Desde la quiebra de THQ en 2012, el desarrollo de los juegos oficiales basados en la WWE ha estado en manos de los responsables de algunos de los mejores juegos deportivos de la historia, 2K Games. Por desgracia, esto no se ha dejado ver en unas últimas entregas que, si bien han cambiado mucho en el sistema de juego, no han sabido captar el espíritu del wrestling (pressing catch para los españoles) y han sido, por decirlo suavemente, un poco aburridos.
Con todo esto en mente, los chicos de Yuke’s y Visual Concepts, desarrolladores del juego, se han puesto las pilas y han intentado crear un juego a la altura de una compañía con unos ingresos anuales superiores a los 170 millones de dólares.
Para ello, se ha retocado la jugabilidad de un gran número de componentes de WWE 2K17, desde las sumisiones hasta las provocaciones, pasando por el uso que podremos hacer de mesas, sillas y escaleras, todo ha sido cambiado para resultar más realista. Y quizá este sea el problema de cara a la hora de representar este deporte; no es realista. Estamos hablando de luchadores que están representados como súper héroes que no conocen la fatiga ni el dolor, capaces de recuperarse en cuestión de segundos de romper una mesa con la espalda, pero a la vez de quedar inconscientes de un puñetazo. Es decir, estamos hablando de un deporte no competitivo cuya misión es contar una historia a través de un combate, y de eso hay poco en un juego que apuesta por la simulación a la hora de representar un espectáculo «más grande que la vida», y ese es el defecto que ha tenido la saga desde que cayó en manos de 2K Games, un falta de comprensión de un estilo más arcade que hizo grandes a los Smackdown! VS Raw o Day of Reckoning.
También se han añadido estilos de combate que se echaban en falta en las últimas entregas, cómo las peleas en el backstage, y sobre todo, se han agilizado mucho algunas de las dinámicas más aburridas, como los Triple Threat Match o los Tag Team, algo que sin duda resulta muy de agradecer a la hora de evitarnos combates de media hora que nunca acaban pese a estar más que decididos.
Lo que se queda en el debe una vez más es el ritmo al que se desarrollan dichos combates. Cómo ya hemos dicho, WWE 2K17 apuesta, casi inexplicablemente, por la simulación antes que por la diversión desenfrenada, por lo que la sensación a los mandos muchas veces es de cierta lentitud. Esto se puede solucionar variando las formas en la que la IA funciona y los muchos aspectos diferentes del juego que podremos modificar (daño de los golpes, resistencia…) pero incluso variando esto, la sensación sigue siendo de que está mas cerca de un NBA 2K que de un juego de lucha libre.
Todo lo que se ha añadido en mecánicas jugables, se ha reducido en modos de juego debido a la desaparición del modo WWE Showcase. Esto nos deja con solo dos modos para un jugador además de las casi infinitas posibilidades para echar un combate rápido ya sea online u offline. El primero de estos modos es el ya habitual MyCareer. En él podremos crear y gestionar la carrera deportiva de nuestra propia súper estrella de la WWE, teniendo casi control total sobre todos los aspectos que nos harán ser únicos. Por desgracia, seguimos encontrando dos grandes fallos. El primero, la ausencia de una opción de crear una súper estrella femenina, lo que en un año en que las mujeres han conseguido derribar ese techo de cristal que hacía que no fueran consideradas estrellas del mismo nivel que los hombres, resulta el doble de doloroso y se convierte en un gran oportunidad perdida. El segundo, el no tener una historia más elaborada para nuestro wrestler que echarnos a la boca. Si, es cierto que viviremos varías historias y rivalidades hasta convertirnos en leyendas de la compañía, pero falta un hilo argumental que nos permita definirnos de mejor manera y que nos permita ver cómo es la vida de una estrella del pressing catch más allá de las luces del escenario. Y no hace falta caer en el dramón que es la película The Wrestler para conseguir esto, la propia WWE ha marcado el camino con sus series Breaking Ground y WWE 24.
El segundo modo principal es Mi Universo. En él nos convertiremos en el jefe máximo de la WWE y podremos controlar todo lo que ocurre en nuestra compañía. Crearemos nuevos shows, PPVs, títulos… y gestionaremos las historias que contarán nuestros luchadores. Aquí una vez más el principal problema estará en estas rivalidades, que serán demasiado genéricas para resultar atractivas. Además, se le suma que durante gran parte del tiempo no tendremos la menor idea sobre cómo provocar o hacer avanzar las rivalidades en uno u otro sentido, por lo que siempre queda la sensación de que este modo puede dar mucho más de sí.
