Ya son muchos los jugadores que gracias al acceso anticipado hacia el Infierno disfrutan del nuevo juego de Blizzard y otros que toca esperar hasta el próximo 6 de junio.
La historia comienza unos 50 años después de Diablo III: Reaper Souls. Tras el final, se deja dos líneas argumentales principales q
ue resultan cruciales para la continuación de la historia. En primer lugar, era necesario abordar el destino de los Prime Evils, los poderosos seres demoníacos, tras los acontecimientos de Diablo III. En segundo lugar, la historia se centraba en el joven y prometedor Lorath el Haradrim, un personaje clave introducido en el juego anterior. Además, el estado del propio mundo era un factor importante, ya que la humanidad sufría enormemente por las acciones de los Segadores y la continua amenaza demoníaca.
El personaje principal de esta entrega es Lilith. Lilith se revela contra el orden establecido y tiene un propósito como objetivo a cumplir. Sigue presente el conflicto de siempre entre la luz y la oscuridad.
Santuario, el escenario principal de la serie Diablo, juega un papel vital en Diablo IV. El objetivo era crear un mundo que resultara familiar a los jugadores y, al mismo tiempo, presentar nuevas localizaciones y explicar los cambios que se han producido a lo largo de 50 años. Los Males Mayores y Menores, al ser inmortales y adaptables, han abrazado la nueva era, contribuyendo a la naturaleza evolutiva de Santuario y a los desafíos que presenta.
