Ediciones Pàmies trae a España la saga de El Druida, que allende nuestras fronteras ya ha visto la luz de cuatro novelas y un relato. Una excelente noticia para los amantes de las novelas de aventuras en un contexto histórico que no requiere grandes exigencias académicas.
¿Recordáis mi reseña Indiana Jones y la danza de los gigantes? ¿Veis el círculo de grandes piedras de la ilustración de cabecera? Hoy, de alguna manera, vuelve a ser el escenario de nuestra historia.
Pàmies importa una nueva saga, con aires a aquella Vindolanda donde el protagonista era el britano Tito Flavio Ferox. En aquella ocasión, era un centurión regionarius de la Legión II Augusta a cargo de un pequeño territorio situado en la frontera más septentrional del Imperio romano. En la novela que nos ocupa en este artículo, varios años después y tras el repliegue romano, volvemos a tierras británicas. Ahora reina la anarquía por doquier entre tanta tribu autóctona y extranjera buscando hacerse un hueco.
Una época de leyenda
Ambientada en la edad oscura, tras la partida de los romanos y antes de las invasiones vikingas, la falta de fuentes escritas permite a la imaginación rellenar los huecos en la historia real, bien con aventuras ficticias como esta, o con un joven Arturo unificador que se pasea por entre alguna de estas páginas acompañado del Merlín, el druida de druidas.
Aventuras y tradiciones ancestrales se entremezclan en un escenario épico que busca reescribir su historia a través de una misión para rescatar a una niña con poderes mágicos, el arma más potente que puede pedirse. Advertencia: abstenerse puristas de la historia. El llamamiento que hago en esta reseña es al más puro y simple disfrute en un entorno bien esbozado. He avisado, que conste.
La portada de la versión española es obra de Calderón Studio y la traducción ha corrido a cargo de Pedro Santamaría. A propósito de Pedro, en agosto os reseñaremos su último éxito, Campos de gloria, con la que culmina tres novelas: Godos, El Saqueo de Roma y la citada Campos de Gloria. Los lectores hemos asistido al pueblo errante en su asombroso camino desde el Danubio hasta el pequeño reino de Tolosa.
Un escocés de pura cepa
Toca la guitarra y escucha heavy metal mientras escribe. Es un autor muy activo en las RRSS e interactúa con sus seguidores. Como él mismo dice, aún sigue, como hombre de clase obrera de un pequeño pueblo escocés que es, honradamente sorprendido de la gran acogida de su obra, y por ello está en permanente contacto con sus lectores. Siempre está disponible para interactuar con bloggers, podcasters y youtubers sobre libros, heavy metal, guitarras, Robin Hood, druidas y lo que se tercie. Por cierto, os recomiendo una visita a Glasgow. Fue donde menos turistas encontré y me encontré una ciudad populosa sorprendente.
A modo de anécdota, Steven, de joven trabajó en un castillo de una de las ambientaciones que recoge la novela; de ahí tanto detalle en algunos pasajes. Eso no ha evitado que se tome varias licencias creativas para otras localizaciones.
El Druida
La historia arranca con una cena fraternal en la localidad de Dun Buic, donde Nectovelio, rey de los damnonii, ejerce de anfitrión de los reyes Corotico y Narina. En mitad de la celebración, unos extraños se adentran en la fiesta y, aunque son masacrados parte de ellos, los habitantes del pueblo descubren que se han llevado a la hija de los reyes. Es a partir de ese momento cuando el gigantesco druida Bellicus encabeza una partida en busca de la princesa Catia.
Bel no es un personaje baladí. Representa a la isla prerromana. La Britania de los ritos sangrientos, la sabiduría ancestral, la transmisión de los conocimientos entre sus iguales y, cómo no, un rey que se precie debía contar entre sus asesores con un druida. Por lo tanto, no debe extrañarnos que sea sacerdote, guerrero, amante y mucho más. Será que tengo reciente la quinta temporada de Vikingos, pero me parecía ver al obispo Heahmund en esta figura de Bellicus. El caso es que, también, saldrá a la palestra la amenaza del cristianismo desde el sur de la isla devorándose todo tipo de culto pagano de las tribus norteñas y marcando el final de una época, la de los sacerdotes que coronan sus cabezas con coronas de muérdago.