Dejamos para lo último algo que, si bien no es un modo de juego propiamente dicho, siempre ha sido uno de los aspectos más importantes de esta franquicia; la suite de creación. Y aquí llega el momento de quitarnos el sombrero, ya que nos encontramos ante una de las más completas que hemos visto nunca. Todos los aspectos de los luchadores pueden ser personalizados hasta límites insospechados; apariencia, entrada, poses de victoria… ¿Que tienes un lunar de forma ovalada en el interior del muslo izquierdo al que le tienes mucho cariño? Tu luchador también. ¿Quieres que tus zapatillas tengan la bandera de tu país en tus cordones? Se la puedes poner. Todo un mundo de posibilidades que dejan en vergüenza a los mejores RPG del mundo y que nos robará muchas, muchísimas horas de nuestra vida.
Aunque, como es lógico, aún cabe espacio para la mejora. Para empezar, no se acaba de entender la ausencia de la opción de meter nuestra propia música en el juego, algo que estuvo presente hasta WWE 2K14. Por otro lado, el tener que depender de VC (la moneda virtual del juego, también presente en NBA 2K17 y que se puede comprar con dinero real) para acceder a algunas de las opciones y desbloqueables del juego es una novedad de esas que no nos gustan, y que se acerca peligrosamente a las microtransacciones tan molestas en un juego que ya vale 70 euros en su edición estándar.
Antes de comenzar con el apartado técnico, no podemos olvidar uno de los grandes puntos a favor de WWE 2K17: su enorme roster de personajes seleccionables que llega hasta los 177 luchadores, tanto actuales como clásicos. Es cierto que algunos son diferentes versiones del mismo luchador (como ejemplo nos valga Undertaker, que además de la versión actual, cuenta con la clásica y su versión motera) pero incluso contando con ello tenemos más de 150 súper estrellas únicas, todo un récord que nos permitirá realizar casi cualquier combate que pase por nuestra cabeza.
Hablemos ahora de los apartados técnicos del juego, comenzando por los gráficos. Y es que visualmente el juego ofrece todo lo que le podemos pedir a este micro género que son los juegos de wrestling: una representación casi perfecta de los luchadores (tan realistas en ocasiones que caen en el valle inquietante), la espectacularidad visual que acompaña a las entradas y unas animaciones tremendamente fluidas se unen en un apartado visual que es sencillamente incontestable. Los únicos fallos se deben al sistema de colisiones y físicas, que en ocasiones se irá a tomar una caña con sus amigos, causando errores tan brutales como graciosos (un personaje corriendo mientras su pierna se queda sola enredada en las cuerdas, por ejemplo) y que rara vez pasarán de molestia puntual.
El apartado sonoro cuenta con una selección musical hecha por el rapero y productor Sean «Puff Daddy» Combs, con lo que la calidad esta más que asegurada. Clásicos como el «Paranoid» de Black Sabbath se aliarán con canciones más nuevas como «Ride» de 21 Pilots para amenizar nuestras sesiones de juego. Además, el juego cuenta con las canciones de cada uno de los luchadores y equipos disponibles, lo que termina de redondear una banda sonora completísima.
No está tan trabajado por otro lado el tema del doblaje. Resulta muy curioso que en el mismo año que se han agregado nuevas voces que oiremos durante las provocaciones, haya desaparecido el doblaje de las entrevistas y de las nuevas promos. Así pues, queda muy triste poder hacer una promoción desafiando a un rival a un combate que podemos leer pero no oír. Esto unido a los siempre desacertados comentarios (los peores de todo el género deportivo desde hace muchos años) afea el resultado final de un juego sobresaliente en todos los apartados técnicos y artísticos.
Conclusión
WWE 2K17 es un juego extraño. Si bien consigue captar todo el ambiente y la espectacularidad del mundo del wrestling de forma excepcional gracias a un apartado artístico perfecto, lo hace con un estilo de simulación puro y olvidándose de las historias que separan a este deporte de los demás.
Aun así, se trata del mejor juego de la WWE lanzado desde que 2K Sports se hizo con el control de la franquicia y cuenta con una selección de luchadores prácticamente ilimitada y el mejor sistema de creación jamás visto en un videojuego como grandes bazas. Sin duda un compra obligada para todos los fanáticos del pressing catch del mundo, lo que es al fin y al cabo su objetivo.
