En la temporada anime de invierno 2020 se estrenaba “Runway de Waratte” (Sonríe en la pasarela), un anime de demografía shonen sobre dos adolescentes que persiguen sus sueños de convertirse en profesionales en el mundo de la moda. Basado en el manga homónimo de Kotoba Inoya, la serie cuenta con 12 capítulos y acaba de terminar su emisión, por lo que resulta un buen entretenimiento que devorar en estos días de cuarentena.
Superación personal hecha anime
“Runway de Waratte” sigue a Chiyuki Fujito, una estudiante de secundaria que siempre ha soñado con ser una top model y desfilar en la Semana de la Moda de París para Mille Neige, la agencia que dirige su padre. Un sueño que parecía ir viento en popa hasta que, a sus 12 años, dejó de crecer y su metro cincuenta y ocho convirtió su meta en prácticamente inalcanzable. Cuando está a punto de rendirse conoce a Ikuto Tsumura, un compañero de clase que en su fuero interno desea convertirse en diseñador de moda, a pesar de que su familia no cuenta con los medios para que él pueda ir a una buena universidad de diseño.
Su encuentro hará que ambos se replanteen su destino y empiecen, con fuerzas renovadas y apoyándose la una en el otro, a perseguir sus sueños con mayor pasión y ahínco.
Así, se enfrentarán a obstáculos cada vez mayores, cayéndose, levantándose y cruzándose con diversos personajes con sus propios objetivos, en un anime que deja claro su mensaje desde el principio: jamás permitas que nadie te diga que no puedes alcanzar aquello que más deseas.
Con semejante premisa, está bastante claro hacia dónde va a tirar la trama y cómo va a terminar. Cosa, por otra parte, que el espectador agradece, pues nadie viene a este tipo de series para ver cómo los protagonistas fracasan al final… ¿verdad? No obstante, “Runway de Waratte” se reserva las suficientes sorpresas y giros de trama para mantener el interés. Los obstáculos que deben salvar los personajes van en un crescendo muy natural que hace sencillo implicarse emocionalmente con ellos. Así, nos veremos sintiendo sus mismas frustraciones, su misma rabia y alegría cuando por fin logran seguir adelante en una industria muy dura con quienes quieren triunfar en ella. He terminado llorando prácticamente en cada capítulo (aunque en mi caso no es cosa difícil) y, además, entre las emociones que este anime despierta se incluye una fuerte dosis de motivación para ponerte a trabajar en tus propias metas.
El ritmo de la serie es bastante fluido, y su final muy satisfactorio. Lo único que puede reprochársele en este sentido es que los sucesos, de cara al final, están bastante condensados, pues deben encajar una historia larga en tan solo doce capítulos. Aunque esta condensación no llega a molestar en ningún momento.
La determinación es el pilar
El pilar de “Runaway de Waratte”, y de casi todas las historias del tipo “persigue tus sueños”, son sus personajes. Y es que son ellos los que tienen que convencernos de que vale la pena interesarnos por su persecución personal. Chiyuki e Ikuto no decepcionan en este sentido. Aunque el obstáculo principal de la protagonista podría parecer un poco frívolo en comparación con el de él, lo cierto es que en un mundo donde la estética es tan importante, es ella quien se encontrará más puertas cerradas. Serán su fortaleza y férrea determinación las que primero conquistarán al espectador y las que arrastrarán a su compañero hacia el sector de la moda. Enérgica y carismática, libra una titánica lucha contra unas debilidades que siempre trata de ocultar, pero que la terminan haciendo muy humana.
Por su parte, Ikuto es más tímido e inseguro, y duda de sus capacidades, anteponiendo a su vez a su familia antes que sus sueños. Es gracias a Chiyuki que se atreve a ser un poco egoísta y termina encontrando un camino en el que conciliar ambas cosas. Pasando, eso sí, por momentos muy duros que te tocarán la fibra sensible. Su bondad, continuo esfuerzo y autocrítica son los rasgos que harán que te quedes con él.
Los personajes secundarios tampoco se quedan atrás. Desde quienes intentan ponerles trabas a los protagonistas a aquellos que quieren ayudarlos, pasando por los sempiternos rivales que tan icónicos son en los shonen. Toh Ayano, alumno de último curso de una prestigiosa universidad de diseño, arrasa con su carisma y su talento naturales. Será al mismo tiempo rival, obstáculo y motivación para Ikuto, y un personaje de los que resulta difícil apartar la vista. Finalmente está Kokoro Hasegawa, amiga del protagonista y rival no intencionada de Chiyuki. Ella era modelo antes de entrar a estudiar para convertirse en diseñadora de moda. Como modelo, tiene todo aquello que a la protagonista femenina le falta, pero su carácter dulce hace que se le coja cariño muy rápidamente y que, al final, aplaudas también sus éxitos.
Visualmente competente
“Runway de Waratte” es obra de Ezo’la, un estudio de animación bastante reciente y que solo cuenta con otros dos animes en su haber (“Happy Sugar Life” y “Are You Lost?”). No obstante, tanto el dibujo como la animación son muy agradables visualmente. Nobuyoshi Nagayama se encarga de la dirección, los guiones son obra de Touko Machida y el diseño de personajes pertenece a Misaki Kaneko. La banda sonora corre a cargo de Shuji Katayama y Akinari Suzuki, mientras que Ami Sakaguchi interpreta el opening, “Lion” y J-Jun el ending, “Ray of Light”.
En definitiva, “Runway de Waratte” resulta un anime emotivo y motivador, que te da la energía para lanzarte a perseguir tus metas mientras ves cómo los protagonistas se enfrentan a sus propios obstáculos. Que cuenta con la suficiente personalidad como para mantenerte enganchado y cuyos doce capítulos invitan a devorarlo de un par de sentadas.
