Mientras que la serie Call of Duty se ha hecho notoria por su intenso y adictivo multijugador, es una agradable sorpresa que la calidad de las campañas de un solo jugador haya mejorado paulatinamente durante los últimos años. Infinite Warfare es, sin duda, una buena muestra de ello.
La trama general es simple: la raza humana ha agotado los recursos naturales de la Tierra, así que se ha visto obligada a explorar el sistema estelar en busca de otros mundos que saquear (típico… antes que reducir o reciclar, mejor vamos a buscar otros sitios que arrasar). A medida que el mundo se unía en una sola nación en su insaciable busca de nuevos recursos, se forma la UNAS. Pero en Marte, colonia industrial del planeta Tierra, un grupo opositor aumenta peligrosamente su influencia militar: el Frente de Defensa del Asentamiento, dirigido por un reconocible Kit Harrington (exacto, nos enfrentamos a un John Snow del futuro).
Desafortunadamente, la narración en sí misma es un poco regular, y no ayudan las largas cinemáticas de nuestro antagonista gritando a través de una pantalla adherida a nuestro traje futurista y nuestro casco (un sistema integral de apoyo técnico llamado HUD) como si fuese un YouTuber enfadado que no tiene un discurso claro ni diferenciado, pero que solo sabe que debe gritar y patalear para ser el centro de atención. Pero aunque la razón de ser del enfrentamiento armado es un poco confuso y no muy justificado, esto queda en un segundo plano en el minuto a minuto de los diálogos con nuestros compañeros y compañeras de equipo, que son, sin lugar a dudas, de las mejores interpretaciones del título.
En este sentido podemos destacar a E3N (Ethan), un carismático androide cibernético que marca un punto fresco y divertido gracias a sus comentarios ingeniosos pero, sobretodo, por su la fuerte relación que se establece con nuestro personaje, Nick Reyes. Una relación que acaba siendo muy emocionante y uno de los pilares de la historia principal.
Otro elemento que nos ayuda a mantenernos tan comprometidos con los personajes y hace que la campaña sea una experiencia realmente inmersiva es la falta de pantallas de carga. En este caso el equipo de Infinity Ward debe ser aplaudido por la forma en que ha logrado enmascarar los tiempos de carga detrás de las transiciones del juego como, por ejemplo, Nick Reyes pasando de la sala de control a su avión de combate. Esta constancia consigue mantenerte siempre «“en la lucha»”, todo un acierto si tenemos en cuenta la aburrida alternativa que consiste en sentarnos y ver como una barra de carga se va llenando poco a poco; un corte de rollo vamos…
Infinite Warfare nos ofrece ambientes bien estructurados y muy trabajados. Cada arma dispara con efecto propio, algo que incrementa su realismo y nos traslada a enfrentamientos mucho más intensos y atractivos. Quizás el puñetazo no está muy logrado, pero en un juego como este, con mucha acción FPS, no es una opción que de ataque que vayamos a usar a menudo. A medida que avanzamos en la historia también podemos ir consiguiendo pequeñas mejoras que harán que nuestras armas favoritas sean ligeramente mejores, pero lo cierto es que apenas se nota la diferencia. Aun así, coger cariño a una sola arma es difícil, pues todas, teniendo en cuenta sus obvias diferencias, están tan bien trabajadas que es una gozada ir cambiando de una a otra durante la misión y entre ellas.
Algunas mejoras de las armas no mejorarán nuestra capacidad de disparo o nuestra precisión, pero sí que nos ayudarán a identificar mejor al enemigo. Un ejemplo de esto es una mirilla de precisión que actúa a modo de semáforo, destacando en rojo a nuestros objetivos más próximos.
CoD: Infinite Warfare también viene con algunas nuevas armas que no se habían visto antes en la franquicia. Salvando las distancias con la estética futurista y las armas de energía, seguimos encontrándonos los clásicos fusiles de precisión, ametralladoras, pistolas y escopetas; pero como novedad se introducen unas granadas-buscadoras: unos pequeños robots suicidas que se agarran al enemigo más cercano para explotar y hacerlo pedazos.
