sus recompensas, ya que como en todo RPG, cada vez que derrotemos a un enemigo conseguiremos experiencia que nos ayudará a subir de nivel para desbloquear habilidades en uno de los muchos árboles disponibles. La cantidad de opciónes y variables que podemos ir mejorando es lo suficientemente amplia como para mantenernos entretenidos decenas de horas dando forma a nuestro héroe nivel tras nivel.
A nivel técnico es donde se encuentran las principales diferencias entre la versión de PC y las de Xbox One y PlayStation 4. En PC el juego se encuentra en un estado bastante avanzado en el que, aunque sigue habiendo bugs, alguna ralentización puntual y otros problemas típicos de los MMORPG, pero en consolas el juego necesita seguir puliendo detalles como un popping excesivo, caídas de frames más constantes, animaciones demasiado básicas —sobre todo en las que tienen que ver con la escalada— y texturas que no se encuentran al nivel de un juego lanzado en 2018. Pese a todo, se nota que Funcom está poniendo toda la carne en el asador para crear un juego compacto y resultón. El diseño de las distintas regiones del mundo nos permitirá atravesar grandes desiertos y montañas rocosas, bosques o paramos helados mientras disfrutamos de un sistema de meteorología variable y ciclos de día/noche que ayudan a dar realismo al mundo en el que pasaremos horas sumergidos.
A nivel sonoro el juego cuenta con voces en inglés y textos en castellano que garantizan que podamos jugar sin problemas en todo momento. Además, la banda sonora cuenta con algunos de los mejores temas recuperados de Age of Conan: Unchainded y Age of Conan: Rise of the Godslayer y otros nuevos creados para la ocasión que encajan a la perfección dentro del mundo creado por Robert E. Howard.
Conclusión
Conan: Exiles es uno de los mejores juegos basados en la obra de Robert E. Howard que se han lanzado nunca. Es cierto que el juego aún tiene mucho margen de mejora, pero Funcom ha asegurado que la vida del título será muy larga y que lanzarán parches y actualizaciones de forma constante para mantener a los jugadores siempre entretenidos. Su potente creador de estructuras y su mundo lleno de peligros convierten a Conan: Exiles en un MMORPG muy interesante en el que pasar horas y horas jugando junto a varios amigos.