Final Fantasy por partida doble
Tras la relativa decepción que ha supuesto la saga de Lightning y tras negar por activa y por pasiva un remake de Final Fantasy VII (una de las entregas más recordadas de la franquicia), Square Enix quiere mantener a su marca estrella en boca de todos trayéndonos una remasterización de las dos entregas aparecidas en PlayStation 2: Final Fantasy X y X-2.
Ambos juegos nos llevan a Spira, una tierra paradisíaca bañada por cálidas aguas y con un clima casi siempre estival, que sin embargo se ve bajo la continua amenaza de Sinh, un leviatán que destruye los asentamientos humanos sin mayor motivo que evitar todo avance tecnológico.
Así conoceremos a Tidus, una joven estrella del Blitzball (deporte similar al waterpolo) que se ve envuelto en el primer ataque de Sinh contra la ciudad de Zamarkand… 1000 años antes del comienzo del juego. Durante este ataque, Tidus es arrastrado por la entidad a través de la corriente del tiempo, despertándose en un mundo completamente desconocido para él, convirtiéndose así no solo en el protagonista de la historia, sino en nuestro cicerón dentro de esta maravillosa tierra.
Una historia de amor para el recuerdo
Durante este viaje además de ser testigos de una de las epopeyas más grandes dentro de la franquicia, gracias a Tidus y Yuna viviremos la que posiblemente sea la historia de amor más grande jamás contada por el estudio japonés, con perdón de la compartida por Squall y Rinoa en la octava entrega.
X-2 por su parte, comienza aproximadamente un año después del final de la aventura de Tidus, y nos pone en la piel de Yuna, que tras la misteriosa desaparición de su amado, decide recorrer todo mundo conocido con la esperanza de volverle a encontrar. Para llevar a buen puerto su odisea contará con la ayuda de Rikku, que ya formó parte del primer grupo, y de la misteriosa Paine.
Cada una de estas historias nos llevarán del orden de 30-40 horas desde el inicio hasta el final, aunque esta duración puede alcanzar cifras disparatadas gracias a la enorme cantidad de búsquedas secundarias incluidas en ambos juegos.
Al contrario de la historia, el sistema de juego de ambas entregas no podría ser más distinto. Ya que si bien en Final Fantasy X tenemos un sistema de juego completamente único, en X-2 encontramos algo mucho más tradicional. Pero vayamos por partes.
En el caso de FFX nos encontramos con la que posiblemente sea la entrega más “diferente” de cuantas hemos visto en la saga principal. Si bien en primer lugar parece ser un típico JRPG por turnos, tras unos cuantos combates nos daremos cuenta de que dependiendo tanto de la velocidad de los luchadores, como del tiempo de recuperación de sus acciones la distribución del turno fluirá y cambiará, dando lugar a situaciones en las que se podrá conseguir una gran ventaja al atacar varias veces seguidas… o todo lo contrario. Esto obliga al jugador a plantear su estrategia de manera minuciosa, pensando seriamente en qué hacer y cuándo hacerlo, para así evitar convertir una batalla casi ganada en un sonado fracaso. Además, el juego nos permite cambiar la formación de batalla en todo momento, reemplazando a los personajes en medio de la refriega, lo que permite crear combates más dinámicos y divertidos.
Igual de único resulta el sistema de desarrollo de nuestros protagonistas. A diferencia de lo habitual dentro del género, donde se gana experiencia que permite mejorar a los personajes, en FFX ganaremos unidades de desplazamiento, que a su vez nos ayudan a movernos por un tablero en el que están recogidas todas las habilidades y mejoras para los personajes.
Para adquirir estas “casillas” tendremos que activarlas mediante el gasto de esferas del tipo correspondiente, pudiendo así personalizar a los héroes como pocas veces habíamos visto. Además, el juego nos da dos opciones a la hora de elegir tablero: el estándar, que tiene un crecimiento más lento al principio pero más potente al final, y el avanzado que ofrece una mayor velocidad al desarrollar personajes y un mayor índice de personalización (aunque unas estadísticas finales algo más bajas).
Final Fantasy X-2: un sistema clásico
X-2 por su parte regresa a un sistema de combate basado en turnos activos, en los que una barra de acción se va llenando para, una vez alcanzado su máximo, darnos la oportunidad de actuar. A este sistema ya clásico se le da una nueva vuelta de tuerca gracias a las acciones simultáneas; ataques realizados de manera coordinada por dos personajes con efectos devastadores sobre el enemigo.