Las granadas también tienen un papel relevante en el juego. Podemos encontrar las clásicas de fragmentación y PEM, además de una granada anti-gravedad que lanzará a nuestros enemigos por los aires y los mantendrá flotando haciendo más fácil apuntar y disparar sin temor a recibir un disparo. Además hay una novedad realmente significativa: nuestro sistema HUD marcará quiéen ha muerto durante la explosión y quién solo ha quedado herido y desorientado, lo que permitirá centrar el fuego en los enemigos adecuados según la situación.
También se incorporan al juego misiones de combate aéreo realmente frenéticas. En algunos momentos nos subiremos a los «“chacales»” de la UNAS y surcaremos el espacio exterior aniquilando a las naves enemigas. La acción es muy rápida y caótica, además, la combinación entre el control de la nave y la libertad de movimiento que nos ofrece el juego hace que estas batallas sean realmente intensas. A este campo de batalla tan sugerente y prometedor se une una IA agresiva y ágil que se presenta ante el jugador como una competencia enérgica y dura de roer. Es muy posible que al principio nos cueste adaptarnos al ritmo del campo de batalla, pero con un par de batallas tendremos suficiente para cogerle el truco.
Es una pena que, a pesar de la excelencia de la campaña, el modo multijugador sea tan flojo. Es su mayor parte podemos hablar de un multijugador bastante decepcionante, mundano y sin inspiración. El equipo de Infinity Ward claramente se ha inspirado en el multijugador de Advance Warfare en lo que se refiere a su variedad de armas, pero su puesta en escena crea un sistema de juego terriblemente desequilibrado que básicamente acaba siendo un pay-to-win.
A diferencia de otros títulos en Infinite Warfare los mods de mejoras de armas funcionan sin ningún tipo de contramedida, es decir, que los mods mejoran el arma sin añadir ninguna desventaja. Esto significa que si me encuentro con alguien con la misma arma, pero con un mod más potente, esa persona tiene más oportunidades de ganar el encuentro. Por ejemplo, la versión «“Epic»” del ERG SMG incluye una escopeta bajo el cañón y un arma totalmente adicional, sí como un retroceso reducido; enfrentarse a un arma así es realmente costoso para alguien que empieza.
En definitiva, si quieres tener verdaderas opciones en el modo multijugador más vale que tengas una cuenta corriente bastante sustanciosa y estés dispuesto a pagar por la victoria.
Muchos de los mapas de Infinite Warfare ofrecen un sistema de tres carriles. El diseño colorido y bien trabajado de sus diseños puede no ser del gusto de todos, pero realmente están muy logrados. La verticalidad ofrecida en cada nivel es similar a la de Blak Ops 3, aunque también es bastante restrictiva. A menudo nos encontramos zonas a las que no podemos acceder inexplicablemente a pesar que nuestro jetpack es suficientemente capaz de transportarnos allí.
Por último, nos encontramos con un ya clásico modo zombie: Zombies en Spaceland. Aquí combatiremos contra hordas de zombies mientras nos paseamos por un parque de atracciones realmente siniestro. La sensación que tenemos al pasearnos por el parque es realmente agradable ya que nos traslada a un parque de atracciones típico que solía salir en las películas de los 80. Los personajes hacen una buena actuación, el diseño del mapa es excelente y el hecho de poder pasearnos y correr por el parque mientras escuchamos melodías de los 80 podría atraparnos durante horas. AdemásAdemás, la experiencia cooperativa encaja a la perfección con este modo y se disfruta muchísimo en compañía.
A nivel técnico esta entrega ha conseguido revitalizar el concepto que teníamos de Call of Duty hasta el momento. Los escenarios son amplios, variados y llenos de detalles. Además, la interacción con los mismos es mayor que entregas previas, dotando de un mayor realismo todo lo que vemos en pantalla.
La iluminación, la fuidez en general y el modelado de los personajes luce a un buen nivel, demostrando que, cuando se quiere, el resultado final puede ser más que notable.
A nivel sonoro el juego mantiene el nivel visto en entregas previas de la serie, es decir, doblaje de calidad a nuestro idioma y una banda sonora épica llena de temas que recuerdan a películas de acción.
En fin, aunque el modo multijugador es bastante decepcionante podemos considerar que el juego se salva por una campaña sólida y bien trabajada, además de un excelente modo «“zombie» que nos hacen pasar grandes momentos de juego ya sea solos o en compañía.