Square Enix parece haberle cogido el gustillo a eso de construir cosas utilizando una de sus marcas más reconocidas. En colaboración con Omega Force, los nipones han lanzado al mercado la segunda entrega de Dragon Quest Builders, un fantástico juego de construcción con toques de ARPG que gustó al público en su primera iteración y que ahora se nos presenta como un juego ampliado en opciones, con mejores gráficos y una interfaz más cuidada.
No innova pero mejora
Y es que Dragon Quest Builders 2 no inventa nada nuevo, viene a ser lo mismo que la primera entrega pero añadiendo detalles que hacen que la aventura sea más amena y menos tediosa. Ni siquiera su historia es compleja, que por otro lado, viene siendo habitual en los juegos de la marca Dragon Quest. Un ejército de monstruos quiere destruir el mundo para dejarlo en ruinas y destruir a los constructores. Nosotros, el héroe, somos uno de esos constructores con el deber de contrarrestar los ataques de los malos.
Una de las novedades más sonoras de este nuevo capítulo es la presencia de Malroth, un guerrero sin recuerdos que nos hará de guardaespaldas durante toda la aventura amén de ayudarnos en la recolecta de materiales una vez que avancemos en la historia. Este personaje cuenta con unas habilidades de combate más refinadas que las del protagonista por lo que el héroe pasa a un segundo plano a la hora de enfrentarnos con los rivales. Si el combate tenía poco protagonismo en el primer videojuego, ahora tiene menos aún. No obstante, podemos disfrutar de este apartado sin problema alguno.
Antes de ahondar más en diversos aspectos del videojuego vamos a contar qué es Dragon Quest Builders 2. Digamos que es una mezcla de Minecraft y Dragon Quest. Coge lo mejor del primero y lo une con la farándula de la saga japonesa. Personajes diseñados por Akira Toriyama, música de Koichi Sugiyama, escenarios cúbicos como el título de Mojang, mecánicas de Minecraft y mucha diversión. Es un juego sencillo de entender y gracioso hasta decir basta por lo que enamora a primera vista.
Siguiendo con el análisis, en Dragon Quest Builders 2 nuestro protagonista —chico o chica, a nuestra elección— llega a una isla desierta que acaba siendo suya y desde donde maneja toda la situación contra el ejército de monstruos. Desde allí podrá acceder a otras islas mediante un sistema de transporte que no vamos a destripar conforme vayamos avanzando en la historia. Esto da lugar, una vez más, a diversos entornos muy diferentes entre sí y con características únicas que los hacen especiales. Avanzar en la trama es tan fácil como completar los recados de aquellos que nos visitan o consiguiendo algunos de los objetivos que se nos imponen. No son muy complicados, pero sí requiere de mucha exploración del entorno por parte del jugador.
Construir fortalezas o casas, decorarlas, fabricar útiles de combate, armariado, comodidades para los invitados, cocina o cultivar productos son algunas de las cosas que podemos hacer en Dragon Quest Builders 2. Además, se nos antoja un juego perfecto para disfrutar de él en horas muertas puesto que no hay crono ni limitaciones significativas que nos impidan regocijarnos sin límite de tiempo con el entorno. Ayuda también bastante que se hayan implementado mejoras en la mecánica general del juego como el poder teletransportarte a diversas partes del mundo sin usar objetos, que nuestro acompañante también recoge víveres por sí solo, un mini mapa o que los npcs ayuden a reconstruir nuestra guarida. Pequeñas modificaciones al juego base que lo hacen más accesible y disfrutable.
Por otra parte, Dragon Quest Builders 2 incorpora un modo multijugador a cuatro a través de la red de redes donde es posible modificar a nuestro gusto la isla del héroe. Ninguno de los cambios afecta a la trama principal —la cual ya no viene partida en capítulos— por lo que podemos explorar, destrozar y modificar a nuestro antojo sin que afecte a nuestro progreso en la fábula. Hubiera estado bien una aventura multijugador, pero de momento lo que trae en su interior es efectivo y suficiente. Otro añadido es un modo Foto donde podemos realizar capturas de pantalla de lo que se nos antoje al mismo tiempo que giramos la cámara, añadimos filtros o desenfoques. Estas fotos pueden colgarse en un tablón donde serán vistas por otros jugadores del título o al revés, podrás visitarlo para ver las creaciones de los demás.
Ahora todo es más bonito
En lo referente al apartado técnico vemos una ligera evolución en materia gráfica pero sin perder esa esencia Dragon Quest que se imprime en todo aquello que lleve su nombre. Escenarios preciosistas, personajes con carisma visual, detalles que alegran al jugador y todo el humor posible en un juego de esta índole. Tiene un toque más cartoon, personajes más detallados y “redondeados”, escenarios más trabajados y una paleta de colores más alegres pero todo ello se ve algo limitado por la esencia cúbica del mismo. Destacar que el videojuego rinde genial en PlayStation 4 a una resolución 1080p y corriendo a una velocidad de 60fps. Por cierto, la interfaz se ha rediseñado y ahora es súper bonita de ver.
En lo sonoro poco debemos echarle en cara. Koichi Sugiyama es un genio, un hombre capaz de crear melodías que el jugador rápidamente asocia a la saga Dragon Quest. Encontraremos un montón de piezas magistrales y remixes de temas conocidos por lo que en este sentido no hay pega alguna. Eso sí, no hay voces en ningún idioma aunque el texto llega completamente localizado al mismo de Cervantes.
Conclusiones
Si te gustó Dragon Quest Builders no debes perderte su segunda parte. Mejora en todos los aspectos a su antecesor añadiéndole mecánicas que lo hacen más sencillo de manejar y más ameno. Divertido, con mucho humor, para todos los públicos y con un acabado general de diez. Además, incluye un divertido multijugador en línea que si bien podría ser algo más completo ofrece bastantes horas de juego —aunque se desbloquea algo tarde a nuestro parecer—. La compañía de Malroth nos ha encantado pues hace que la exploración sea más amena y que no solo sea nosotros contra el entorno. ¡Adiós esa sensación de soledad, bienvenidos los amigos! Es bastante largo y disfrutable, aunque en ocasiones haya tal cantidad de misiones que pueda agobiarnos. Muy recomendable para jugar en familia o con los más pequeños de la casa.