Los jugadores que llevamos años disfrutando de lo que ofrece este sector, hemos asumido que la gran mayoría de adaptaciones de videojuegos a películas de cine suelen ser mediocres en el mejor de los casos y, en los casos de adaptaciones de películas a videojuegos, el resultado suele ser aun peor. Casos como El Club de la Lucha, Pacific Rim o Jumper son solo algunos ejemplos de cómo no debería ser una adaptación, pero, pese a todo, esa ha sido la tónica general durante años, salvo algunas excepciones de lujo poco habituales.
Por suerte, en los últimos años los videojuegos basados en licencias han visto reducido su número debido al aumento de los costes de desarrollo para las plataformas actuales y, por eso, el hecho de que en pleno verano de 2017 recibamos Cars 3: Hacia la Victoria, desarrollado por Avalanche Software, para Xbox One, Xbox 360, PlayStation 3, PlayStation 4, Wii U y Switch nos despertaba el miedo de encontrarnos ante otra oportunidad desaprovechada. Ahora, tras casi 20 horas de juego, os podemos asegurar que Cars 3 es un más que digno juego de carreras y una opción perfecta para jugar con amigos a pantalla partida si no tenemos a mano Mario Kart 8: Deluxe.
A diferencia de otros juegos basados en licencias, la trama de Cars 3 se sitúa justo después de los hechos que veremos dentro de unos días en la película del mismo nombre y al empezar a jugar descubrimos que Rayo McQueen, Cruz Ramírez y el resto de vehículos han quedado eclipsados ante otros vehículos más nuevos como Jackson Storm, al cual tienen que demostrar que, pese a los años, siguen siendo los mejores corredores que existen.
Una vez que el juego nos pone en situación, el argumento queda en un discreto segundo plano para centrarse en lo que realmente interesa: disfrutar de las carreras. El juego sigue un esquema jugable similar a lo visto en otros títulos del género arcade como Mario Kart o Sonic & All-Stars Racing, en el que tendremos que competir contra otros nueve corredores mientras intentamos sobrevivir al caos de objetos, choques y adelantamientos en el último momento.
La mecánica jugable de las carreras se basa en tres pilares fundamentales. El primero de ellos es el sistema de turbos, que a su vez es el elemento más importante de todos. Al igual que ocurre en Mario Kart y otros títulos de carrera arcade, conseguir mini turbos para ganar segundos al reloj y adelantar posiciones es algo fundamental pero aquí, además, es la base bajo la que se han creado todas las mecánicas de juego. Durante las carreras tendremos una barra de turbo dividida en cuatro secciones que podremos usar como pequeños turbos cada vez que rellenemos una sección o esperar a tener la barra completa para entrar en modo Burst y conseguir velocidad extra durante unos segundos valiosos. Pero, ¿cómo se rellena la barra de turbo? Pues realizando todo tipo de acrobacias.
Aunque al principio nos saquen de nuestra zona de confort e intentemos evitarlas, después de cuatro o cinco carreras asumiremos que si queremos ganar algún circuito, tenemos que realizar todo tipo de movimientos extremos para acumular turbo. Todos los circuitos cuentan con zonas de recarga de turbo por las que, además de pasar, tendremos que realizar movimientos concretos para que se activen. Así, encontraremos zonas por las que tendremos que pasar mientras conducimos a dos ruedas, otras en las que tendremos que conducir marcha atrás y otras en las que únicamente tendremos que derrapar. Además, cada vez que veamos un desnivel en el circuito, podremos realizar un salto con el coche y realizar acrobacias aéreas para rellenar aún más rápido la barra de turbo. De esta forma, durante toda la carrera estaremos centrados en buscar la manera más rápida de rellenar la barra para sacar algo de ventaja a los rivales.
Todo este sistema de turbos y acrobacias se podría venir totalmente abajo si realizarlas fuera demasiado complejo —recordemos que estamos ante un título destinado al público infantil— por lo que, desde Avalanche Software, han sabido asignar la mayor parte de los movimientos especiales al stick derecho del mando, por lo que, por ejemplo, pulsando hacia atrás en el stick derecho el coche girará 180º y empezaremos a conducir marcha atrás. Hay que mencionar que la versión de Switch permite jugar con un solo Joy-Con para que dos personas puedan jugar en modo local con un solo par de mandos y, pese a la falta de un segundo stick, los movimientos se han adaptado a los botones disponibles con un resultado más que notable.
Una vez que dominemos el sistema de acrobacias solo nos quedará dominar todos los circuitos y, sobre todo, aprendernos todos los atajos.
Habitualmente, en otros títulos del género, los corredores controlados por la I.A. no suelen usar atajos, pero aquí descubriremos que prácticamente todos los corredores aprovechan absolutamente todos para sacar ventaja. Esto supone un desafío extra muy de agradecer, ya que la falta de un modo online podría provocar que los atajos quedaran en un segundo plano si la I.A. no los usase. Por suerte, al ver cómo todos los corredores los usan constantemente, estaremos obligados a usarlos para no quedar atrás. En este sentido, hay que destacar el buen trabajo en el diseño de circuitos, ya que en todo momento podremos tomar rutas alternativas, pequeños caminos secretos y saltos complicados que hacen las carreras mucho más intensas y frenéticas.
