Aunque ha sido un tema con el que se ha experimentado desde siempre, la unión de escenas prefijadas con un sistema de decisiones más o menos lineal está muy en auge desde hace una década. Destacan los muchos títulos de Telltale y propuestas como Until Dawn, en las que la jugabilidad de un videojuego al uso queda limitada en favor de la experiencia narrativa y la toma de decisiones. Todas ellas con el apartado gráfico de un videojuego. No podemos olvidarnos tampoco de propuestas como Quantum Break. En todo caso, el cine y el videojuego parecen llevarse cada vez mejor.
Sin embargo, este es un caso bastante particular. A Late Shift es difícil calificarla como juego ya que estamos ante toda una película interactiva, grabada con actores e imagen real en todo caso y donde no hay ni quick time events, ni exploración, ni combate, «solo» una toma de decisiones continua a lo largo del film. Esto no quita, como iremos viendo, que la experiencia sea satisfactoria como juego, en su sentido más clásico. Pero más que un videojuego que tiende al cine, es una película que flirtea con la interactividad y la libertad que permite cualquiera de los títulos mencionados antes.
Por otro lado, la referencia más directa y que seguro que a todos nos viene a la cabeza es el típico libro «elige tu propia aventura» que todos habremos leído en alguna ocasión. Al final estamos en una situación muy similar. Como esto se generalice ya me veo con adaptaciones de Hollywood de libros de ese tipo en los cines.
Antes de centrarme en el juego como tal, un par de apuntes. El estreno de la película dirigida por Tobias Weber fue el año pasado y estuvo recorriendo eventos por toda Europa, aunque no llegó a España. En todos los casos, los espectadores iban con una aplicación móvil donde aparecían las decisiones en tiempo real. Mediante un sistema de votaciones, la decisión mayoritaria era la que se llevaba a cabo. Esto no pausa la película, se elige prácticamente al momento.
El Late Shift que tenemos entre manos es la versión individual de esta experiencia cinematográfica con gran cantidad de público, donde las decisiones las tomamos nosotros mismos. La misma que llegó para dispositivos iOS el año pasado y que ahora llega a PC y consolas.
El protagonista del filme es Matt, un estudiante ligeramente obsesionado con la probabilidad y las matemáticas que por las noches trabaja en un aparcamiento de coches de lujo. No pasarán ni dos minutos cuando empezamos a meternos en problemas, que involucran el robo de una antigüedad de gran valor, entre otras cosas. Pronto veremos como lo que aparentaba ser una noche tranquila se convierte en una aventura llena de adrenalina y decisiones que tomar.
No voy a contar mucho más para que no haya spoilers, pero al igual que en otros juegos, estamos ante una experiencia cuyo guion troncal es inalterable: las decisiones van marcando la acción, pero invariablemente acabaremos en lugares obligatorios para el desarrollo de la historia. Es una de las limitaciones básicas de este tipo de propuestas y Late Shift no es una excepción.
Entonces, ¿las decisiones para qué sirven? Bueno, una cosa es que el juego siga unos parámetros comunes independiente de las decisiones y otra cosa son las condiciones en las que lleguemos a cada lugar. Nosotros decidiremos si somos cobardes, sensatos, atrevidos, irresponsables y un largo etcétera. ¿Colaboraremos en el atraco para que no nos maten?, ¿haremos lo posible para desbaratarlo desde dentro? Lo bueno de la propuesta es que es algo más completo que una decisión binaria y podremos elegir colaborar cuando lo veamos oportuno y, en situaciones más ventajosas para nosotros, meter en problemas a la banda.
La jugabilidad es tan simple como apretar un botón u otro según nos aparezcan las decisiones en pantalla. Se suceden muy rápido y son muchas así que hay que estar atentos en todo momento. Según los creadores, hay más de 180 puntos de decisión, pero en un recorrido normal, que dura unos 60 minutos aproximadamente, tendremos que elegir unas 60 o 70 veces. A una decisión por minuto, más o menos.
Estas decisiones no solo aparecen de forma continua sino, como comentaba, rápida. La película no se pausa para dejarnos pensar, lo que nos deja un margen muy limitado para actuar, entre tres y cinco segundos. Casa bien con la acción continua de la película, pero es frustrante que no puedas soltar el ratón o el mando ni un segundo, casi tienes que tener más reflejos que en un shooter. Menos mal que no hay que leer mucho, casi todas son del tipo «confiar» o «no confiar».
