Continúa la fiebre de las remasterizaciones, ports y revisiones para Xbox One, PlayStation 4 y PC. Esta vez ha sido From Software, creadores de la saga Dark Souls, los que han decidido retomar el trabajo realizado con Dark Souls 2 hace poco más de un año para ofrecérselo de nuevo a los jugadores después de añadir, cambiar y modificar multitud de elementos y contenidos vistos en el juego original.
A diferencia de otras remasterizaciones, Dark Souls II: Scholar of the First Sin no centra sus novedades en mejorar su apartado gráfico (de hecho, la falta de texturas de calidad en algunos tramos es más evidente que antes), sino que esta nueva versión del juego se ha realizado con el objetivo en mente de replantear muchas de las situaciones vistas en el juego original para aumentar aún más la dificultad de la aventura. Además, como viene siendo habitual, esta revisión incluye todo el contenido adicional lanzado hasta la fecha, es decir, las tres expansiones de La Trilogía de las Coronas.
Todo aquel que aún no conozca la saga de From Software, puede acceder al análisis publicado el año pasado donde se detallan todos los elementos de Dark Souls II para Xbox 360, PlayStation 3 y PC, ya que en este artículo nos centraremos en explicar las novedades de esta revisión.
A nivel argumental, Dark Souls II: Scholar of the First Sin se mantiene casi intacto, es decir, al comenzar el juego descubriremos que nos encontramos en Drangleic, poco tiempo después del gobierno del rey Vendrick, en una tierra que sufre la maldición de los no muertos tras la guerra contra los gigantes. Nuestro héroe se verá obligado a viajar a ese reino para librarse de una maldición que amenaza con convertirlo en un Hueco y eliminar en el proceso todo resto de humanidad de su cuerpo y mente. Dark Souls 2 apuesta en esta edición por explicarnos más y mejor todo el contexto no solo de esta entrega, sino de las anteriores, a través de objetos y de una secuencia cinemática inicial y pequeños retazos de historia en los momentos finales del título, que se ha visto expandido con una misión opcional post jefe final que será muy difícil de desbloquear.
Como comentaba anteriormente, From Software ha decidido replantear muchas situaciones vistas en el juego original para aumentar la dificultad de la aventura y, para ello, ha comenzado por reubicar a la mayor parte de los enemigos vistos a lo largo de todo el juego, algo que se nota desde el principio si ya habíamos jugado al título en su momento. Ahora, la mayor parte de nuestros rivales estarán en otros sitios y, muchas veces, los enemigos que debía haber en una sala habrán sido sustituidos por otros totalmente diferentes mucho más duros, para evitar que salgamos con vida de cada una de las salas que visitemos durante nuestra aventura por el reino de Drangleic.
Así, solo durante los primeros minutos de juego comprobaremos que las salas cuentan ahora con un número mucho mayor de huecos y que zonas que antes estaban vacías o contaban con un par de enemigos duros, ahora cuentan con un mayor número de rivales que complican las cosas mucho más de lo que pueda parecer, sobre todo porque se han incluido nuevos rivales en zonas estrechas donde es muy difícil esquivar.
También se han modificado ciertas áreas en las que antes no había enemigos y ahora no solo sí que los habrá, sino que en algunos casos serán verdaderos jefes que se han añadido por el mero placer de ver sufrir al jugador.
Puesto que esta edición incluye las tres expansiones que se lanzaron durante los meses posteriores a la llegada de Dark Souls II, la desarrolladora ha decidido incluir a todos los enemigos nuevos que añadían dichos contenidos al desarrollo normal de la aventura principal. Esto, que puede parecer un añadido más, lo cierto es que da una mayor variedad y frescura al desarrollo de la aventura, ya que desde el principio tendremos que combatir contra una mayor variedad de enemigos.
Por suerte para los jugadores, no solo se ha incrementado y cambiado la ubicación de los enemigos, sino que se han incluido nuevas armas, sets y equipo que podremos encontrar repartidos por todo el reino. Este añadido permitirá que los jugadores que ya habían completado el juego original buscando todo el equipo disponible, tengan ahora la oportunidad de volver al juego para probar los nuevos añadidos. Eso sí, también se ha cambiado la ubicación de ciertos anillos y objetos, por lo que ahora habrá que descubrir su ubicación de nuevo.
A nivel online el juego también ha sufrido un par de cambios. Por ejemplo, ahora será posible compartir partida con un máximo de seis jugadores de forma simultánea tanto para el PVP como para el cooperativo, aunque lo cierto es que no será fácil ver partidas que cuenten con seis personas. Por otro lado, se ha mantenido intacto todo lo referente a mensajes, ver las muertes de otros jugadores y demás.
A nivel técnico, como comentábamos al principio del análisis, está revisión no sale bien parada. Es cierto que ahora la resolución llega hasta los 1080p y que la tasa de FPS se mueve en torno a los 60 en todo momento y eso es algo que sienta realmente bien. Sin embargo, algunas texturas de personajes, objetos y escenarios siguen siendo tan planas y borrosas como en su versión original y eso, unido a que algunos efectos como los de la niebla, el fuego o el agua tampoco han sufrido ninguna mejora y teniendo en cuenta que en su momento tampoco destacaron demasiado y que Dragon Age: Inquisition fue un espectáculo visual en su momento, dan como resultado un juego muy poco vistoso en algunos puntos.
Pese a sus fallos en el apartado gráfico, hay que reconocer que la distancia de dibujado es mayor y que, en general, todos los enemigos se mueven con mayor realismo y la fluidez durante el combate es mucho mayor que antes.
A nivel sonoro nos volveremos a encontrar con la magnífica banda sonora de la entrega original, que no solo transmite la tensión y la epicidad que emana todo el juego, sino que además logra transmitirlo en los momentos correctos, algo que cada vez ocurre menos. Por su parte, las voces vuelven a llegar en inglés con subtítulos en castellano.
Conclusión
Salvo por su apartado gráfico casi sin renovar, Dark Souls II: Scholar of the First Sin es una revisión adecuada para todos aquellos que buscan vivir un reto, ya sean nuevos jugadores o veteranos que ahora descubrirán que no les servirá de nada haberse aprendido de memoria donde estaba cada trampa y enemigo. El añadido de los DLC y las nuevas armas y equipos lo convierten en un juego que tardaremos en completar por primera vez unas 80 horas, y que gustará mucho a los amantes de los RPG.