El desarrollo por su parte se basa en el también clásico sistema de “trabajos” o “clases”, en la que cualquiera de las chicas protagonistas puede especializarse en uno o varios arquetipos, ya sea mago negro o guerrero, mejorando sus estadísticas acorde a esta elección. Por otro lado, podremos cambiar estas profesiones durante los diferentes combates, pudiendo adaptar nuestra estrategia de una manera sencilla.
Ambas entregas traen una respetable cantidad de minijuegos, como pueda ser el Blitzball, que termina de redondear una oferta variada y a prueba de bombas que contentará al más exigente jugador de JRPG.
Técnicamente ambos juegos han recibido un importante lavado de cara para adaptarlos no solo a las capacidades de PlayStation 3 y Vita, sino a los televisores y sistemas de sonido de hoy en día.
Así pues, todas las texturas y animaciones del juego han sido mejoradas, eliminando muchos de los defectos típicos del reescalado de imágenes. Además, los personajes protagonistas han sido rediseñados completamente, y aunque han perdido algo de la expresividad de la que hacían gala originalmente, se consigue que pasen por modelos sacados de un juego del inicio de la actual generación.
Los escenarios y mapeados en general también han sido mejorados sustancialmente, gozando de una mayor densidad de texturas y algunos nuevos detalles que embellecen un diseño ya de por sí sobresaliente.
Por desgracia muchos de los errores habituales en la anterior generación (clipping, superposiciones de polígonos) no han sido subsanados como deberían, y se han olvidado de la opción de saltar las escenas cinemáticas en FFX, algo que hubiesen agradecido los jugadores de la versión portátil.
Las escenas animadas por su parte no han sido regrabadas, por lo que se ha optado por recortar el formato original de 4:3 para adaptarlo así a las ahora habituales pantallas panorámicas, para evitar el “achatamiento” de los vídeos. Esto por desgracia significa que perdemos parte del original en pos de poder mantener así una relación de aspecto natural.
La banda sonora de Final Fantasy X ha sido completamente remezclada, y si bien en gran parte mantiene intacto el espíritu de las composiciones originales de Nobuo Uematsu, algunas de las nuevas versiones se quedan algo por debajo de sus correspondientes originales. Lo que si es cierto es que, gracias a la nueva distribución de los canales de audio, muchas de las partituras tienen un protagonismo mayor que en la versión original, deleitando así a nuestros oídos con algunas de las obras más inspiradas de este gran compositor.
Por desgracia se ha quedado en el tintero el poder elegir entre las voces anglosajonas y las originales japonesas y el reajuste general del doblaje, que si bien es completamente nuevo, sigue sin sincronizar bien con los labios de los personajes.
Otras novedades incluidas en este HD Remaster son la película Final Fantasy X: Eternal Calm, que une los eventos de ambos juegos y el “minijuego” (por llamarlo de alguna forma) Final Fantasy X-2: Last Mission, que nos permitirá conocer lo que ocurre tras el final de la saga. Además de estos dos añadidos hasta ahora inéditos en nuestras fronteras, hay que nombrar el Audio Drama Final Fantasy X -Will-, escrito por Kazushige Nojima, guionista habitual de la saga, especialmente para esta recopilación y que nos permitirá conocer lo que ocurrió en Spira tras ambas aventuras a través de los ojos de dos nuevos personajes: Chuami y Kurgum.
Antes de terminar, cabe mencionar que en ambos casos nos encontramos con la versión internacional de los juegos, que si bien no supone ninguna diferencia en FFX, en X-2 supone nuevas clases, un sistema de creador de criaturas, una arena de monstruos y una nueva mazmorra.
Conclusión
Final Fantasy X es, sin lugar a dudas, una de las tres mejores entregas de la saga. Uno de esos juegos que hay que disfrutar al menos una vez en la vida. Por otro lado, X-2 es una continuación que si bien no consigue ni acercarse al nivel del original, una vez lo disfrutas como juego independiente, descubres que atesora innumerables sorpresas en su interior. Además, esta HD Remaster incluye jugosos extras que nos permitirán revivir la historia de Spira como nunca antes habíamos podido.
Si bien no era el remake que todos habíamos pedido, es una cita ineludible para los aficionados al género. Un imprescindible de esos que le hacen a uno reconciliarse con el arte de crear videojuegos.