En lo que respecta a modos de juego, Cars 3: Hacia la Victoria cuenta con una gran variedad de opciones. En total, podremos disfrutar de Carrera, Carrera de Combate, Exhibición de Maniobras, Reto Eliminatorio, Reto a Vuelta Rápida, Copas, Eventos Patrocinados, Parque de Thomasville y Eventos Maestros.
El modo Carrera es el más clásico y nos propone correr en carreras de 10 corredores donde solo importa la habilidad, mientras que en Carreras de Combate se mantienen todos los elementos del modo Carrera, pero se añaden todo tipo de objetos a la ecuación, que le dan una vuelta de tuerca completa a las carreras. El sistema de objetos funciona igual que en otros juegos del género, es decir, tendremos que recoger cajas que están repartidas por el escenario para acceder a misiles, minas, escudos, turbos, inhibidores y otros más con el objetivo de destrozar a los rivales. El simple hecho de poder escoger entre jugar los circuitos con o sin objetos ya aporta una gran variedad al título, ya que da total libertad de elección al jugador.
En el modo Exhibición de Maniobras el objetivo es realizar todo tipo de acrobacias para acumular puntos dentro de un límite de tiempo y, por supuesto, cuánto más difícil de realizar sea el movimiento, más puntos recibiremos si lo completamos con éxito. En Reto Eliminatorio nos encontramos ante un modo batalla en el que el objetivo será recoger objetos para destruir al resto de jugadores. Al finalizar el tiempo, el jugador con más víctimas a sus espaldas se hace con la victoria. Reto a vuelta rápida es, básicamente, un modo contrarreloj en el que podremos competir para conseguir la mejor marca posible.
El modo Copas es el clásico modo campeonato en el que tendremos que participar en una serie de carreras e intentar quedar entre los mejores para recibir la copa al final de campeonato. Este modo cuenta con eventos y copas de dificultad creciente, por lo que se convierte en uno de los modos más completos y más interesantes de todo el conjunto. En Eventos Maestros tendremos que competir contra algunos de los personajes más icónicos del universo Cars, siendo bastante complicado de superar en el nivel de dificultad más alto. Por desgracia, este modo podría haber dado mucho más de sí si se hubiera introducido una mayor variedad de desafíos. Aun así, no deja de ser una opción interesante hasta que los superemos todos por primera vez.
Eventos Patrocinados es el modo al que más tiempo le hemos dedicado antes de hacer este análisis. Esta opción no deja de ser el clásico Carreras por Equipos en el que podremos fichar por uno de los cuatro equipos disponibles para cooperar con nuestros compañeros y competir contra los corredores del resto de escuderías. Al terminar cada carrera, la puntuación de cada uno de los miembros del equipo se suma a un contador global, por lo que es el modo perfecto para jugar en modo local con otros tres amigos e intentar superar a los equipos controlados por la I.A. Por último, el modo Parque de Thomasville nos permite explorar un pequeño escenario abierto en el que podremos buscar objetos coleccionables y participar en diversos retos y carreras. No está especialmente inspirado, pero no deja de ser un añadido interesante para los más pequeños de la casa.
Es importante resaltar que todos los modos de juego permiten jugar de forma local con hasta cuatro jugadores. Este análisis lo hemos realizado en la versión de Switch y las partidas a cuatro han sido caóticas pero muy divertidas.
A nivel técnico, el juego cumple sin alardes. Aunque los escenarios son amplios y variados, en ocasiones se ven demasiado vacíos y carentes de detalles, algo que choca especialmente después de recibir recientemente Mario Kart 8: Deluxe, pero, aun así, hay que admitir que el diseño jugable de los escenarios es más que notable en la mayor parte de los circuitos gracias a sus caminos alternativos y secretos, que iremos descubriendo y aprovechando poco a poco.
Los vehículos, por su parte, pueden modificarse levemente para incluir luces, cambiar el sonido del claxon o el color del turbo. Además, todos los modelos están recreados al detalle y lucen a un nivel muy superior al de los circuitos. El único momento en el que el trabajo realizado en los vehículos chirría demasiado es la transición que hay tras realizar un derrape, ya que es un movimiento muy poco creíble y fluido.
Mención especial hay que hacer al diseño del interfaz, ya que está cuidado hasta el extremo. Todos los menús son claros y directos y se han tomado decisiones muy acertadas como la posibilidad de cambiar de modo de juego, dificultad y circuito desde el propio menú de fin de carrera sin necesidad de salir al menú principal.
A nivel sonoro nos encontramos con un completo doblaje al castellano en el que ha participado parte del reparto oficial de la película para añadir diálogos tanto dentro como fuera de las carreras, algo que los niños agradecerán enormemente. Además, parte de la banda sonora también se ha reaprovechado en el juego, por lo que nos sentiremos dentro del universo Cars en todo momento.
Conclusión
Cars 3: Hacía la Victoria puede presumir de ser una gran adaptación de la película. Su gran variedad de modos de juego y sus mecánicas divertidas y complejas lo convierten en un juego de carreras que sorprende para bien desde el primer momento. Es cierto que se pueden echar en falta detalles como un modo multijugador online, pero su local para cuatro jugadores es más que suficiente para el público al que va dirigido.
Esperemos que, en el futuro, otros estudios utilicen el trabajo realizado aquí por Avalanche Software como ejemplo de cómo se deben hacer las cosas en una adaptación de película a videojuego.