Portada de Juego en defensa, de Luca CognolatoMe gusta escribir reseñas de libros para niños… o para adultos que aún no han olvidado lo que significa ser niños, o para jóvenes que aún no han crecido lo suficiente, o para los que si han crecido pero saben que tan importante es lo que queda atrás como lo que hay por delante, o… Vamos, me gusta escribir reseñas de este tipo de libros, sobre todo si no son muy conocidos, y aquí va otra más.

Ha llegado a mis manos un librito (doscientas páginas) que ha pasado completamente desapercibido por las librerías españolas. No es, claro, un libro popular, uno de esos que tienes que leer si o si porque lo dice todo el mundo; no trata, tampoco, un tema que guste a todo el mundo, el baloncesto y, por si fuera poco, ni siquiera lo han escrito aquí sino que es de un escritor italiano, especializado en libros para niños-jóvenes-y demás. Pero tiene virtudes que merece la pena destacar y que no todos poseen: honestidad, claridad de ideas y profesionalidad para plasmarlas. La obra se titula «Juego en defensa» (Bóveda, 2016), de Luca Cognolato, y es el segundo libro de una saga (Basket League) dedicada a un equipo escolar de baloncesto italiano.

El autor, Luca Cognolato, es profesor de instituto y se nota que conoce a la gente entre cuatro y noventa años. Tiene una larga lista de libros publicados en Italia y, además, se dedica a dar charlas de lectura y escritura a los estudiantes. Su último libro (al menos yo no he encontrado otor), publicado este año, se titula “El museo mágico de los zapatos” («Il magico museo delle scarpe», Edizioni el, 2017) y, la verdad, solo ver el dibujo de la portada, con dos niños montados en un zapato volador, con los cordones al viento, dan ganas de echarle un vistazo… aunque sea para niños de seis años. Que hay que leer de todo, sobre todo si es todo bueno.

Bueno, volvamos a lo nuestro

«Juego en defensa» es un libro de transición, continuación del primero de la serie, «Dos bajo la canasta» (Bóveda, 2016; los dos títulos se publicaron de forma simultánea) en el que aparece por primera vez el equipo de los Sharks, diez muchachos entre los 12 y los 13 años, todos de distinta procedencia, status, color, etc., pero unidos por un baloncesto que los convierte en amigos dentro y fuera de la cancha. No he podido leer el primer libro pero me imagino que será tan bueno al menos como este. Si, tan bueno, porque el dibujo de los personajes está muy bien logrado, tanto el de los chicos y chicas que aparecen como el de los adultos. Además la trama está bien trazada y lograda en torno a dos polos, el incendio del club de Sédar, pívot del equipo, que abre el libro y el partido contra los Templarios, que lo culmina. Entre estos dos puntos se desarrolla una trama que gira en torno a la amistad, los primeros amores, los malos tratos, la intransigencia con los que son diferentes y, sobre todo, el baloncesto entendido no solo como juego sino como una forma de vivir la vida… y de crecer.

Los diez jugadores protagonistas no son niños perfectos sino que mienten, sienten celos, vergüenza, espían a los adultos (porque no quieren decirles que pasa con el equipo) y sufren en silencio su violencia. Son reales y eso es algo de agradecer en un mundo cada vez más hipócrita al hablar de la infancia. Aunque no hay que pensar, por otra parte, que el libro es una riada de desgracias sino que sus protagonistas viven su vida diaria sin dramas y con alegría, jugando al baloncesto en cuanto pueden, acercándose con temor a las chicas o huyendo con terror de los correctores bucales (arrrrrgh, yo también lo haría).

Luca Cognolato

Cognolato conoce bien el terreno en el que juega (incluyendo un vocabulario técnico final que no tiene desperdicio), sabe hacer reaccionar a sus personajes de forma muy creíble en las diversas circunstancias y consigue que el libro se lea casi de una tirada. Los títulos de los capítulos son muy reveladores y, además, están acompañados por citas de los diversos protagonistas, como si tratase de sesudas cavilaciones de autores consagrados… o todo lo contrario, como si quisiera reírse un poco de ese tipo de citas. Porque, aparte de demostrar sus conocimientos sobre el baloncesto (desde sus orígenes mayas hasta los clásicos de hoy en día como Larry Bird o Shaquille O’Neal), Cognolato se rinde a la literatura infantil tradicional citando clásicos como «El mago de Oz» (y recomendándolo, ojo) y, en una forma que parece más parodia que autobombo, llega a autocitarse en la página 62 y la ilustración de la 63, donde se reconoce claramente la portada del primer libro de esta saga. Ah, y por cierto, las ilustraciones del libro son muy buenas, las originales italianas de Matteo Piana, y merecen también ser destacadas (y también habría que felicitar a la traductora, Carmen Ternero Lorenzo: ya puestos demos felicitaciones a todos los que podamos).

Si tuviese que poner alguna pega a la novela sería la condescendencia que a veces se palpa al hablar del baloncesto femenino lo cual, viniendo de un país donde tanto el baloncesto femenino como el masculino tiene un gran desarrollo, me parece un detalle un poco feo de su parte.

Y eso es todo. Vamos, anímense todos a pasar una tarde en la cancha, jaleando al equipo local. Es divertido, sano, abre la mente y el apetito y, desde el sofá, no tenemos que empezar a driblar a nadie, así que… perfecto.

Desde el océano profundo.

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