Pokémon nos trae una entrega muy ambiciosa que, a pesar de ser muy divertida, no es todo lo sólida que nos gustaría.
Pokémon está que no para. Tras la última entrega principal de la saga, Espada y Escudo, cuyo lanzamiento data de 2019, Game Freak ha lanzado dos entregas secundarias: el remake de Pokémon Diamante y Perla por un lado, y Leyendas Pokémon: Arceus por otro. Ambos con enfoques distintos a pesar de ser la misma franquicia. Si algo tienen en común es que todos se han desarrollado en periodos cortos de tiempo, y con apenas un año de diferencia en cada lanzamiento. Este 2022 parece que no podíamos quedarnos sin un Pokémon para las navidades, por lo que en noviembre hemos recibido una nueva entrega principal: Escarlata y Púrpura traen bajo el brazo un montón de novedades, desde nuevos Pokémon y mecánicas, a un mundo abierto totalmente libre de exploración. Por desgracia esto no ha sido lo único, ya que de paso también se han dejado un buen puñado de problemas en el rendimiento y apartado visual del juego.
Novedades para la saga
Esta saga nunca suele cambiar mucho de una secuela a otra. Game Freak se limita a añadir pequeñas novedades que, sin sacudir los cimientos de la franquicia, sirven para dar ese aire de frescura y nuevo que necesita una saga con tantas entregas. Sin embargo, con Leyendas Pokémon: Arceus, el caso fue distinto. Aunque fue un spin-off fuera de los Pokémon troncales, sirvió como experimentación de la saga con nuevas mecánicas, siendo la exploración de su mundo abierto la principal novedad. La cosa funcionó bastante bien, y es por ello que ahora se ha dado lo que parece ser el salto definitivo con Escarlata y Púrpura. Un Pokémon que no limite al jugador a seguir unas rutas preestablecidas, y permita movernos libremente por un gran mapa. Explorar diferentes biomas, encontrar todo tipo de Pokémon, combatir con entrenadores, visitar las ciudades de la región en cualquier orden… Todo esto lo consigue Pokémon Españita, como lo ha bautizado la comunidad. Porque sí, en esta ocasión la región del juego se basa, por fin, en España.
Una nueva aventura comienza
En Escarlata y Púrpura nos pondremos bajo la piel de, cómo no, un joven entrenador Pokémon. La historia ya nos la sabemos, porque Game Freak lleva contando la misma historia desde el primer juego. Un chico o chica que acaba de llegar a la región, y que va a empezar su aventura Pokémon, teniendo la primera tarea de elegir uno de las tres criaturitas que nos dan a elegir. En esta ocasión son Spirigatito, Quaxly y Fuecoco, una elección difícil, ya que los tres son adorables. Además de entrenador Pokémon, nuestro protagonista será alumno de la Academia Naranja / Uva (depende de la versión del juego), en la que se enseña a entrenadores de todas las edades los entresijos y tejemanejes de los combates Pokémon para convertirlos en campeones. En esta academia conoceremos diferentes personajes, como Clavel, su director, Noa, una compañera de clase algo tímida, o Mencía, la que será nuestra rival durante toda la aventura.
La clave aquí es que, en lugar de tener un solo arco argumental como se ha hecho en anteriores entregas, en esta ocasión se ha dividido en tres, que podremos completar en el orden que queramos. El principal objetivo será, cómo no, hacernos con las medallas de los gimnasios para después vencer en la Liga Pokémon y hacernos con el título de Campeones. Pero también tenemos el arco del Pokémon legendario que nos acompaña durante toda la aventura, y el arco del Team Star, los malotes de esta entrega.
Paldea, la nueva región a explorar
Estas tres Historias son lo suficientemente interesantes para que disfrutemos avanzando la trama. Los personajes que los acompañan son graciosos y carismáticos, aunque ciertos giros argumentales son bastante predecibles. Algo normal tratándose de una saga como Pokémon. Los temas de los que habla, como el compañerismo, la rivalidad sana, o el bullying están bien traídos y tienen siempre ese mensaje positivo que nos tiene acostumbrados la saga.
