Hacía años que no podíamos disfrutar de juegos de temática vampiresca con una intensidad tan importante como la oportunidad que nos brinda Vampyr, la obra de Dontnod que, a pesar de tener ciertos toques de RPG, lo que más predomina es una acción interesante y toques narrativos que a veces pueden ser algo cansinos.
Entrando en la historia del juego, tomamos el control de Jonathan Reid, un doctor que en plena gripe española se ha visto involucrado en el vampirismo a principios del siglo XX en las calles de Londres, buscando respuestas e intentando sobrellevar esta enfermedad de la forma más humana posible. Si bien es cierto que es presentado como un juego de acción, en Vampyr tendremos que elegir bien cómo nos organizamos las habilidades, así como emplear un arduo trabajo de investigación digno de cualquier detective más que de un médico.
En el apartado gráfico Vampyr despunta increíblemente bien, tanto a nivel detallista con el entorno como en el ambiente que rodea a esta ciudad triste y asolada por la enfermedad. Si nos centramos en el apartado sonoro es cierto que nos acompaña de una manera bastante serena, pero bien medida, sin interrumpir los momentos de acción o suspense, pero dejándonos claro que está pasando algo, detalle que se agradece en un juego de estas características. La historia es cierto que quizás al principio no engancha lo suficiente y se hace algo tediosa (sobre todo por las conversaciones que a veces no nos aportan apenas contenido), pero poco a poco la trama va atrapándonos y nos hará disfrutar de la experiencia.
Si nos centramos en la experiencia jugable, sinceramente tenemos una variedad de armas un poco escasa y algo similares, útiles a la hora de combatir pero rozando lo repetitivo y dejando poco a la exploración de nuevas tácticas de batalla. El árbol de habilidades vampíricas está bastante bien, aunque si elegimos tomar la senda no vampírica estaremos en una clara desventaja de, aproximadamente, unos 10 niveles de inferioridad en comparación con nuestros enemigos, algo que puede ser un verdadero reto si nos centramos en seguir el camino purista. Las habilidades que nos brinda alimentarnos de humanos nos harán crecer tanto en fuerza como en experiencia recibida, a cambio claro de condenar nuestra alma y convertirnos en unos asesinos, cosa que influirá a la hora del desarrollo de la historia.
Tendremos disponibles cuatro distritos de Londres donde cuidar a nuestros pacientes y mantener a raya las enfermedades que asolan este paraje, recayendo un peso fundamental en nuestra manera de jugar, ya que si descuidamos a nuestros habitantes tendremos más enemigos por las calles y una extensión mayor y más rápida de las enfermedades, así que no solo tendremos una dificultad añadida por matar, sino por no saber ejercer de médico correctamente. Conforme hablemos con los habitantes se irá desplegando una historia entrelazada que, como hemos dicho anteriormente, puede convertirse en algo un poco monótono y tedioso sin demasiado interés en algunos momentos.
La historia principal está bastante bien, si contamos con que le cuesta arrancar y a veces tiene altibajos argumentales, pero en general no está nada mal tratándose de un vampiro que se debate entre el amor y el querer conocer qué le ocurrió, en un breve resumen para no reventarle la experiencia a nadie que vaya a jugarlo. Es cierto que al no tener multijugador ni ningún componente online quizás deberían haber cuidado un poco más este aspecto, puliendo una trama que te enganche desde el primer momento y no te de esa sensación de vacío a veces, pero está bastante bien pensada para un título que se puede disfrutar en unas modestas 20 horas, sin contar con la rejugabilidad y recuento de historias, armas y demás.
Tratando a los enemigos que nos encontraremos, lucharemos contra humanos y vampiros. Los humanos son una amenaza que puede ir armada y a menudo nos superarán en número sin ser una locura pero en evidente inferioridad. En el caso de los vampiros, hay varios tipos que harán que nos preguntemos cómo atacar o librarnos de ellos de una manera más eficiente según el tipo de vampiro que sea:
- Ekons: vampiro clásico, uno de los nuestros, que pretende mezclarse y convivir con la sociedad, dispuestos a luchar contra la plaga que los asoló
- Ichors: son peligrosos y con deseos de sangre, por tanto convertirán a inocentes para sobrevivir; son deformes debido a que se dejaron llevar por la infección
- Skals: una especie de esbirros de los Ichors, algo menos peligrosos
- Vulkods: son los más brutos y sanguinarios de todos, grandes enemigos que podríamos decir que son más parecidos a hombres lobo que a vampiros, bestias con fuerza sobrenatural y una agresividad digna de los depredadores más violentos
Centrándonos en el combate, tendremos armas cuerpo a cuerpo, armas de fuego y poderes vampíricos sobrenaturales que necesitarán de puntos de sangre para ser utilizados. Como buen RPG, tendremos una barra de salud, de aguante y de sangre. De las armas convencionales tenemos una variedad algo interesante tanto para cada mano como para utilizar con ambas manos, ofreciendo una pequeña variedad según prefiramos atacar con contundencia o rápido pero seguro.
En ciertos puntos del juego dispondremos de varias opciones para mejorar a nuestro personaje. Desde la cama guardamos nuestro progreso y podemos abastecer nuestro árbol de habilidades al gusto de nuestra manera de jugar, en el baúl tendremos suministros para reabastecernos de munición y otros elementos necesarios, y en la mesa de trabajo podremos construir mejoras para nuestras armas así como tónicos y sueros que aparte de beneficiarnos a nosotros mismos nos harán falta para cuidar a los habitantes de la Londres infectada para intentar paliar la propagación de las enfermedades.
Se sabía que esta entrega no iba a ser una superproducción digna de los más grandes estudios, pero a pesar de sus evidentes carencias y cosas a mejorar, Vampyr es un juego bastante bueno recuperando un género algo olvidado y con mucho que ofrecer, quizás con muchas cosas que pulir, pero que ofrece una experiencia interesante que puede llegar a ser un poco repetitiva sin llegar a ser tan asfixiante como para abandonarlo a la mitad de la aventura, pero sí para descuidar las misiones secundarias y querer terminar la historia algo más rápido de lo que el título tiene que ofrecernos.