Vuelve The Legend of Zelda
Estamos ante el segundo título de la saga Zelda para la portátil de Nintendo de 32 bits, la GBA. Si nos remontamos tiempo atrás observamos como esta espléndida saga dio comienzo con The Legend of Zelda en la Famicom disc allá por el año 1986(posteriormente editado en Famicom en el año 1987), de la mano de Shigeru Miyamoto. Nadie se podía imaginar por aquel entonces la repercusión que esta saga iba a tener posteriormente.
Un año después (1987), y tras ver el éxito del primer juego, se sacó una continuación: Zelda II – The Adventure of Link (editado en 1988 al igual que la anterior entrega para Famicom). Este segundo juego de la saga Zelda cambiaba el estilo gráfico impuesto en el primero. Se dejó la vista cenital para pasar a un desarrollo horizontal al mas puro estilo Metroid. Este cambio gráfico no terminó de convencer, de tal forma que sería el único Zelda con este estilo. A este le siguió el Game & Watch de Zelda en el año 1989, que lo convertiría en el primer Zelda portátil. Fue ya en el año 1991, y con el salto generacional a la Super Famicom, cuando de las manos de Miyamoto surgió lo que hoy en dia para muchos es uno de los mejores juegos de la historia: The Legend of Zelda: A link to the Past. Y es que esta obra, retornando al estilo cenital de los orígenes, conmocionó tanto al público como a la crítica. La grandiosidad de este título radica en una libertad nunca antes vista mezclada con unos gráficos coloristas y detallados a la vez de una banda sonora exquisita. Probablemente estamos hablando del que puede que sea el mejor action-rpg de la época 16 bits. La saga Zelda a partir de entonces iba a tomarse un tiempo de descanso en cuanto a consolas de sobremesa se refiere.
The Legend of Zelda: The Minish Cap: Una obra maestra
En el año 1993 se desarrolló un duro competidor para el A link to the Past, el The Legend of Zelda: Link’s Awakening, sacado para la Game Boy. De desarrollo bastante similar a lo que se vio con el A Link to the Past, suponía una obra aun sin superar por las posteriores entregas de Zelda para portátiles. Un auténtico juegazo que nada tenía que enviarle al A Link to the Past. No seria hasta dentro de cinco años, en 1998, con la N64 ya comercializada, cuando se llevó a cabo la mayor producción de dicha consola: The Legend of Zelda: Ocarina of Time. Esta genial aventura para muchos fue y sigue siendo el mejor juego de la historia, y es que desde luego esta saga iba tomando forma de que a cada título nuevo que se sacase iba a suponer una revolución. Esta vez, Ocarina of Time poseía unos escenarios inmensos para lo que se había visto hasta entoces, un apartado técnico sublime y una banda sonora que remasterizaba antiguas melodías ya míticas por aquel entonces y añadía otras nuevas de gran calidad. En definitiva, lo que hoy en dia se suele llamar una obra maestra. Fue en el mismo año, 1998, cuando apareció una reedición del Link’s Awakening para GBC, pasándose a llamar Zelda DX, añadiéndole una mazmorra inédita.
En el 2000 salió para N64 lo que sería el segundo título de Zelda para dicha consola: The Legend of Zelda Majora’s Mask. Ya entrado el 2001 de la mano de Capcom nos llegaron 2 nuevas entregas de Zelda, que serían las últimas, para la portátil de Nintendo GBC, que en un principio iban a ser una trilogía pero se acabó optando por sacar dos versiones: The Legend of Zelda Oracle of Seasons y The Legend of Zelda Oracle of Ages. Entrando más en esta generación se han concebido 3 Zeldas y 1 Zelda más que está en desarrollo. En el 2002 salió el The Legend of Zelda The Wind Waker para NGC, que supuso un cambio de estética. Los gráficos pasaron a ser Toon-Shaded, un estilo similar al Cel-Shaded. Este cambio llevó a la crítica y público en general a una diversidad de opiniones, tanto positivas como negativas. Sin terminar de llegar a cuajar totalmente en todo el público, a modo personal es una de las pocas obras de arte de las que podemos disfrutar en esta generación. En el mismo año se porteó el A Link to the Past para GBA, que incluía un mini-juego llamado Four Swords en el que se podía jugar con hasta 4 links a la vez, conectando las GBAs. Realmente este mini-juego es la segunda parte de la trilogía a la que pertenece el Minish Cap, primero de ella y culminando el Four Swords de GCN.
El siguiente título para la GBA (y que posiblemente sea el último de la saga para la misma) es el The Legend of Zelda The Minish Cap. Salió al mercado en el año 2004 y usa un estilo gráfico similar al mini-juego Four Swords del A Link to the Past de GBA. Por último, y sin fecha concreta, se espera que salga la última entrega de la saga para NGC para finales del 2005, denominada The Legend of Zelda Twilight Princess, que retorna al estilo gráfico del Ocarina of Time y además está levantando una gran expectación en los medios.
