Un estudio sobre el inusual sistema digestivo de un antiguo grupo de insectos ha proporcionado nuevas perspectivas sobre la futura producción de biocombustibles. Publicada en la revista Nature Communications, la investigación revela que la habilidad de algunos insectos para digerir de forma eficiente la celulosa puede ser explotada para mejorar procesos industriales, como la producción de combustibles con bajo contenido en carbono, que podrían disminuir las emisiones de gas con efecto invernadero asociadas al uso de los combustibles fósiles.
El sorprendente hallazgo tuvo lugar cuando el equipo de University of York estaba investigando el sistema digestivo de los Thermobia domestica, conocidos como “insectos de fuego”, muy parecidos a los “pececillos de plata”, comunes en nuestros hogares. Estos insectos prosperan en la celulosa critalina, la fibra natural, abundante en la paja, el papel y el cartón.
El profesor Simon McQueen Mason, del Departamento de Biología de University of York, asegura que «Thermobia domestica pertenece a uno de los más primitivos grupos de insectos. Aparecieron en la Tierra durante el periodo devónico, hace unos 420 millones de años. A pesar de su larga historia evolutiva, sin embargo, estos insectos han sido generalmente ignorados por los científicos. La celulosa forma las fibras que da a las paredes celulares de las plantas su resistencia, y tiene un alto grado de orden estructural, lo que las convierte en sólidas y duras”.
Hasta ahora, era un misterio cómo estos insectos habían encontrado una forma para digerir celulosa de forma tan efectiva. Al estudiar su sistema digestivo, los científicos descubrieron algo que no esperaban.
El doctor Federico Sabbadin, del mismo departamento, asegura que «Dentro de su intestino, estos insectos tienen un grupo de proteínas no caracterizadas que componen el 20% de sus enzimas digestivas de carbohidratos”.
«En una investigación posterior”, continúa, “estas proteínas resultaron ser una nueva clase de enzima, polisáquidos monooxigenasas líticos (LPMO), que atacan a polisacáridos cristalinos. Nuestro estudio reveló que estas enzimas son utilizadas por Thermobia domestica para incrementar su ratio de digestión de celulosa”.
Anteriormente se creía que los LPMO sólo se encontraban en hongos, bacterias y virus, pero estos análisis han mostrado que están extendidos entre los invertebrados. Los científicos sugieren que es posible que estas enzimas fuesen utilizadas en procesos industriales para romper la celulosa y convertirla en azúcares fermentables para la producción de biocombustibles.
El profesor McQueen Mason señala que «Estas enzimas parecen haber evolucionado a partir de enzimas que digieren una sustancia llamada quitina, que protege el sistema respiratorio de los insectos«.
Afirma también que «encontramos que estos genes son esenciales para la metamorfosis, e interrumpir su función es letal para los insectos. Esto podría tener importantes aplicaciones para desarrollar nuevos métodos de control de enfermedades cuyo vector son los insectos, y también para contener plagas en la agricultura”.
Fuente: University of York.