Una historia de amistad, amor y oscuridad.
En Fantasymundo tenemos la sensación de que, desde hace unos años, Norma Editorial está apostando con mucha más fuerza por obras diferentes y originales que salen de la norma y que buscan transmitir y narrar historias frescas que sorprendan de verdad al lector desde su primera página. Érase una vez en Francia o La Bomba son solo dos muestras del potencial que hay a día de hoy en el catálogo de esta editorial y, tras leer Zoo – guionizado por Philippe Bonifay y dibujado por Frank Pé -, queda claro que la editorial ha seguido la misma línea de pensamiento con esta obra.
Zoo: un Arca de Noé en Francia
Hablar de Zoo es tremendamente complicado por la forma que tiene la obra de narrar los acontecimientos, por la personalidad de los protagonistas y por la magia que transmite cada una de sus viñetas. Si atendemos a la sinopsis, Zoo trata de:
Célestin es médico en una pequeña aldea normanda, pero también es un Noé moderno que ha transformado su propiedad en un zoo repleto de animales exóticos. Junto a Célestin conviven su hija adoptiva Manon, el escultor Buggy y la misteriosa Anna, una mujer desfigurada que procede de las estepas rusas. Su pacífica existencia se verá brutalmente sacudida por el inicio de la I Guerra Mundial.
Una historia de personajes
En la práctica, Zoo nos cuenta la historia de Célestin, Manon, Buggy y Anna mientras viven su día a día en este zoológico improvisado en el que acogen y protegen a multitud de animales perdidos o sin hogar. Con el paso del tiempo, los protagonistas tienen que hacer frente a problemas típicos como la falta de fondos para mantener el zoo, tensiones en sus relaciones personales e, incluso, con problemas relacionados con sus culturas y el pasado de algunos de los protagonistas.
Así, a lo largo de más de 220 páginas iremos conociendo a los protagonistas, especialmente a Célestin y a Manon. Célestin tiene que hacer las veces de padre, administrador del zoo y médico de la aldea en la que vive, lo que le provoca problemas y agobios en todos los frentes, sobre todo debido a la personalidad tan especial de Manon, una chica que se ha criado entre animales y que no ha tenido una educación convencional, lo que ha provocado que tenga una visión del mundo muy particular.
Todo esto se ve aderezado con el telón de fondo del conflicto de la I Guerra Mundial. Durante toda la obra se habla de pobreza, de hambre y de miedo ante lo que podría suceder si el conflicto alcanza realmente a los protagonistas. Con todo esto, como se puede intuir, Zoo es una historia de personajes en la que lo que realmente interesa, es conocer más sobre como se desarrolla la vida de cada uno de los habitantes del zoo que pronto convertimos en nuestro propio hogar.
Lo único que podemos echarle en cara en este sentido es que, en algunos momentos concretos de la historia, ciertos problemas se resuelven de maneras que quedan poco claras para el lector y que llegan a provocar más dudas que respuestas pero, por lo demás, no podemos ponerle más pegas al trabajo de Philippe Bonifay.
Animales realistas
Sin embargo, estamos convencidos de que la verdadera estrella de esta obra es Frank Pé. Zoo no sería la obra que es si no estuviese acompañada por los dibujos de este artista. La recreación al detalle de cada uno de los animales es espectacular y, los trazos y el estilo utilizado para dar vida a los protagonistas aportan un toque muy particular que ayudan a dotar a Zoo de esa aura de obra de autor que no busca llegar a las masas.
A esto también ayuda el gran trabajo a nivel de edición con unas cubiertas en cartoné de tamaño 23,5 x 31 cm que dejan una sensación muy robusta en las manos cuando estamos leyendo el tomo.
Conclusiones sobre Zoo
Zoo nos ha sorprendido para bien. Pese a que no es una obra para todo el mundo, creemos que aquellos lectores que estén buscando una obra diferente encontrarán aquí una opción muy interesante.