Si no acertamos a elegir nada, se continúa por una opción por defecto. No es una buena idea, ya que no sabemos muy bien qué decisión habrá elegido la máquina por nosotros. Esto también se debe a la ambigüedad de los resultados de nuestras decisiones. No siempre es así, por supuesto, pero pongo un ejemplo: prácticamente la primera decisión que tenemos que tomar es si ayudar a un viajero perdido en el metro o correr para pillar el tren, que está a punto de irse. Si no elegimos nada, el viajero insiste en la pregunta forzándonos a ayudar y perdemos el tren. Sin embargo, esta opción no se corresponde con la de «ayudar», sino con la de «correr».
Este detalle es más importante de lo que parece y a la larga es uno de los mayores puntos fuertes del juego: nosotros, en todo momento, somos Matt. Nuestras decisiones son las suyas. Una cosa es que decidamos correr y otra cosa es que nos dejen. No estamos hablando de decisiones desde la omnipresencia. No podemos elegir «evitar el arresto» y estar seguros de evitarlo. Lo único que hacemos es activar una respuesta en el protagonista, que actuará según las condiciones del entorno.
Pero al final estoy explicando de forma demasiado compleja que no podemos influir en la historia tanto como pudiéramos querer. Esto es coherente con la trama y con su propio sistema de juego, pero limita las posibilidades y por tanto, la desviación respecto a la historia principal. Durante el primer recorrido del juego no importa, pero en siguientes revisiones para descubrir los siete finales disponibles, se nota el pastel demasiado pronto. Y eso que es bastante rejugable, mucho más que los ya nombrados Until Dawn o los de Telltale. Su duración algo inferior a una película y la más que decente factura en el rodaje nos llevan a querer verlo una segunda vez para ver qué hubiera pasado si, por ejemplo, hubiéramos ido a la policía en vez de salir corriendo. Además, hay capítulos enteros que solo veremos bajo ciertas condiciones.
El principal problema es que no está doblado al español, al menos a día de hoy en la versión de Steam. Inglés británico no muy difícil de entender y subtítulos muy claros, pero por supuesto, no al alcance de todos. Esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de adquirirlo. Espero que en un futuro pueda estar disponible en nuestro idioma así que, si después de leer esto estás interesado, compruébalo por si acaso.
En cuestiones técnicas, destacar la calidad de la fotografía en el rodaje. La mayor parte transcurre de noche y las escenas de la ciudad de Londres, los diversos escenarios y uso de la iluminación están realizados a un nivel impecable. Las actuaciones en general son mejores de lo que esperaba, aunque depende un poco de cada profesional y de la escena en concreto, ya que a veces se puede notar la transición entre una escena y otra en la forma de actuar de algunos de los personajes. Esto ocurre por tener dos versiones mínimo para cada escena, dependiendo de las decisiones.
Algo parecido le pasa al guion. Acción constante sin mucho tiempo para parpadear desde el minuto uno, para mantenernos pegados a la pantalla y alerta ante las opciones que nos irán apareciendo. Está bien resuelto pero no cuenta nada nuevo y cae en tópicos y en algunas incongruencias, pero muchas de ellas son fruto de tener que casar todas las versiones de todas las escenas. No todas, eso sí, ya que aún sigo pensando por qué eligen el cochazo más espectacular y que más llama la atención de todo el parque automovilístico de todo Londres para cometer un atraco. Bueno, sí lo sé, patrocinio de la marca, pero aun así. Precioso el vehículo, eso es cierto.
El plantel de actores cuenta con Joe Sowerbutts (El castillo soñado) como el protagonista Matt junto a Haruka Abe (Cyberbully, Emerald City), Lily Travers (Kingsman, Antes de ti), Richard Durden (Batman, Oliver Twist) y Joel Basman (Hanna, Picco), entre otros.
La música está compuesta por Cyril Boehler y encaja perfectamente dentro de la acción del filme, aunque a veces no nos deja entender bien a los actores. Nada que no se solucione bajando el volumen en el menú de opciones.
En definitiva, una grata experiencia a la que solo le falta un poco más de variedad en las situaciones a las que nos enfrentamos y una rejugabilidad un poco mayor, dejándonos desviarnos más de la trama principal. Se agradece la seriedad con la que está rodado el filme, que se deja ver incluso sin decisiones de por medio y con un precio similar a una película cualquiera en descarga digital (en App Store está por 5 dólares, en Steam actualmente por 12,99€, en PS Store y Microsoft Store por 12,49€), creo que si os llama la atención el formato, merece la pena. Si sabéis inglés.