Call of the Sea es de esos juegos que te atrapan en cuanto los ves. Podemos disfrutarlo tanto en Steam como en XBOX, estando disponible en el Game Pass y además jugable gracias a Play Anywhere. El juego está desarrollado por Out of the Blue, un estudio español situado en Madrid que se estrena con este videojuego.
Hace bastante tiempo que los juegos de puzzles no son lo que eran. Es más, podemos hablar de que los puzzles se han quedado relegados a un segundo plano de otros géneros. Call of the Sea nos trae de nuevo esa sensación añeja de puzzles, dinamismo, misterio y estrujarnos la cabeza para continuar. No todo va a ser mata-mata y disparar.
Nos situamos en 1930
En la década de 1930 manejaremos a Norah Everheart, una profesora de arte que emprende su viaje en búsqueda de su marido, que ha desaparecido misteriosamente al mando de una tripulación. Uniendo cabos terminamos en una isla cerca de Tahití, donde nos ocurrirán cosas de lo más paranormales. Algunos han calificado los acontecimientos como lovecraftianos, y no se quedan cortos.
A pesar de que Call of the Sea no es un juego de terror, nos sumerge en un clima de tensión y alerta constantes. Nuestra imaginación nos jugará malos ratos, y tendremos que estar muy seguros de lo que es real y lo que no, para mantener nuestra cordura. La historia te atrapa y eso ayuda a que quieras seguir jugando sin mucho descanso, pero para no destripar uno de sus puntos fuertes mejor lo dejaremos aquí.
No esperes un juego de acción
La premisa de Call of the Sea está clara, por lo que no esperes un juego de acción. No estamos ante un nuevo Uncharted, ni mucho menos. Nuestra finalidad es explorar, conseguir información, ordenarla y continuar investigando para resolver los puzzles y avanzar. Entre todo aquello que encontramos hay documentos y notas de audio que nos dan más información sobre lo acontecido en la isla. Con todo esto, Norah irá haciendo anotaciones en su diario, encajando piezas y aclarando los hechos para superar los puzzles.
La historia se divide en capítulos para que sea más sencillo agruparlos. A pesar de que todos están enlazados son tremendamente grandes de manera independiente, pudiendo movernos con atajos. Estos atajos acortarán nuestro camino, facilitándonos la investigación y las vueltas que daremos (que serán bastantes).
También esto significa que probablemente la solución a nuestro puzzle no se encuentre donde estemos mirando. Para resolver algunos puzzles tendremos que viajar hasta lugares bastante alejados entre sí, por lo que cuando por fin conseguimos despejarlo nos invade un sentimiento de satisfacción importante. Y digo esto porque los puzzles no son un paseo, eso que os quede claro. Lo mejor es tomártelo con calma, y si no encuentras la salida siempre es gratificante dejarlo un tiempo y volver. Eso mejor que estar dando vueltas desesperado sin saber adónde ir o qué buscar.
Su gran apartado artístico nos entra por los ojos
Ahora que está tan de moda que todo sea panorámico, con resolución 4K y trazado de rayos, blur, desenfoque y mil tecnicismos… Call of the Sea nos recuerda que para disfrutar de un buen juego lo que realmente hace falta es un buen juego. La tecnología ayuda a disfrutar pero no es esencial, y con un apartado gráfico que cumple es más que suficiente. Es cierto que el nivel de detalle es bastante bueno, si bien no estamos hablando de un juego AAA, pero que luce bien con Unreal Engine 4. Lo que más nos llama la atención es el contraste que tenemos de colores, espacios y biomas diferentes, una variedad que se agradece y es un gusto para la experiencia.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el apartado del sonido, que como hemos dicho anteriormente cumple sin más. Es cierto que la música nos acompaña, pero probablemente no la acabemos recordando después de terminarlo. Lo que sí que está bastante bien son las voces, con un buen énfasis y no lecturas monótonas, creando así el ambiente necesario para que el jugador se implique. Especialmente destacar la de nuestra protagonista Norah, doblada por Cissy Jones, con un registro muy importante dentro de la industria. Por destacar algunos de sus trabajos: Sloane en Destiny 2, Delilah en Firewatch o Joyce Price (madre de Chloe) de Life is Strange.
Un equipo que tenía claro lo que quería hacer
Remitiéndome a una entrevista concedida a otro medio, el equipo de Out of the Blue sabía qué es lo que quería ofrecer a los jugadores. El equipo ha trabajado sin descanso durante la pandemia, por lo que el ritmo del juego ha sido constante. La idea proviene de los juegos de rol de tablero, por lo que inspeccionar era algo que debía ser innegociable. El ritmo debía ser pausado, que lo marcase el jugador y no los acontecimientos, así que dividir la historia en capítulos era lo más acertado para ellos.
Siguiendo los pasos de Indiana Jones en el ámbito de explorar y recabar información, la investigación nos dará las respuestas a lo que ocurrió en el lugar. En propias palabras del estudio: «Serán puzles que en ningún momento van a impedir el avance de la historia porque sean muy complicados, nos situamos a medio camino entre Firewatch y Myst, y buscando esas piezas y pistas podrás ir resolviendo los puzles«.
Conclusiones
Estamos ante uno de esos juegos que hace tiempo llevamos esperando. La dificultad para diferenciarse de los lanzamientos reside por lo general en estudios independientes, a los que determinado público sigue siendo reacio. Este es uno de esos ejemplos de un buen trabajo sin una gran empresa detrás. Los puzzles son algo enrevesados, pero aunque a veces nos superen, si tomamos algo de aire y volvemos, conseguiremos superarlos. Los escenarios abiertos son un deleite para nuestros ojos y estaremos encantados de explorarlos, si bien es cierto que a veces el trayecto se hace algo largo. Las anotaciones de Norah ayudan bastante, pero no lo suficiente para que nosotros evitemos tomar nuestras propias notas. El juego cumple y se disfruta, es una experiencia más que recomendada y cualquiera que ame los puzzles disfrutará echándole horas.