Gardering Mama: Forest Friends | Fantasymundo

Por fin podemos disfrutar de la segunda parte de Gardening Mama, título que salió en el año 2009 como spin off del conocido Cooking Mama, cuya quinta entrega hemos analizado recientemente Fantasymundo. Para los que jugaron a la primera entrega de este spin off, saben que en este juego hay que dejar a un lado las sartenes y cacerolas con la intención de conseguir nuestro propio huerto.

Gardering Mama nos traslada a un pueblo idílico en el que cada día que amanece, nuestro buzón tiene una nueva carta que nos propondrá superar un desafío compuesto por un minijuego que debemos superar para conseguir una nueva semilla con la que desbloquear nuevos contenidos. Para aceptar estos desafíos, tendremos que viajar en barco, en autobús, o incluso en avión para ponernos en contacto con la persona que nos va a enseñar a hacer cada misión.

También nos estará esperando alguno de nuestros vecinos del bosque para hacernos todo tipo de encargos para que sus negocios prosperen: de nosotros depende que les vaya bien, porque a medida que tardemos más días en mandarles el pedido, su número de clientes irá bajando, eso quiere decir que ellos pierden dinero y, de rebote, nosotros también. Por tanto, tendremos que gestionar qué objetivos queremos cumplir en cada momento para mantener contentos a todos los habitantes del pueblo y conseguir así todo el dinero posible.

El juego divide el transcurso de su historia en días y noches y, así, según vayamos avanzando en los cuidados del jardín, llegará un punto en el que se hace de noche y volveremos a casa para evaluar los logros conseguidos a lo largo de la jornada de trabajo. Cuantos más encargos completemos, más dinero obtendremos y eso quiere decir que al final del día los beneficios son mayores y podremos expandir los terrenos del huerto, pudiendo cosechar mayor cantidad de flores, verduras y frutas. Conforme aumente el número de pedidos, se van abriendo más tiendas en el bosque, cuyos jefes son los que nos piden abastecerlos.

Aparte de dinero podemos conseguir tickets que gastar en las distintas ferias que surgen en el bosque y en las que podemos ganar diferentes objetos que no están disponibles en la tienda, junto con los exclusivos que podremos conseguir a través de Spotpass para decorar y mejorar nuestras herramientas.

En un primer momento me planteé que era un juego exclusivo para niños, porque las tareas son muy sencillas y vas descubriendo nuevos personajes… Hasta que quise darme cuenta de que, de una misión pasaba a otra, de un recado a otro, solo con el objetivo de conseguir una nueva semilla que poder plantar en el jardín para conseguir más dinero y mejorar el cobertizo, la casa y los alrededores de mi «nuevo hogar».

Hay misiones que van desde quitar las malas hierbas, a recolectar tomates, plantar macetas, vaciar calabazas por Halloween y otras muchas más que consiguen dar una sensación de variedad constante al modo de juego principal. Lo importante es mantener el jardín bien cuidado, regar todos los días —pero en su justa medida, ya que si nos pasamos, la planta se inunda y puede crecer de forma diferente a las demás—, estar atento para que no salgan mosquitos que estropeen la cosecha o se marchiten y recoger los distintos frutos que podemos conseguir.

Al ser un jardín, está claro que habrá que cuidarlo como es debido: plantar las diferentes semillas, regar correctamente cada planta, recoger los frutos de nuestro trabajo, arrancar lo que ya no es necesario y al mismo tiempo atender las peticiones de los distintos comerciantes de la zona del bosque.
Por otro lado se encuentra la tienda que nos permitirá decorar nuestro jardín a nuestro gusto con más de 100 artículos, ya sea poniendo vallas, un parque infantil, puentes, macetas e incluso alguna mascota que nos haga compañía.

Es un juego muy entretenido y para toda la familia. Ya he dicho anteriormente que no es precisamente solo para los más pequeños, sino que podemos echarle por lo menos media hora al día para avanzar un poco, cuidar el jardín y hacer los recados pendientes.

Hay que destacar que, a diferencia de otros juegos del género, Gardering Mama no muestra el paso de las horas en tiempo real, por lo que si estamos varios días sin jugar eso no quiere decir que hayamos perdido la cosecha y encontremos nuestra casa plagada de cucarachas, sino que al volver a jugar estamos exactamente en el punto que lo dejamos.

A nivel técnico nos encontramos con un juego que, sin destacar, cumple su cometido sin problemas. Todos los escenarios son coloridos y llenos de detalles y, aunque veremos más de una textura demasiada plana, lo cierto es que su toque «cartoon» consigue disimular los fallos con bastante acierto.

Por su parte, los minijuegos cuentan con diseños variados y nos muestran todo tipo de localizaciones (teniendo en cuenta que todos están relacionados con el cuidado de un jardín). Además, el stylus responde sin problemas en todas las pruebas.

El apartado sonoro se mantiene en la línea del apartado gráfico. El juego cuenta con varias melodías alegres y pegadizas que acompañan en todo momento, adaptándose sin problemas a lo que estemos haciendo en cada momento. El juego está traducido al castellano y, como viene siendo habitual, no cuenta con voces de ningún tipo.

Conclusión

Gardering Mama es un juego divertido, para todas las edades, que conseguirá tenernos delante de la pórtatil de Nintendo hasta que hayamos conseguido un fantástico jardín con todas las semillas habidas y por haber, con todos los vecinos contentos y con una sonrisa de oreja a oreja. Y lo mejor de todo: al no ser en tiempo real, si tenemos una mala racha y no jugamos durante unos días, no nos encontraremos con el huerto medio podrido y con la casa llena de cucarachas —como pasa en juegos tipo Animal Crossing—. No está mal ¿eh?

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