En Potion Permit nos pondremos en la piel de un aprendiz de alquimista al que han trasladado a un pequeño pueblo llamado Moonbury. Recién llegados de la capital, tendremos que ganarnos el favor de los habitantes, mejorar el pueblo y enfrentar enemigos en nuestra nueva vida como alquimista.
Nosotros en Fantasymundo hemos jugado a la versión para Steam.
Bienvenidos a Moonbury
Como alquimista de la Asociación de Médicos, somos enviados al pueblo de Moonbury para ayudar a la hija del alcalde de una dolencia que está acabando con su vida. Nada más llegar al lugar, nos damos cuenta de que no somos bienvenidos, sin embargo, tenemos que cumplir nuestra tarea cuanto antes.
Se nos facilitará un lugar en ruinas para trabajar, una clínica que se cae a pedazos. Poco después nos encontraremos con un curandero que nos dejará ver desde el principio que no le caemos muy en gracia. No lleva bien lo de estar siendo suplantado y menos cuando, tras el éxito inicial, nos quedamos de forma permanente a vivir en el pueblo. Sin embargo, nuestra primera victoria abre una puerta al componente social en el que, a través de interacciones, cumplimiento de encargos y otorgando regalos, podremos ganarnos la simpatía del pueblo. En este caso, se trata de la confianza, que se verá representada mediante un pulgar hacia arriba o hacia abajo.
Los personajes son muy variados, algunos responden a estereotipos puros haciendo uso de un humor muy sutil, pero que sin dudas te sacarán una sonrisa. La mujer rica, el alcalde, el vagabundo, la pirata, el policía… Cada uno de ellos cuenta con una personalidad diferente y eso se traduce también en sus casas. La forma en la que están decoradas, nos deja ver mucho más de ellos que lo que a veces nos cuentan.
Visualmente tenemos una estética pixel art muy parecida al estilo que hemos visto en otros títulos como Graveyard Keeper. Nos ha gustado también la gran cantidad de animaciones fluidas que hemos podido disfrutar a lo largo del juego, por ejemplo nuestro movimiento al hacer una voltereta o la acción del tabernero limpiando jarras. Cuando paseamos por los distintos biomas, hay detalles tan pequeños como mariposas revoloteando o el propio humo de las chimeneas que dotan a Potion Permit de un encanto acogedor.
Nuestro hogar y el caldero
Como os comentamos anteriormente, tendremos nuestro propio hogar en ruinas que poco a poco podremos ir reparando y mejorando. Una de las mejoras más importantes y necesarias será la del caldero, nuestra herramienta para la fabricación de pociones. A diferencia de otros títulos similares, en Potion Permit las pociones no se fabrican automáticamente, sino que tendremos que resolver un pequeño puzle que varía en función de la receta que queramos elaborar. De esta manera, cada receta tiene su propia forma y nuestra misión no será otra que la de rellenar los huecos con los ingredientes, que pueden pertenecer a uno de los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y viento. Estos son representados como piezas de Tetris. Esta tarea no es tan fácil como puede parecer sobre el papel, ya que las piezas no se pueden superponer y solo podremos poner un número limitado.
En nuestra clínica tendremos que diagnosticar a los pacientes. Lo haremos comprobando sus síntomas a través de unos minijuegos que no son particularmente difíciles. Una vez que tenemos el diagnóstico completo nos adentramos en las tres grandes áreas: un bosque, una montaña nevada y un desierto. Con la meta de conseguir los materiales necesarios para la elaboración de nuestros brebajes.
La recolección de ingredientes y el combate
Al principio solo podremos acceder a la zona boscosa, aunque a medida que nuestra reputación aumente, el alcalde nos otorgará una insignia de aprobación. Ésta nos permitirá movernos a lugares más inhóspitos para explorar los rincones más escondidos de la isla, donde nos enfrentaremos a nuevos peligros y conseguiremos recursos más raros y escasos. Estas localizaciones no son demasiado extensas o laberínticas, aunque sí son lo suficientemente grandes como para agradecer las señalizaciones del minimapa.
Cada vez que usemos las herramientas disponibles (una hoz, un martillo y un hacha), nuestro medidor de resistencia se reducirá. Por lo que debemos estar constantemente atentos a que si lo consumimos por completo, no podremos usar ninguna de las herramientas y se nos limitarán algunos movimientos. La única manera de restaurar la resistencia es consumiendo alimentos, regresando a nuestra casa para descansar o tomándonos un baño en el balneario del pueblo. Es recomendable ir bien provistos de víveres antes de ir de expedición.
Como podéis imaginar, cada herramienta es útil para recolectar un recurso en específico, así que nos vemos obligados a alternar constantemente entre ellas. Además, estas herramientas se pueden mejorar para agilizar el proceso de recolección y conseguir algunos materiales que sin dichas mejoras serían imposibles de conseguir. También podemos usar estos instrumentos de metal para defendernos de la fauna salvaje que deambula en los terrenos de Moonbury. Aunque el combate no es el punto fuerte de este título.
Una banda sonora exquisita
Podemos destacar una música ambiental relajante que le queda perfecto a la mayoría de escenarios, aunque no deberíais esperar un tema memorable. En los ambientes exteriores, la música se mezcla con el sonido de los animales salvajes y la naturaleza para ofrecernos un mayor grado de inmersión. Lo único malo que podemos comentar en este apartado es que el repertorio de melodías es algo escaso, por lo que algunos temas se repiten en exceso.
Conclusión
Potion Permit, aunque en ciertos apartados puede pecar de simplicidad, es un título muy entretenido y adictivo. Su diseño artístico está muy cuidado y detallado, nos habría gustado contar con más biomas, pero los que incluyen están muy bien diseñados. La historia de Potion Permit es entretenida y los personajes están suficientemente elaborados para desear conocerlos y progresar en las relaciones de afinidad. El sistema de recolección es repetitivo, pero según mejoremos nuestras herramientas pasaremos menos tiempo en él.
Lo mejor
- Un pixel art sensacional.
- Mecánicas sencillas pero efectivas.
- Un método original a la hora de crear pociones.
Lo peor
- La banda sonora peca de quedarse muy corta.
- Algunos errores de traducción en los diálogos.