The Legend of Zelda the Minish Cap nos sitúa argumentalmente en el principio de la trilogía compuesta con éste, el Four Swords de GBA y el Four Swords de GC. Argumentalmente el juego nos introduce en el papel del joven Link, un joven del reino de Hyrule. Cuenta la leyenda que hace años las tinieblas empezaron a invadir el reino de Hyrule y, cuando parecía que ya no había esperanza alguna, surgieron los minish, seres diminutos que provienen del cielo en ayuda de los hombres. Al más valiente del reino le otorgaron la luz dorada y la espada legendaria, con las cuales devolvió la paz al reino. Después de este evento, se decidió celebrar 1 vez cada año fiestas en honor a los minish, aunque con el paso de los años se fue convirtiendo en leyenda…
En la época actual, la de Link, se están celebrando fiestas, y es que cada 100 años se abre una puerta que comunica al mundo minish con el de los humanos, y por ello están celebrando las fiestas a lo grande. Para conmemorar al héroe de antaño, se celebran unos juegos en los que al ganador se le otorga un premio. El ganador es Vaati, un misterioso personaje nunca antes visto por el reino. La fiesta no duraría mucho, hasta que Vaati abre el cofre que encierra a las tinieblas que antaño cubrieron Hyrule y convierte en piedra al rey, la princesa Zelda y demás moradores del castillo. Es aquí cuando empieza la gran aventura de nuestro joven amigo llamado Link…
Técnicamente el juego es una delicia, y me atrevería a decir que lo mejor que podremos ver en GBA con casi total seguridad. Pero, antes de hablar de frames, animaciones o similares, he de reseñar la calidad artística del juego, y es que lo que lo hace tan bello es esa diversidad de escenarios, ese diseño magistral de personajes y todo el ambiente que rodea a este espléndido juego. Escenarios muy coloridos y cargados de detalles, personajes animados con una suavidad pasmosa, rotaciones de sprites, reflejos y otros tantos efectos que podremos ir viendo a lo largo de su desarrollo, son los que hacen de The Legend of Zelda the Minish Cap una autentica joya para la portátil de Nintendo.
Sonoramente no se iba a quedar atrás ni mucho menos, las composiciones que podemos escuchar a lo largo del juego están a la altura de las anteriores composiciones de la saga, además de que su calidad se equipara a la de otras grandes obras dentro del catálogo portátil, como pueden ser Kingdom Hearts Chain of Memories o Castlevania Aria of Sorrow, además de que los remixes de las canciones clásicas no podrían sonar mejor. El único aspecto negativo que podríamos reprocharle es el típico “gruñido” de Link que, para no variar, no le han incluido voces. Aun así no es un aspecto que a mi me desagrade, pero que puede que a otras tantas personas si que le moleste.
Donde más flojea el juego es en la jugabilidad, y no porque sea malo, ni mucho menos, el juego desde el primer día hasta el último te mantiene pegado a la consola como pocos lo harán. Posee una gran cantidad de secretos por descubrir (cualidad típica de la saga Zelda), tales como botellas, corazones, rupias, ampliaciones de bombas o arco, etc. Además el hilo argumental, sin ser demasiado complejo, hace que te mantengas jugando a la consola para seguir avanzando todo lo posible hasta el final. Sin lugar a dudas, desde que comienzas a jugar hasta que te lo pases no podrás parar. Ahora bien, ¿dónde está el fallo? Es bien sencillo. El juego desarrollado por Capcom solamente dispone de 6 mazmorras distintas, número que si bien ya hace que el juego no sea corto, no es lo suficientemente largo que muchos esperarían, y en este aspecto puede decepcionar a más de uno.
En definitiva, estamos hablando de uno de los mejores títulos del catálogo de GBA, y posiblemente de los mejores juegos que podremos jugar ahora mismo, que desde luego cualquier aficionado a los videojuegos no debería dejar escapar.
Gráficos: 10/10
Sonido: 9/10
Jugabilidad: 10/10
Duración: 9/10
Global: 9/10
Zelda: The Minish cap ni siquiera parece un Zelda. Comparado con Zelda Link Awakening MÁS de 10 años antes, de queda en una broma.
El juego es cutre hasta decir basta:
– Escenarios rellenados sobre la marcha y mal diseñados
– Historia pobre, argumentos y diálogos para niños de 5 años
– Puzzles cutres, poco pensados, que recuerdan a RPGs de la megadrive de principios de los 90, no de un Zelda
– Juego corto, pocas mazmorras, progreso con un ritmo irregular, se desbloquean cosas de manera aleatoria, caótica y sin ningún tipo de patrón, todo es ensayo y error
– La mayoría de los objetos y habilidades con la espada son inútiles
– Encima hay cosas que son imposibles conseguir si no lo resolviste en el momento del progreso caótico que el juego te impone
– No sería un mal juego para una compañía independiente de principios de los 90 programando en 16 bits, pero no para un juego de Capcom y menos Nintendo, del 2004 y muchísimo menos para un Zelda.
– Luego hablan de Zelda II??? Hay cosas que no se entienden.