Do Not Feed the Monkeys 2099 es un juego indie en el que tendremos que estar al loro de lo que ocurre a través de un sistema de videovigilancia. Su definición de simulador «voyeur digital» se nos hace algo más sencillo de entender si conseguimos explicar que se trata de un sistema de espionaje donde invadimos la privacidad de diferentes sujetos.
Espiar está mal, pero aquí entretiene
La finalidad de Do Not Feed the Monkeys 2099 es la de espiar a los sujetos para sacar provecho. La intimidad de las personas es algo que nos resulta extrañamente adictivo, sobre todo cuando son interesantes. Obviamente es muy difícil mantener enganchado al jugador si los sujetos son aburridos. En el caso de Do Not Feed the Monkeys 2099 siempre tendremos curiosidad por mirar algo en concreto gracias a sus diferentes puntos de atención.
Al igual que en la primera entrega, el espionaje nos atrae instintivamente. Algunas veces querremos interactuar con los sujetos, pero no es lo más recomendable. Captar la información necesaria para usarla a nuestro favor es todo lo que necesitamos. Pero ojo, no podremos descuidar nuestras necesidades básicas.
Fisgón y mirón, pero con necesidades
Aunque nuestro trabajo sea observar y recabar información, tenemos ciertos aspectos que tener en cuenta. Trabajar hará que dispongamos de dinero, el cual podemos invertir en espiar más y mejor, aumentando nuestras posibilidades de visión. Sin embargo, esto también tiene su consecuencia, ya que perderemos tiempo de visionado. Para ello podremos contar con diferentes ayudas, como dispositivos para grabar la actividad cuando no estemos presentes, o la instalación de multipantallas.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es que a pesar del aspecto futurista que rodea a esta entrega, tenemos que tener los mismos cuidados que antaño. Comer, dormir y trabajar siguen siendo un problema a tener en cuenta, a pesar de que no estemos en la Tierra (los problemas siempre se mudan con uno). No debemos descuidar nuestra alimentación, pero sacrificar tiempo por aumentar la calidad de esta es decisión nuestra.
Planteamiento similar, pero renovado y mejorado
No podemos decir que Do Not Feed the Monkeys 2099 sea exactamente igual que su antecesor, aunque respeta la esencia original. La inclusión de cambios gracias al salto temporal es algo muy interesante, ya que plantea situaciones bastante surrealistas. La tecnología ha avanzado de manera exponencial, así que tendremos acceso a eventos novedosos como visionado de satélites o el funcionamiento de una fábrica de objetos aleatorios.
Lo que más nos gusta es ese toque de humor tan característico que hace que cada situación se sienta tan diferente. La dualidad entre el futuro contrasta de lleno con otras situaciones como una consulta de psicología o una pitonisa digna de las altas horas de la madrugada terrestre.
Algunas de las mejoras disponibles
Conseguir dinero trabajando hará que estemos menos tiempo pendientes de las pantallas. Sin embargo, es algo altamente recomendable, pues nuestras capacidades fisgonas mejorarán exponencialmente. Podemos invertir el dinero en comprar más jaulas, tener la posibilidad de incorporar herramientas de grabación para no perdernos detalles mientras trabajamos. Incluso podemos acceder a módulos de visión nocturna, para que el ciclo del día y la noche no sea un impedimento para nosotros.
Además de vigilar nuestra salud, sueño y alimentación, tendremos que estar pendiente a otras cosas, también vitales. No serán pocas las veces que aporrearán nuestra puerta para interrumpir nuestras tareas, y de nosotros depende si atenderles o no. Algunas veces serán menos amigables que otras, como cuando tenemos la visita de los recaudadores. También podrá aporrear nuestra puerta para interrumpir nuestras investigaciones algún conspiranoico, y de nosotros depende si asomarnos a la mirilla para ignorarle o atenderle.
Las reglas están para quebrantarlas
Es cierto que la finalidad de Do Not Feed the Monkeys 2099 es la de recabar información y espiar, pero algunas veces podemos saltarnos las normas. No interactuar con lo que está sucediendo es una de las grandes reglas, sin embargo todos nos hemos saltado la ley en alguna ocasión. Podremos hackear algunas cámaras de seguridad para hacer ciertos favores, cambiar el sabor de una bebida a nuestro antojo, o incluso amenazar a algún sujeto mediante llamadas telefónicas.
Una vez que acabemos la historia, la cosa no acaba ahí. Gracias a su contenido extra, tendremos a nuestra disposición elementos como el «avance rápido» para acelerar los tiempos. Esto brinda al juego de una rejugabilidad más atrayente, pues podremos llegar a situaciones específicas de una manera más rápida.
Elegir otras decisiones en un corto periodo de tiempo ayuda a que rejuguemos la entrega, aunque solo sea por ver la cara de patidifusa que se le queda a la pitonisa. Por supuesto, elegir otras mejoras o llevar otro tipo de vida tanto en alimentación como en trabajo es más llevadero con el avance rápido.
Que el planeta Tierra ya no exista no es un problema
La sociedad de Do Not Feed the Monkeys 2099 ha conseguido adaptarse a las adversidades de perder su planeta natal. Se ha demostrado que diferentes especies pueden convivir sin muchas pegas, ya sean robots, aliens o androides. Sin embargo, aunque se evolucione de manera notable, algunos sujetos están dispuestos a replicar, quizás de manera nostálgica, ciertas actividades típicas de la Tierra.
Una de las cosas que nos queda claro de la devastación del planeta Tierra como lo conocemos es que Google seguirá ahí. También los promotores de marketing, así como la televenta y la publicidad. Por supuesto, la comida rápida evolucionará para adaptarse a las necesidades del futuro, y algunos trabajos continuarán mal pagados en el futuro. Lo que nos queda claro es que la humanidad se adaptará como sea a los cambios que les vengan, aunque sea con algo de nostalgia por lo perdido.
Conclusión
Do Not Feed the Monkeys 2099 es un más y mejor, una continuación que continúa el planteamiento original, expandiéndose y evolucionando. Su estilo visual sigue siendo uno de sus puntos fuertes. El salto al futuro permite situaciones más surrealistas, las posibles interacciones con otras criaturas del espacio hacen que gane mucho. El tono humorístico y la sátira de llevar aspectos absurdos de la Tierra al futuro es sublime, y los desbloqueables hacen que su rejugabilidad sea más que apetecible. Tanto si disfrutaste de la primera entrega como si no, tu espíritu cotilla estará en deuda contigo.