Tras pasar un tiempo como juego en acceso anticipado en Xbox Series X|S, Inkulinati llega, por fin, a Switch y PlayStation 5 como una propuesta muy singular en el género de los videojuegos de estrategia por turnos, destacando por su innovador uso del concepto de marginalia medieval. ¿Estará a la altura de las expectativas?
La inspiración histórica de Inkulinati
Inkulinati toma su nombre e inspiración de los inkulinati históricos, artistas y escribas de la Edad Media que plasmaban su creatividad en los márgenes de manuscritos y libros, creando lo que hoy conocemos como marginalia. Estas ilustraciones, que van desde lo absurdo y cómico hasta lo crítico y simbólico son, sin duda, el alma del juego. La transformación de estos dibujos en protagonistas de batallas refleja un homenaje a la riqueza y diversidad del pensamiento medieval, situando a personajes tan variados como conejos montando caracoles y señores en posiciones comprometedoras en el centro del campo de batalla.
Luchando entre páginas
El corazón de las mecánicas de Inkulinati está en su sistema de combate por turnos. El juego basa sus mecánicas en la posibilidad de invocar criaturas dibujándolas en un tablero que simula un pergamino medieval. Como imagináis, cada criatura cuenta con habilidades únicas, y la gestión de recursos, como la tinta necesaria para invocar estas unidades, juega un papel crucial en la forma en la que preparamos y desarrollamos cada uno de nuestros turnos.
Durante las primeras horas de juego empezaremos a entender cómo funcionan muchas de las mecánicas que forman parte de la estructura básica del juego y, una vez que las dominemos, veremos como las posibilidades de afrontar cada nivel se multiplican. De hecho, estamos convencidos de que las veces que hemos perdido ha sido por no tener en cuenta elementos que podíamos aprovechar a nuestro favor y no por una curva de dificultad que, aunque exigente, no llega a ser injusta en ningún momento.
Para dominar realmente los combates, es fundamental comprender y dominar las siguientes mecánicas:
Invocación de criaturas mediante tinta
Una de las mecánicas centrales del juego es la capacidad de invocar bestias para combatir. Nuestra forma de hacerlo es usar tinta como recurso para dibujar a nuestras unidades sobre el pergamino y, para conseguirla, tenemos que derrotar enemigos o superar eventos especiales. La elección de cuándo y dónde dibujar estas criaturas añade una capa de estrategia crítica, especialmente teniendo en cuenta que los recursos de tinta son limitados.
Movimiento y ataque
Como en casi todos los juegos del género, el tablero de juego está dividido en casillas por las cuales las diferentes unidades pueden moverse y, por supuesto, dependiendo del tipo de unidad el movimiento es completamente diferente. Es fundamental conocer y entender cómo funciona cada unidad para crear un grupo equilibrado que nos permita conseguir el control y dominio del tablero.
En este sentido, Inkulinati incorpora elementos de RPG en la gestión del ejército y la progresión de nuestro rango como comandante, lo que nos permite subir de nivel y desbloquear mejoras para las unidades. A diferencia de lo que podría parecer, las habilidades que podemos desbloquear llegan a cambiar casi por completo el funcionamiento de algunas unidades, por lo que tendremos que ir repasando las distintas combinaciones posibles para sacar el máximo partido a nuestro ejército.
Eventos dinámicos
Todos los combates están expuestos a los llamados eventos dinámicos. Estos eventos pueden cambiar las condiciones del escenario, provocando, por ejemplo, la aparición de llamas que reducen el espacio disponible. Además, el sistema de «aburrimiento» va incrementando el coste de tinta para invocar las mismas criaturas constantemente, lo que nos obliga a ir variando y creando unidades diferentes para mantener el gasto de tinta bajo control.
Volvemos a empezar
Inkulinati introduce elementos de roguelike, como mapas generados procedimentalmente y la necesidad de adaptarse a nuevas situaciones en cada partida, la toma de decisiones que nos llevan por un camino u otro – algo parecido a lo que hacía en su momento Slay the Spire -, además, tenemos un número limitado de vidas, por lo que cada derrota nos acerca un poco más a la pantalla de fin de juego y, con ello, la tensión durante las partidas se dispara.
Arte en movimiento
A nivel gráfico, Inkulinati es una obra de arte que revive la estética de los manuscritos medievales. El diseño de personajes y escenarios, fiel a las ilustraciones de la marginalia, está ejecutado con un detalle impresionante.
El diseño de las criaturas es muy original, y la manera en la que se mueven e interactúan entre sí durante los ataques demuestra que el equipo de desarrollo ha puesto mucho cariño y esfuerzo para sacar adelante este proyecto de la mejor forma posible.
Esta fidelidad visual se complementa con un apartado sonoro que encapsula el espíritu de la época, desde melodías que evocan los salones de banquetes hasta los sonidos de batalla, creando una atmósfera envolvente y coherente con el juego.
Conclusiones del análisis de Inkulinati
Inkulinati ha resultado ser toda una joya dentro del género de la estrategia por turnos. Pese a su curva de dificultad algo elevada, una vez que dominamos las principales mecánicas de juego nos encontramos ante un título divertido, variado y mucho más profundo de lo que esperábamos.
Sin duda, una opción muy interesante para todos los fans del género que busquen un juego en Xbox Series X|S, Switch, PlayStation 5 y PC.