Roca Editorial estrena este título que lleva implícita una carga de denuncia social ante los abusos contra las mujeres que no han dejado de existir en el s.XXI. La autora, Sarah Vaughan, no lo escribió al calor de las presentes reivindicaciones que crecen aupadas de los renombrados apoyos actuales, sino que aprovechó su experiencia periodística para tejer una trama que mezclara tribunales y altas esferas políticas en el Londres actual. La traducción ha corrido a cargo de Ana Herrera.
Sarah Vaughan estudió literatura inglesa en la Universidad de Oxford. En la actualidad es periodista y ha sido reportera y corresponsal de política para The Guardian. A los cuarenta años escribió su primera novela. Vive en Cambridge con su marido y sus dos hijos.
El libro, adictivo y meticuloso, está dividido en capítulos con nombre propio. Es decir, en cada uno de ellos avanzará la historia desde la perspectiva de un personaje concreto. En el caso de Kate, en primera persona como narradora principal; los demás capítulos están escritos en tercera persona. La acción presente se desarrolla entre los años 2016 y 2018, mientras que de manera acertada se intercalarán flashbacks a 1993, la época universitaria en Oxford de los protagonistas.
Kate Woodcroft es la abogada criminalista contratada para llevar el caso: una profesional experimentada que sabe que sólo se puede ganar el caso a través de una buena argumentación. Pero Kate busca la verdad en todo momento. Está segura que James es culpable y ha decidido que debe pagar por sus crímenes. ¿Quién tiene razón acerca de James? ¿Sophie o Kate? ¿Se mueven por algo más que por una impresión y experiencia personales? A pesar de su educación privilegiada, Sophie es consciente de que su hermosa vida no es inviolable. Lo ha sabido desde que ella y James se enamoraron en Oxford, y ha sido testigo de la facilidad con la que el placer puede convertirse en tragedia. Muchas personas no quieren saber qué sucede entre un hombre y una mujer cuando están solos: en la cama, dándose un abrazo, en el ascensor, o solos en un patio de la Universidad de Oxford iluminado por la luna…
Hasta aquí una propuesta que no es novedosa, pero que como todo escándalo, nos empuja a devorar las páginas con el ritmo ágil del texto. El acierto del libro es ver cómo se plasma que la verdad es un juguete frágil que puede malearse hábilmente frente a un jurado. Para ello, la autora ha elegido muy bien el enfoque que nos ofrece de cada parte de la historia. Cada una de las dos mujeres debe enfrentarse a la misma situación, pero lo hacen con unas motivaciones distintas y una experiencia anterior muy divergente. El lector va recibiendo la información necesaria para ir componiendo el rompecabezas. Finalmente, vuelas capítulo tras capítulo ansiando que se haga justicia.
Los personajes están perfectamente construidos, especialmente ellas, aunque el perfil de James es perfectamente reconocible. Rascar en su pasado nos ayuda a comprender el presente. Sophie ha alcanzado lo que deseaba. Tiene un marido bien posicionado como Subsecretario del Ministerio de Interior y confidente, además de íntimo amigo de juventud, del actual Primer Ministro, Tom Southern. El matrimonio tiene dos hijos pequeños, Finn y Emily. La familia vive en su residencia habitual de North Kensington y poseen otra casa en Thurlsdon. Por lo tanto, los sueños de juventud de Sophie se han cumplido. Nieta de barón, el elitismo y una vida cómoda le han acompañado siempre conformando un guion preestablecido. Lo mismo ha ocurrido con James, educado en Eton y posteriormente en Oxford. Deportista de remo, estudia para alcanzar lo reservado a los suyos; pero, también usa lo que la vida universitaria reserva a los que son como él. Me estoy refiriendo al Club de los Libertinos, que aquí la ficción nos describe tras los muros de los vetustos templos del saber.
El libro por tanto, no sólo ahonda en los personajes principales, sino que los acompaña de unos secundarios y unos escenarios perfectamente descritos. Es fenomenal la descripción del carrusel de emociones que la joven Holly vive al aterrizar en Oxford gracias a una beca. Es novata en todo, pero su afán por estudiar literatura inglesa la traslada desde su humilde barrio de Liverpool, dejando a tras a su padre, profesor de autoescuela. Es muy vívida la descripción de su día a día y sus avatares se mostrarán ante nosotros con una crudeza que aguijoneará nuestra alma. Una muchacha que experimenta la vida indirectamente a través de su compañera de tutorías.
Por tanto, esta Anatomía de un escándalo, es una certera disección de un hecho deleznable, de cómo se puede manipular desde el poder a las personas, sus vidas, así como las crudas consecuencias de determinados actos que quedan impunes. El libro incluye una sorpresa a mitad de texto que añade más carga emocional si cabe a la historia, por lo que cuando he mencionado que el libro es adictivo, lo podréis confirmar. Nos paseamos por los juzgados de Old Bailey y el centro de Londres sintiendo que estamos allí, oliendo el Támesis mismo. Contemplamos la fuerza de la prensa a la hora de incidir en un caso mediático, acelerado por la inmediatez de los titulares en internet. Y presenciamos escenas que pasan del color verde de los inmaculados céspedes al blanco y negro del lado más oscuro del corazón de algunas personas.
Tomo notas a propósito del desmoronamiento de Sophie, traicionada su confianza y desenterrado su pasado que creía perfecto. Me quedo con la cuidada descripción de la biblioteca donde estudia Holly y el detalle de algunas escenas crudas y duras que no desvelo, pero que la autora sabe esculpir perfectamente para impactarnos. En el apartado de Agradecimientos la autora menciona a varias personas que me hacen entender las fuentes de documentación que ha tenido para plasmarnos tan fielmente esta fotografía, licencias literarias incluidas. Me quedo con Ali, fiel amiga de Kate. Qué bueno es tener amigas así cuando estás sola y todo de contra. Me apunto, también, una reflexión de los suegros de Sophie. Me quedo con Olivia Lytton, una joven que refleja a la perfección las muchas Olivias que a diario deben sufrir el abuso de quien se cree con derecho a todo y sobre todos.
Una novela de emociones, más dura de lo que parece, en cuanto a que la realidad supera a la ficción. Buena ambientación y bien construida la perspectiva del enfoque en cada escena de tal manera que la historia cale en nosotros hasta la última página. Cuando cierras el libro, inspiras profundamente y te queda esa grata sensación que obtienes tras una buena lectura. Después, atisbas la realidad en que está inspirada y tiemblas.
Videorreseña de Anatomía de un escándalo en La Nave de Lanark McKlaor:
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