Las rutas lineales, el paso sistemático por diferentes ciudades y pueblos, y un orden estricto para completar los diferentes gimnasios de cada región, son conceptos que parece que por fin Pokémon ha dejado atrás. Ahora pensad en un mapa al estilo Breath of the Wild, pero en un mundo Pokémon con pueblos, ciudades, y un montón de Pokémon salvajes en diferentes terrenos y localizaciones. Esta es la idea que Escarlata y Púrpura nos traen en esta entrega, y aunque lo consiguen, no están exentos de “peros”. Sí, ahora tenemos libertad total de movernos por el mapa y visitar las diferentes ciudades, explorar cada ruta a nuestro antojo. Pero parece que para conseguir esto, se ha sacrificado el rendimiento y la estética del juego, algo que trataremos en el apartado visual.
Miraidon y Koraidon, las nuevas incorporaciones legendarias.
Miraidon en Púrpura. Koraidon en Escarlata. Estos Pokémon legendarios tienen la misma función. Por un lado sirven como hilo conductor para la trama principal del juego. Pero por otro también son nuestra pokemontura, que nos ayudará a movernos más rápido por el vasto mundo de Paldea. Avanzando la aventura podremos desbloquear nuevas capacidades para este peculiar Pokémon, como saltar, nadar, escalar o planear. De esta manera accederemos a zonas de Paldea antes imposibles de acceder, haciendo de sustituto a los ya desfasados movimientos MO.
Hablando de Paldea. Las referencias a España son bastante claras en muchos elementos del juego. Sin ir más lejos, el diseño de las ciudades y pueblos, las cuales están ambientadas en diferentes partes de nuestro país. Incluso suelen tener restaurantes y bares con terraza, ¡typical spanish!. Podremos cazar una forma regional para Tauros, un Pokémon que viene como anillo al dedo a esta nueva región. Pero sin duda lo que más gracia nos ha causado es que el tentempié por excelencia de Paldea es el bocadillo. Nada más empezar la aventura, nuestra madre nos dará uno para el viaje. Incluso podremos hacer nuestros propios bocatas mediante un minijuego para conseguir diferentes beneficios.
Tres Historias que completar a nuestro ritmo
Dependiendo de qué misión estemos recorriendo, tendremos objetivos diferentes. Para empezar, tenemos los clásicos gimnasios Pokémon, donde habrá que derrotar al líder de dicho gimnasio. Como siempre, usará un mismo tipo de Pokémon, así que habrá que preparar nuestro equipo Pokémon para ello. A diferencia de otras entregas, para luchar contra el líder tendremos que superar un examen previo, que varía dependiendo del gimnasio. Suelen ser minijuegos más o menos inspirados, que, aunque no son ninguna maravilla, aportan variedad al conjunto.
El Team Star, un grupo de rebeldes de la Academia que no paran de acosar a otros alumnos y faltar a clase. Por lo tanto, será nuestra tarea buscar sus diferentes bases y dar un escarmiento a cada uno de sus líderes en forma de combate Pokémon. A diferencia de los gimnasios, aquí tendremos que luchar mediante los combates automáticos contra los seguidores del Team Star, para después luchar contra el líder en un auténtico y feroz combate.
Por último, el arco argumental del Pokémon legendario nos llevará a combatir contra Pokémon especiales denominados “Dominantes”, que vienen siendo Pokémon gigantes y más poderosos de los que vemos a lo largo de la aventura. Esta misión nos llevará posteriormente a explorar la zona cero de Paldea, el centro de la península donde se ocultan los secretos más interesantes de esta aventura.
Seremos nosotros los que decidamos cómo recorrer estos objetivos. Podemos ir fluyendo entre las distintas misiones o centrarnos en una misión concreta. Aun sabiendo esto, no podemos acceder a la totalidad del mapa desde el inicio del juego debido a las limitaciones de la pokemontura que ya hemos comentado. A esto se le suma el handicap de los niveles: de nada sirve ir a cualquier gimnasio si los enemigos te sacan veinte niveles. Por ello, Escarlata y Púrpura guía al jugador para que tenga un orden más o menos lógico a la hora de recorrer todo este mapa, que viene siendo de sur a norte. Esto es comprensible para un juego donde los niveles son importantísimos a la hora de combatir, asegurando así una curva de dificultad lógica.
