Estados Unidos. El “Sueño Americano”. El lejano Oeste. La fiebre del oro. Consigue lo que te propongas. La “filosofía” de Rand. El país de la libertad… Pero también: las facturas astronómicas de la sanidad. El desahucio por las nubes. La casi imposibilidad de estudiar en la universidad sin conseguir una deuda para toda la vida. El racismo. La brutalidad policial. El maltrato en el ejército… Son algunas de las cosas de las que nos habla la periodista Helena Villar en “Esclavos unidos”, de Akal.
El gobierno de Estados Unidos, sea cual sea su signo, siempre ha visto oportunidades para hacerse con la hegemonía mundial a lo largo del siglo XX, desde las guerras en Europa a las invasiones de países soberanos por el control de la materia prima en el mundo. Sin embargo, si nos atenemos a los últimos datos que nos llegan desde el interior del país, algo huele a podrido en el “paraíso” neoliberal. En 1933 Roosevelt propugnó la teoría del New Deal con la que pretendía superar el crack del 29 a través de una reforma agraria, bancaria, laboral, industrial y de ayudas sociales. Pero este ambicioso proyecto ni siquiera superó la Segunda Guerra Mundial, aunque algunos de sus avances propiciaron que, hasta los años 70, Estados Unidos viviera una época dorada del capitalismo muy bien representada tanto en películas como en series como Mad Men.
Y llegó Reagan con sus Reaganomics para poner patas arriba la economía, que llevaba un tiempo languideciendo, y con sus bajadas de impuestos, que dejaron vacías las arcas del Estado y las sucesivas recesiones a principios de los 80, llevaron al país más poderoso del mundo, el del American Dream, a una situación que se arrastra hoy en día y que nos refleja Villar en “Esclavos unidos”.
El libro
A través de cuatro capítulos titulados “Los pilares de la desigualdad”, “Trabajar como un esclavo”, “Cómo sobrevive y se sobrevive al sistema” y “La sed. El modelo se agota”, Helena Villar nos traza un recorrido por esa desigualdad sobrevenida a través de un modelo caduco que no garantiza los derechos más fundamentales de las personas que no tienen poder monetario en Estados Unidos.
En “Los pilares de la desigualdad”, Villar nos hace un recorrido por varios temas candentes que, en cualquier país europeo nos parecerían aberrantes (aunque caminemos con los ojos vendados hacia ello) como son la sanidad…
“Antavia Lee Worsham, veintidós años, Ohio – Tuvo problemas para pagar la insulina cuando cumplió dieciocho años y ya no era elegible para una cobertura de seguro estatal. Recurrió a tomar prestada la insulina de otros, cambiar su dieta y racionar la medicación. La insulina y derivados que necesitaba para vivir costaban mil euros al mes. Su hermano la encontró muerta por cetoacidosis diabética el 26 de abril de 2017.”
… una educación pública tan deficiente que excluye por sistema a los niños y niñas con necesidades especiales y que colma de dinero a las escuelas chárteres, parecidas a las concertadas pero sin ningún tipo de control sobre en qué se gasta el dinero.
O la vivienda, despojada de los créditos que se concedían desde la crisis de 2008 y con un aumento de los desahucios espectacular que ha propiciado que cada vez más personas vivan en guetos marginales e ilegales, incluso trabajadores pluriempleados que se ven abocados a vivir en su coche en áreas de servicio.
En “Trabajar como un esclavo”, Villar nos relata las condiciones laborales del país donde al menos el 44% de la población en edad de trabajar cobra salarios miserables de aproximadamente 18000 dólares al año cuando el umbral de la pobreza está establecido en 36000. La ausencia de poder sindical que promueve el capitalismo hace que Estados Unidos sea uno de los países desarrollados que peor trato da a sus trabajadores, siendo especialmente significativo el caso de los exsoldados:
“Yo sabía que las cosas no iban bien. Todo comenzó a ir mal cuando después de ser destinado a Iraq decidió enrolarse en las fuerzas especiales, donde le hicieron especialista en armas. Yo no sé qué pasó allí, solo sé que a la vuelta, ya en la última foto de familia que nos tomamos, sus ojos eran diferentes. Durante el segundo aniversario de mi nieto me di cuenta que mi hijo estaba bebiendo más de lo que solía, a plena luz del día (…) La autopsia confirmó que tenía heridas cerebrales previas y todo apunta a que no se diagnosticó a tiempo un trastorno de estrés postraumático que debía de haber sido bastante obvio para ellos”.
