por Hugo Mier Calleja
Jesus Shows You the Way to the Highway nos adentra en un escenario retrofuturista en el que la CIA debe acceder a un entorno de realidad virtual llamado Psychobook para cazar hackers de una aún existente Unión Soviética. El agente Gagano quedará atrapado en este mundo virtual en el transcurso de una misión, y tendrá que ingeniárselas para volver al real, donde su cuerpo (concretamente, el de un etíope enano y deforme) corre serio peligro.
En su carrera contrarreloj se las tendrá que ver con agentes enemigos, compañeros traidores, superiores que pretenden ocultar sus errores a costa de su vida, karatekas africanos y un dictador disfrazado de Batman.
Al otro lado le espera su amada, una boxeadora de carácter dulce, físico contundente y voluptuoso con la que planea abrir una pizzería junto a la playa tras su merecido retiro. Por si esto no fuera suficiente, contará también con la ayuda del propio Jesucristo, encarnado en este mundo virtual por un mesías greñudo y buenrollero que celebra la eucaristía con algo llamado la Sustancia, un mejunje de aspecto sospechoso, pero que puede ser la clave para reconectar con el mundo (supuestamente) real.
El rodaje
El proceso de rodaje de Jesus… ha sido tan delirante como la propia película. Financiada mediante crowdfunding, es el resultado de tres años de trabajo en varios países, entre ellos, España, Etiopía y Letonia. Las escenas en el mundo virtual se rodaron mediante stop-motion, con el minucioso trabajo que ello supone, y se emplearon diversos tipos de cámara (desde 16 mm a digital) lo que da un aspecto muy heterogéneo y casi de collage audiovisual, y que contribuye al delirante conjunto que supone la película en sí. Por lo demás, está salpicada de numerosas referencias a la cultura pop de los 80 y 90, empezando por el inicio, que imita la pantalla de carga de los antiguos ordenadores Amstrad y Spectrum.
Es difícil definir esta película. Quizá la mejor manera sea describirla como una mezcla de Matrix con Philip K. Dick, puesta hasta arriba de ácido y netamente freak (y friky). Ver Jesus shows You the Way to the Highway es toda una experiencia que fluctúa entre lo lisérgico y una celebración geek. Una propuesta que no deja opciones al espectador: o se odia o se ama, no hay término medio.