Buscar pareja puede ser terrorífico. Implica arriesgarse, dejarse conocer, enfrentar el rechazo y la decepción. Puede ser una experiencia estresante, incómoda y, si eres mujer, incluso peligrosa. La directora novel Mimi Cave y la guionista Lauryn Kahn toman esta idea y en torno a ella construyen “Fresh”, un film (disponible en Disney+) que comienza siendo comedia romántica y que tras los tardíos títulos de crédito se metamorfosea en thriller de terror y comedia negra.
Noa (Daisy Edgar-Jones), está harta de las apps de citas y de los hombres que conoce en ellas. Formar una conexión real con alguien parece imposible… hasta que aparece Steve (Sebastian Stan). Lo suyo surge sin tecnología de por medio, comprando en un supermercado. Se intercambian los teléfonos, quedan. Él es encantador, guapo, divertido, inteligente. Y demasiado bueno para ser verdad.
Durante esta porción de la película, a pesar de que sabemos de antemano que su personaje esconde un oscuro secreto y que no debemos fiarnos de él, Sebastian Stan enamora. La química entre Steve y Noa es tal que, si “Fresh” fuese por entero una historia romántica, no me habría quejado. Pero no lo es. Todo, inevitablemente, se descarrila.
El argumento de “Fresh” guarda similitudes con la venganza feminista de la sensacional “Una joven prometedora” (2020), con el terror de “Déjame salir” (2017) y con la crítica social y el humor negro de ambas. Su protagonista masculino o, más bien, antagonista, recuerda al Joe Goldberg de la serie “You”, un león desquiciado disfrazado de cordero adorable. Sin embargo, los apetitos inusuales de Steve (de los que nos advierte la sinopsis) alarmarían incluso a Joe.
“Fresh” es una película atrevida, con estilo y mensaje, que causa una buena primera impresión y resulta impactante. Presenta con habilidad la metáfora de una sociedad que convierte a las mujeres en bienes de consumo, que las pone en el mercado y las devora. A través de los horrores de las citas modernas revela otro tipo de horror, subyacente al primero, corrosivo. El patriarcado deja de ser solo un concepto y se vuelve tangible: una bestia glotona que se alimenta de sus víctimas y que nunca se sacia.
No obstante, una vez que el film muestra sus cartas y descubre su sangrienta alegoría, se da paso a un festival de escenas tremendamente desagradables, apoyadas por un humor negrísimo, pero que no llegan a aportar nada más sustancioso que la creciente repugnancia que se genera en el espectador.
El argumento se agota demasiado rápido y aquellos elementos que sugieren una historia más grande e interesante quedan inexplorados. Si el gore no te supone un problema, entonces seguramente encuentres en el tramo final de “Fresh” un nivel suficiente de entretenimiento. Aun así, no deja de ser una lástima que se quede en eso, con giros y sustos más propios de un slasher genérico.
El plato principal no está a la altura de los aperitivos. Es frustrante, en vista de los buenos ingredientes con los que se ha elaborado el menú.
Pero aunque “Fresh” va de más a menos y termina siendo excesivamente irregular, la fuerza de las imágenes y la agudeza de las reflexiones del debut de Mimi Cave no son para nada desdeñables. Será mejor no perderle la pista.