Teracristalización: cambia el tipo de tu Pokémon in-situ
La principal novedad que ha añadido Escarlata y Púrpura en los combates es la llamada Teracristalización. Esta mecánica viene a sustituir a las formas Dynamax de Espada y Escudo, y sirven en esencia para lo mismo: cambiar de forma impredecible el combate. Con la teracristalización podremos simple y llanamente cambiar el tipo de Pokémon de nuestro Pokémon luchador durante el combate. Por su puesto, los entrenadores enemigos también cuentan con esta característica, de modo que los combates consiguen una nueva capa de profundidad. Un ejemplo: tenemos un Raichu, de tipo Eléctrico con el ataque Surf, y luchamos contra un Pokémon de tipo Tierra. El enemigo en principio puede barrernos con un ataque como Terremoto… Pero si cambiamos el teratipo de Raichu a Agua, no solo podemos defendernos de su ataque de tipo Tierra, si no que el ataque Surf de Raichu hará el doble de daño, ya que nuestro Raichu es, en este momento, de tipo Agua. Parece complejo, pero una vez hacemos unos cuantos combates se vuelve bastante lógico y divertido, aportando un punto extra en las estrategias de los combates.
Junto a la teracristalización llegan de la mano las incursiones, que en esta ocasión serán de Pokémon con teratipos poco habituales. Para vencerlos, tendremos que combatirlos en grupos de cuatro entrenadores, ya sea online, en local, o junto con la IA. Son básicamente lo mismo que las incursiones de Espada y Escudo pero con Pokémon teracristalizados, por lo que cuentan con un tipo distinto al suyo.
Los bocadillos, indispensables en nuestra aventura Pokémon
Los bocadillos son otro plato fuerte en Pokémon Escarlata y Púrpura, que como ya comentamos, nos servirán para diferentes aspectos del juego. Podemos consumirlos en los diferentes restaurantes y locales de las ciudades, pero también podemos crearlos nosotros haciendo un picnic. En los picnics, podemos realizar diferentes actividades con nuestro equipo Pokémon, como jugar a la pelota, bañarlos, o usarlo a modo de criadero Pokémon para obtener huevos. Pero además, podremos jugar a un minijuego con el que podemos crear distintos tipos de bocadillos.
Siguiendo las diferentes recetas que iremos consiguiendo a lo largo del juego, habrá que seleccionar varios ingredientes (que podremos comprar por Paldea) y automáticamente pasaremos a la acción: basta con coger ingredientes, colocarlos de forma más o menos correcta y en orden encima del pan. En un principio resulta gracioso, pero como minijuego no supone ningún reto, y cuando ya llevas unas horas de juego, eso de hacer bocadillos deja de ser precisamente emocionante. Sea como sea, estos bocadillos nos dan diferentes ventajas, como una mayor probabilidad de aparición de Pokémon de un tipo concreto, la posibilidad de obtener más huevos durante un picnic, o incluso un mayor índice de probabilidad de encontrar Pokémon shiny.
Mejoras en el QoL que hacen la experiencia más cómoda
Si dejamos a un lado la forma en la que nos movemos y exploramos el mapa, y los tres arcos argumentales, el resto del juego es en esencia, lo de siempre. Explorar rutas, encontrar objetos, descubrir y capturar Pokémon nuevos, combatir contra entrenadores… Eso sí, ahora recibimos un buen puñado de novedades de elementos de Calidad de Vida que nos harán la experiencia Pokémon más cómoda:
Ahora podremos crear MTs, los ítems que sirven para enseñar movimientos a los Pokémon. Para ello, bastará con reunir los materiales necesarios que sueltan los Pokémon cuando son capturados o derrotados, y canjearlos en cualquier Centro Pokémon. Una forma muy cómoda de reunir materiales es gracias a otra nueva función, el combate libre. Pulsando el botón R podremos sacar nuestro Pokémon principal de su pokéball para que empiece a pelear automáticamente con cualquier Pokémon cercano. El combate será instantáneo, pero conseguiremos algo de experiencia y los materiales del Pokémon vencido.
Hay otras cositas por aquí y por allá que también aportan su granito de arena en hacer más cómoda la experiencia: poder volar desde el principio del juego a cualquier centro Pokémon ya visitado es un alivio, así como poder acceder a las cajas desde la RotomDex y cambiar el mote o los movimientos a cualquier Pokémon.
El apartado gráfico, punto negro para esta entrega.