Aventuras de las de siempre
Sea como fuere, la escaramuza de los sajones ha salido bien y Bel retorna con las manos vacías a la fortaleza de los reyes en Dun Breatann. Bellicus prometerá al rey Corotico que no cejará en su propósito de traer con vida a la joven Catia. También, se lo promete a la reina Narina, la cual teme lo peor por el futuro de su hija. Ella adivina cuál es el sangriento propósito de sus captores, los cuales se han tomado demasiadas molestias en subir hasta el norte para secuestrar a una princesa.
A partir de aquí, atad bien vuestras sandalias, porque caminaremos sin parar a través de calzadas romanas, nos acercaremos al Muro de Adriano y veremos antiguas fortalezas romanas con baños ahora abandonadas. También, como quien no quiere la cosa (porque en este libro su autor no se extiende en grandes pasajes) sabremos detalles de la niñez y la formación de Bellicus. Quién fue su mentor y cómo la magia empezó a adentrarse en él. A lo largo de la novela nos quedará claro que Bel es respetado por su condición de druida que sabe llevar a cabo rituales ancestrales, siendo respetado y venerado como guía del pueblo
Durante su persecución de los sajones, los germanos recién llegados a la isla, vivirá todo tipo de aventuras e irá encontrando personajes de todo tipo y pelaje. Desde ser drogado y robado, hasta ser acusado de homicidio por toda una aldea furibunda. La historia, en ese sentido es bastante lineal, pero ágil, sabiendo mantener la atención del lector.
En la página 102, por si a alguien le cabían dudas, el autor nos destapa los auténticos motivos que empujan al druida a encabezar esta persecución tras los sajones de Jutlandia. Sabremos por qué es tan importante recobrar a la pequeña princesa de los damnonii. Motivos de peso que harán que nosotros, los lectores, nos sumemos con ansia a esta búsqueda y misión de rescate.
¿Qué vais a encontrar?
En El Druida no solo vamos a vivir las aventuras de Bel, sino que de manera paralela veremos cómo la joven princesa interactúa con sus captores camino de donde la lleven. Conoceremos a los captores Alfred y Horsa, y cómo se las tiene que gastar la joven Catia con ellos.
Me quedo con la figura de las volvas, el equivalente sajón a los druidas celtas, y Thorbjorg, la volva más poderosa del mundo. Esta especie de Morgana será la sombra y consejera del rey Hengist en Garrianum. Este rey es quien ha orquestado el secuestro y ha mandado ni más ni menos que a su hermano a cumplir con el cometido.
El pobre Bellicus me ha recordado en ocasiones al doctor Zhivago. Ambos tienen un largo viaje por delante que se alarga más si cabe con algunas paradas que lo retrasan para su desquicie. Hete aquí que se encuentra con, ni más ni menos, el Merlin en la tierra de los selgovae. Se trata de una tribu que seguramente recordaréis de la novela que ya os reseñé aquí. Tranquilos/as, he usado el artículo escoba a propósito.
Digo el Merlín, porque era un status, no un nombre propio. Si bien, este druida que actualmente ejerce de mentor para el joven Arturo quedará para el recuerdo como eso, Merlín el Mago. Digamos que esta es una de esas licencias que os había anticipado se ha tomado McKay.
Otro de los personajes con los que me quedo (de hecho está creado con ese propósito) es Duro, un panadero antaño centurión romano. Hará de perfecto partener de Bellicus y hasta ahí puedo leer, o mejor dicho, escribir.
Conclusión
El Druida os trae sacrificios, al Merlín, batallas a espadazo limpio, escaramuzas en el bosque, trucos de magia, círculos de piedras mágicas, una maga cual la artúrica Morgana, un Arturo unificador, el avance cristiano que acaba con la cultura previa, tribus que pugnan por el control de la isla y una cría que es lista como ella sola a pesar de tener solo ocho años. Y es que de casta le viene al galgo (o galga, en este caso)
Excelente novela de aventuras que abre la saga de el Druida Guerrero ambientada en una época donde se forjaron leyendas y héroes imperecederos. A mí me ha gustado, mire usted.
Puedes leer el primer capítulo aquí.