Los prados, bosques y cordilleras forman los altos paisajes alpinos de Niwot Ridge en las Montañas Rocosas, a 40 kilómetros al noroeste de Boulder, Colorado, que se recuperan de la lluvia ácida
Los prados, bosques y cordilleras forman los altos paisajes alpinos de Niwot Ridge en las Montañas Rocosas, a 40 kilómetros al noroeste de Boulder, Colorado, que se recuperan de la lluvia ácida. Crédito: William Bowman.

Una tendencia a largo plazo de mejora ecológica está apareciendo en las montañas al oeste de Boulder (Colorado, EE.UU.) Investigadores de la Universidad de Colorado Boulder han descubierto que Niwot Ridge, un área alpina alta de las Montañas Rocosas, al este de la División Continental, se está recuperando lentamente del aumento de acidez causado por las emisiones de los vehículos en el Front Range, que causaron lluvia ácida durante décadas.

Sus resultados muestran que los niveles de ácido nítrico y sulfúrico en la región del Valle de los Lagos Verdes de Niwot Ridge en general han disminuido durante los últimos 30 años, especialmente desde mediados de la década de 2000. Los hallazgos, que sugieren que las regiones alpinas de Mountain West pueden estar recuperándose, se publican en el Journal of Geophysical Research: Biogeosciences.

Esta es una buena noticia para la vida silvestre en general del Parque Nacional de las Montañas Rocosas al norte de Niwot Ridge, que dependen de niveles limitados de acidez en el agua y el suelo para prosperar. Las Montañas Rocosas de Colorado también son la fuente de mucha agua para las personas que viven en el oeste de las montañas, y la integridad de estos ecosistemas influye tanto en la cantidad como en la calidad de esta agua.

El control de las emisiones de los vehículos, clave para la disminución de la lluvia ácida

«Parece que estamos haciendo lo correcto. Al controlar las emisiones de los vehículos, algunos de estos lugares realmente especiales que hacen que Colorado sea único están volviendo a ser lo que solían«, comenta Jason Neff, coautor del artículo y director del Laboratorio de Innovación en Sostenibilidad en Colorado (SILC).

Casi todas las áreas del mundo, incluidas las Montañas Rocosas de Colorado, se han visto afectadas en los últimos 200 años por el aumento de nutrientes ácidos, como el nitrógeno, contenidos en la lluvia y la nieve. Los óxidos de nitrógeno, como el nitrato, se producen principalmente a partir de los vehículos y la producción de energía. El amonio es un ingrediente principal de los fertilizantes agrícolas comunes.

El nitrógeno es un nutriente fundamental buscado por los ecosistemas de todo el mundo. Pero cuando los niveles de nitrógeno aumentan demasiado, este cambio en la química del suelo y el agua puede dificultar que las plantas nativas prosperen o incluso sobrevivan, lo que lleva a una cascada de consecuencias negativas.

En el verano, el sol calienta los flancos orientales de Front Range, lo que hace que el aire más cálido se eleve, y trae nitrógeno de los automóviles, la industria y la agricultura. A medida que este aire se enfría, forma nubes sobre las Montañas Rocosas y vuelve a caer gracias a las tormentas eléctricas de la tarde, depositando contaminantes, según Neff.

En la década de 1970, la llamada «lluvia ácida» golpeó los ecosistemas de la costa este con mucha más fuerza que en las montañas del oeste, acabando con poblaciones de peces y árboles en grandes franjas del norte del estado de Nueva York. Pero los científicos todavía están trabajando para comprender cómo el aumento de los niveles de nutrientes ácidos afectan la región alpina y cuánto tardan estos ecosistemas en recuperarse.

No todo son buenas noticias… Los niveles de amonio de los fertilizantes han aumentado más del doble en las precipitaciones en esta área entre 1984 y 2017

Para llenar este vacío de conocimiento, los investigadores analizaron datos de 1984 a 2017 sobre la deposición atmosférica y la química del agua de los arroyos de la Estación de Investigación de Montaña, una instalación de investigación del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR) y CU Boulder, ubicada en Niwot Ridge. Descubrieron que a principios de la década de 2000, los niveles de ácido nítrico y sulfúrico dejaron de aumentar en Green Lakes Valley. A mediados de la década de 2000, comenzaron a disminuir.

Sin embargo, sus hallazgos no fueron todas buenas noticias. Los niveles de amonio de los fertilizantes han aumentado más del doble en las precipitaciones en esta área entre 1984 y 2017, lo que indica la necesidad de continuar controlando este químico agrícola y sus efectos en el ecosistema de montaña.

Este trabajo se basa en décadas de trabajo de campo por investigadores de Colorado en CU Boulder y otros lugares. Niwot Ridge es uno de los 28 sitios de la Red de Investigación Ecológica a Largo Plazo (LTER) en los EE.UU., financiado por la National Science Foundation. Sus 10 kilómetros cuadrados se extienden desde la División Continental hasta el bosque subalpino, a 40 kilómetros al noroeste de Boulder. Los investigadores de CU Boulder, así como de la Universidad Estatal de Colorado y el Servicio Geológico de los Estados Unidos, han estado recopilando datos en la zona desde mediados de la década de 1970, durante caminatas a través de la nieve, aguanieve y lluvia.

En los años 80, 90 y 2000 trabajaron para llamar la atención sobre el aumento de la acidificación en los ecosistemas montañosos de Colorado, así como como sobre la necesidad de una regulación de la contaminación en Front Range. Esta nueva investigación fue posible gracias a estos científicos dedicados a su trabajo y vocación, insiste Neff.

«Utilizamos modelos de calidad del agua y enfoques estadísticos para analizar los conjuntos de datos a largo plazo que los investigadores de Niwot han estado recopilando durante décadas«, afirma Eve-Lyn Hinckley, coautora del artículo y miembro de INSTAAR. «Los datos están disponibles para que cualquiera los descargue. Nuestros enfoques de modelado nos permitieron evaluar los patrones que se mantienen de una manera rigurosa«.

Desde 1990, Bill Bowman, director de la Estación de Investigación de Montaña y profesor de ecología y biología evolutiva, ha estado investigando cómo los nutrientes como el nitrógeno afectan a las plantas en los ecosistemas de montaña. Ha descubierto que los entornos alpinos son únicos en su forma de responder a estos nutrientes.

«Es un sistema que se adapta a los nutrientes bajos, así como a un clima severo y una temporada de crecimiento muy corta, y las heladas a mitad de la temporada. Son plantas de crecimiento muy lento, y simplemente no pueden responder a la adición de más nitrógeno al sistema«, asegura Bowman, también miembro de INSTAAR.

También ha descubierto que estos ecosistemas se recuperan con bastante lentitud, incluso después de que ya no se agreguen elementos ácidos como el nitrógeno. Pero al igual que Neff, quien completó su tesis de licenciatura con honores con Bowman en 1993 utilizando datos de Niwot Ridge, ve esta investigación como alentadora.

Incluso si lo hace de forma lenta, comentan los investigadores, estos resultados muestran que el ecosistema tiene la posibilidad de recuperarse. «Todavía tenemos problemas de calidad del aire en el Front Range. Pero incluso con esos problemas, esta investigación muestra que la regulación de las emisiones de los vehículos y las plantas de energía está teniendo un gran impacto positivo«, concluye Neff.

Fuente: Geophysical Research: Biogeosciences.

Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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