En este magnífico cartoné ECC ha decidido empezar a modo de prólogo con la historia coral “Generaciones”, contenida en el Flash 50 Aniversary, en la que Mark Waid se une a Gerard Jones, Tom Peyer, William Messner-Loebs, para mostrar la vivencias de John Fox un historiador de la Central City de 2645. Fox viajará en el tiempo para intentar recabar la ayuda de los Flash. Por ello tendremos una historia teñida por el miedo rojo a los comunistas protagonizada por Jay Garrick, en la que se enfrentará al cientifico Moota que adopta el nombre de Rompeátomos con su traje de poder núclear, villano que volverá a atormentar Central City durante los 70 bajo el nombre de Profesor Irradiación, para lograr ser derrotado por el bueno de Barry Allen y ya como el anciano profesor Fisión en los 90 atormentar al inexperto Flash que es Wally West. Todo se cierra cuando John Fox vuelve a su época y descubrimos que allí el villano se ha convertido en un monstruo nuclear, pero el viaje al pasado le ha dado un don a John y es que ahora él también es un velocista y adoptará la identidad de Flash para acabar por fin con la amenaza de Mota.
Todas las historias comparten una resolución científica a la amenaza de Mota por parte de los distintos Flash, muy bien caracterizados por sus guionistas y dibujantes.
Allí también conocerá al soso y aburrido prometido de su tía, el forense Barry Allen, que le hará tener el mejor día de su vida pues es amigo de Flash, Wally podrá demostrar su valor ayudando a Flash contra unos matones y él mismo le contará la historia de su origen cuando para sorpresa de todos el propio Wally recibirá un impacto de otro rayo y recibirá los mismos poderes que su ídolo. Kid Flash ha nacido.
A partir de aquí la narración va desde el reflexivo presente de West, a su entrenamiento, su primer uniforme, que era idéntico, aún quedaría mucho para el amarillo y rojo y el pelo suelto con el que lo conocimos en Titanes. Waid ahonda en pequeñas diferencias como que los poderes de Wally no funcionan de igual manera que los de Barry, por ejemplo al vibrar entre la materia, o que Wally necesita comer grandes cantidades pues quema mucha más energía cuando corre que su mentor.
Se incluye también el annual 8, donde un jovencisimo Humerto Ramos (“Crimson”) tendría su primer encuentro con el personaje que lo lanzaría a la fama, pues con él crearía a Impulso, el joven velocista nieto de Barry Allen que nos encandilaría en los 90. En esta ocasión vemos a Wally enfrentarse por priemra vez en solitario a su primer villano, el señor Elemento. En ese mismo annual se incluye la historia “Secretos Candentes”, una intensa historia dibujada por Jim Amparo, en la que Wally ya con su traje amarillo y rojo de Kid Flash vio por única vez el miedo en los ojos de su mentor, cuando éste se enfrentó a Azul Cobalto, un guerrero con una espada capaz de drenar la velocidad de los Flash. Tensa historia que habla sobre el coraje y la tenacidad y que los Flash saben hacer mucho más que correr. Acaba el annual “La velocidad de la vida” de Pop Mhan, otro conocido del velocista que nos muestra los desgarradores miedos que Wally tiene sobre cómo habría sido su vida si no hubiera conocido a Barry. Waid logra en sólo cinco números configurar todo un legado de personaje y hacerlo suyo.
En Flash 66 tiene lugar una curiosa historia que tiene a Aquaman como invitado de excepción, una aventura desengrasante sin más, con un crucero varado por ballenas, un objeto mágico perdido, y una pérfida bruja controladora de la fauna marina, Merodeadora Marina. Una historia de aventuras donde una villana se pasa de lista y hasta Waid se ríe de ella en las viñetas finales de la saga. Lugares misterioso, curiosos usos de la supervelocidad y una más que bien llevada tensión sexual entre lo amoroso y la amistad entre la periodista Linda Park y Wally.
Con Flash 66 y 67 tenemos la reaparición de un curioso villano, se trata de Abra Kadabra, un viajero temporal venido del siglo 65 que hace creer a todos que su tecnología son trucos de magia y que parece haber vuelto del infierno. Un buen primer número con el villano de vuelta recuperando su nombre y a su publico pero un segundo número aún mejor en el que Wally viaja hasta el tiempo de Kadabra y Waid nos regala toda una historia de ciencia-ficción donde la humanidad ha decidido programarse como una mente colmena y Kadabra resulta ser un disidente en busca de individualidad.
A continuación viene la historia en cuatro partes que es cruce con la colección de Green Lantern, que abarca los números 30 y 31 de la colección post Crisis del ya cano Hal Jordan y los números 69 y 70. Una genial historia que implica a dos grandes villanos de los bravos y valientes héroes implicados, Grood y Hector Hammond. En “La Guerra Gorila” se nos plantea que tanto los gorilas de la Ciudad Gorila de Solovar y Grood como Hammond son el fruto de la exposición a un meteorito del que aún hay una tercera parte que quieren aprovechar. En esta ocasión Waid se une al guionista Gerard Jones y Larocque se ve complementado en las partes de Green Lantern por M.D Bright. Una historia donde Larocque puede brillar con delirantes diseños como un Grood y Flash “Hammonizados”, asaltos a Ciudad Gorila y batallas imposibles.
Acaban el tomo los números 71 y 72 donde Flash tendrá un encontronazo con un nuevo Doctor Alquimia, veremos que a Wally lo de esperar se le da más bien mal, pero es que además tendrá la última carrera de su vida, pues mientras escolta al pícaro mafioso, Moe Miguliani, por petición del comisario Jerry que será uno de los secundarios habituales de esta serie. El caso es que entre otras distracciones como se convertido en una estatua de oro, deberá llegar antes de que parta el tren de Linda y dejarnos de nuevo otra de las sublimes páginas finales de Waid que ha sabido en apenas un año de colección llevar la eterna “algo más que amistad” de estos personajes a otro nivel.
Sin duda el cómic que marcó a toda una época, el mejor y más prolífico trabajo de Waid hasta la fecha, una gozada para el lector de cómics, para aprender como construir todo un cosmos y mitología de personajes basándose en el concepto del legado y las relaciones familiares. No dudéis en ir a la carrera en haceros con el origen de la leyenda de este otro gran velocista, el único en quien confió Barry para sucederle.