Las webcams han pasado de ser ese accesorio para hablar con familiares, a ser herramientas indispensables para cualquier negocio moderno. La necesaria instauración del teletrabajo, y su posterior normalización, han cambiado por completo el día a día en las empresas. Los trabajadores, ahora, trabajan desde sus oficinas en casa, en lugar de en las oficinas de las empresas. Sin embargo, necesitan seguir estando comunicados con sus compañeros para que la actividad siga su cauce como de costumbre.
Ahí entra en juego este dispositivo, pero no uno cualquiera. Hay que saber cómo comprar una webcam de calidad para el trabajo, que garantice videollamadas sin cortes y sin problemas de sonido o visibilidad. Vamos a ayudarte con ello.
Qué necesita una webcam para profesionales
Buscar una webcam idónea para trabajadores en empresas es, cuanto menos, prioritario. En los tiempos que corren, con el modelo de trabajo mixto o el teletrabajo imponiéndose, las reuniones por videollamada forman parte del día a día de cualquier negocio. Dar con la mejor webcam para videoconferencias es crucial para que el negocio siga rindiendo igual o mejor que antes de la pandemia y, aunque te acabamos de ofrecer una muy buena opción de compra en ese enlace, te conviene saber cómo elegir webcams de calidad para tus empleados.
No es difícil dar con modelos de calidad, solo hay que saber priorizar las características. Debemos insistir en la relevancia de dar cámaras de calidad a los empleados. Las «dailies» o reuniones diarias las necesitan constantemente y, ahora más que nunca, poder facilitar la comunicación audiovisual entre integrantes de un mismo equipo sin importar la distancia es vital. La tecnología lo permite, solo hay que saber hacer la inversión adecuada.
Seguir ese camino permitirá que el negocio se adapte por completo a las nuevas corrientes laborales, pero, sobre todo, garantiza calidad, seguridad, comodidad y fluidez en el entorno laboral. En definitiva, necesitas prestar atención a estos factores clave para determinar la calidad de una webcam que te ofrecemos a continuación:
Resolución y tasa de fotogramas
Esto es el primer factor a tener en cuenta. Muchas de las cámaras integradas en portátiles vienen ya con resolución 720p, aunque muchas lo afirman y luego ofrecen una resolución real muy inferior. Ahora bien, lo mínimo a exigir en webcams modernas son los 1080p de resolución, el HD estándar. Por debajo de eso, la calidad de la imagen se verá muy resentida. De hecho, recomendamos todavía más recurrir a modelos 2K ó 4K.
Por otra parte, hay que tener en cuenta la tasa de fotogramas a la que puedan grabar. La diferencia entre 30 fps y 60 fps es muy notoria y, aunque esta última cifra es la ideal por la suavidad y fluidez de los movimientos en las imágenes, también consume un mayor ancho de banda. Si el modelo que tienes en el punto de mira ofrece resolución 2K a 30 fps sin cortes, no lo dudes. Es la mejor dupla, aunque siempre puedes ir un paso más allá, sobre todo si tienes que mostrar elementos con mucho grado de detalle a través de la cámara.
Autoenfoque
Los modelos más económicos tienen un foco fijo, aunque los hay que ofrecen la posibilidad de ajustarlo manualmente. Realmente, la mejor opción es una webcam con autofocus o autenfoque. Solo hay que pensar, por ejemplo, en una videoconferencia en la que se tengan que mostrar diapositivas, documentos o una pizarra con diferentes gráficos. El autoenfoque hará que, automáticamente, la cámara se ajuste para mostrar con nitidez aquello que deba tenerla.
De este modo, se agiliza considerablemente toda la videollamada y se evitan problemas por no poder visualizar la información correctamente. Esto, desde luego, es vital en los negocios, sobre todo a la hora de llevar a cabo reuniones con inversores, cierres trimestrales o tratar plannings de proyectos.
Lentes y manejo de la luz
A veces se piensa demasiado en resoluciones y fotogramas, cuando el quid de la cuestión está en la lente y la exposición de la webcam. De aquí dependen el campo de visión y la cantidad de luz que puede recoger el sensor de la cámara, permitiéndole ajustarse automáticamente para evitar un exceso de oscuridad o una iluminación excesiva a la hora de mostrar la imagen a las otras personas reunidas.
Para salas de conferencias, lo ideal son modelos con 90 grados o más de campo de visión; en cambio, para trabajadores que ejerzan en remoto, basta con modelos de entre 65 y 90 grados, así solo se ven sus caras.
Micrófono integrado
La calidad de imagen es importante, pero la de sonido lo es todavía más. Muchas webcams tienen micrófonos integrados que no están para nada a la altura, y esto en el ámbito laboral se debe evitar por todos los medios. Lo cierto es que se puede caer en la tentación de optar por modelos con captura de sonido en estéreo, pero esto se traduce en varios problemas: mala calidad y recogida de sonidos ambientales.
Lo mejor, en estos casos, es optar por micrófonos separados. Puede suponer un coste mayor, pero se evitan ruidos externos, sobre todo si hablamos de trabajadores en remoto que están en sus hogares.