El apartado visual de Pokémon Escarlata y Púrpura es como un precioso mantel con una gran mancha de vino. Por muy bonito que sea el mantel, no puedes dejar de mirar esa horrible mancha que tiene en el medio. Para empezar cuenta con un rendimiento pobre. Podemos decir que debe de ser el peor rendimiento que hemos tenido en un Pokémon en los últimos años. Aunque la nitidez en pantalla es decente, la tasa de frames va de un máximo de 30 a bajadas de 20 o 15 fps. Y no es que sea puntual, es que es algo constante. Cosas como entrar en una ciudad, que comience a llover, o a veces incluso al capturar Pokémon causan bajadas de fluidez muy graves. Pero lo peor de todo es que al bajar la fluidez del juego, también lo hace la velocidad, haciendo que con estas ralentizaciones el juego vaya también más lento en una especie de tiempo bala no deseado.
A esto le sumamos popping tanto de elementos del escenario como de Pokémon, sombras que aparecen y desaparecen, cámaras que atraviesan el escenario, dejando ver el «cartón» al escenario… En definitiva, un desastre que no está a la altura del nivel de calidad de los títulos de Nintendo.
Por otro lado tenemos la parte estética del juego, que tampoco sale bien parada. Texturas que claramente se ven repetidas y de baja resolución, montañas con geometrías de muy baja densidad, y en definitiva un aspecto que por norma general no se ven del todo bonitos, a excepción de algunos lugares y paisajes concretos del mapa. Al entrar y salir de una cueva, la iluminación cambia de repente, e incluso los Pokémon a veces se moverán de forma aleatoria, tirándose por precipicios y demás desniveles. Al menos nos echamos unas risas.
No todo es malo en el apartado gráfico
Por decir algo positivo, ahora tenemos una climatología dinámica, por lo que ahora puede llover, nevar o incluso nos podremos meter en tormentas de arena. Lástima que todo esto también empeora el rendimiento. Los rivales, tanto los compañeros de clase como los líderes de gimnasios y demás, nos han gustado a nivel de diseño, siendo originales y destilando mucho carisma. Respecto a los nuevos Pokémon, hay de todo. Algunos nos han encantado, y otros parecen diseños muy similares a lo ya visto. Cuestión de gustos. Nos quedamos con Lechonk y Tinkaton. Las animaciones de las criaturas parece que han mejorado un poco en variedad respecto a otras entregas, y ahora tienen más animaciones de ataque.
Una banda sonora tan pegadiza como siempre.
Con el sonido parece que Game Freak ha salvado un poco la cosa. La música es tan buena como suele serlo en esta saga, con melodías que suenan a Pokémon, como si fuera un género propio. Destacan algunas como los combates contra las bases del Team Star, o el tema de las incursiones, que ha sido compuesta por el creador de Undertale.
Por supuesto, seguimos sin doblaje de ningún tipo, y esto es algo que con cada entrega es más necesario y se hace más evidente. Estamos seguros de que para la próxima entrega recibiremos voces, aunque sea en inglés. Eso sí, la localización al castellano es, como siempre, impecable, con expresiones, bromas, y adaptaciones de nombres muy bien llevada. El combate contra la lider e-Nigma es un buen ejemplo de ello.
Conclusiones de Pokémon Escarlata y Púrpura
Quedándonos con lo bueno, Escarlata y Púrpura son un gran acierto para la saga. Parece que es el salto definitivo al mundo abierto, algo que necesitaba desde hace tiempo. Además, la Teracristalización es una buena mecánica que podría quedarse para otras entregas, ya que da un componente estratégico extra muy interesante. En general, todas las novedades son buenas, de modo que podríamos hablar de un gran éxito. La pega es que debido al desastroso rendimiento y estilo gráfico, este éxito se nos escapa de las manos. Y es que aunque se arreglase el rendimiento del juego, el juego se seguiría sintiendo algo feo, vacío y descuidado en ciertas partes de Paldea. El culpable es, como siempre, el tiempo. No sabemos con exactitud el tiempo de desarrollo de esta entrega, pero estamos seguros de que si se lanzara un Pokémon cada dos o tres años, la cosa hubiese sido distinta.
Teniendo todo esto en mente, lo cierto es que, al final del día, Pokémon Escarlata y Púrpura es divertido. Es mucho más entretenido que otras entregas recientes. Y esto se debe a que esa sensación de explorar un mapa lleno de secretos y Pokémon que descubrir lo hace bastante bien. Además, las tres historias separadas han sido un acierto, dejando que el jugador decida cuál será su siguiente objetivo, alejándose de la linealidad. Desde aquí deseamos que Game Freak avance por este camino, y le dé a su saga el cuidado y cariño que necesita en futuras entregas.