En “Cómo sobrevive y se sobrevive al sistema” nos encontramos con una descripción aterradora de la adicción a los opiáceos que recientemente pudimos ver en series como “New Amsterdam” cuyo consumo es tan extenso que se recetan desde niños y niñas menores de diez años hasta ancianos, provocando que la mayor causa de muerte en el país sea por las drogas. Además se trata de uno de los países con más presos del mundo, que realizan trabajos obligatorios en la cárcel a razón de 23 centavos la hora, consiguiendo eliminar esos empleos para los no encarcelados y ahorrarles muchos millones de dólares a las empresas que tienen las concesiones.
Por último, en “La sed. El modelo se agota” Villar nos lleva a un caso particular, el de Flint, una localidad de Michigan que en 2014 cambió su sistema de agua a un río contaminado por la industria que incluso la propia General Motors había dejado de utilizar porque corroía sus máquinas. La población se contaminó con metales pesados y el caso aún no ha sido juzgado, pero es una muestra más de cómo la clase obrera tiene las de perder en un país cuyos derechos sociales van cuesta abajo y sin frenos.
Opinión
“Esclavos unidos” es un libro muy revelador. Aunque no es especialmente largo, sí que aporta muchos datos y estudios en todos los temas que toca, que se pueden más o menos ir adivinando en las noticias (poco), en algunos ensayos provenientes del país o incluso, como cité más arriba, en series como “New Amsterdam”, que hace una denuncia en cada capítulo de las desigualdades y discriminaciones que sufren millones de americanos por no haber nacido con una idea, un garaje y tres millones de dólares de sus papás.
Villar nos adentra en una sociedad podre, cuyas peleas políticas y malos hábitos nos llegan a diario a través de las pantallas, pero cualquiera de los dos candidatos a la presidencia no es capaz de llevar a cabo o siquiera proponer una reforma integral del sistema que dé cabida a una disminución de las desigualdades y la discriminación en el país, que garantice los derechos fundamentales para todos y que vuelva a ser verdad el Sueño Americano, si es que algún día lo fue.
Es desgarrador conocer los testimonios de los oprimidos, pero también necesario y Helena Villar nos trae, en «Esclavos unidos», muchos y variados, dos de los cuales he reproducido más arriba. Pensamos que en el país más poderoso del mundo (por el momento), todo es jauja y suspiramos con las tonterías que nos transmiten a través de su publicidad y product placement estratégico, pero lo que es realmente cierto es que, si no tienes mucho dinero, probablemente seas maltratado, vejado y discriminado igual que esos millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza (el 44% de los trabajadores).
«Esclavos unidos» me parece un libro fundamental para conocer lo que no se nos cuenta, las estadísticas, los testimonios de la gente que pensamos, publicidad mediante, vive en sus barrios bailando rap y trabajando con sonrisas sempiternas en el McDonald’s, soñando con hacerse millonarios de la noche a la mañana, que los descubra un productor o inventar en el garaje algo revolucionario. Gente que se endeudará toda la vida para estudiar, comprarse una casa de la que serán desahuciados o enfermarán y morirán por no poder pagar un tratamiento.
La autora
Helena Villar es una periodista licenciada en la Universidad Autónoma de Barcelona y máster en Televisión por la Universidad Rey Juan Carlos. Trabajó en la sección de política de El País y en la Agencia EFE. Después pasó a trabajar en TVE, tanto en el Canal 24 horas como en TVE Cataluña y los informativos. Actualmente trabaja en Rusia Today como corresponsal en Washington DC desde 2017. “Esclavos Unidos. La otra cara del American Dream” es su primer ensayo, publicado en Akal.