Una a una, todas las grandes series de DC van llegando a su “Punto de Guardado” antes de dar el salto al Renacimiento del Universo DC. Y Aquaman, uno de sus personajes más célebres no podía ser una excepción.
La última vez que hablábamos de él, Aquaman estaba infiltrándose, con ayuda de la Liga de la Justicia, en Atlantis, para recuperar a la verdadera Mera (que recordemos, había sido secuestrada y suplantada por su hermana Siren). A su vez, la parte de Atlantis que se vio obligada a cambiar de plano hace tanto tiempo, está al borde del colapso, invadiendo poco a poco nuestra realidad.
La única manera de evitar que Thule reescriba nuestro mundo es destruirla, pero eso destruiría a su vez a todos los inocentes ciudadanos que una vez fueron de Atlantis.
Ante esta difícil encrucijada, Arthur deberá enfrentar a su propio reino y a sus más fieles súbditos, quienes deberán decidir entre confiar en su rey, o velar por Atlantis.
Por si eso no fuera suficiente, una vez salvado el problema de Thule, una nueva amenaza aparecerá para darle trabajo al joven Curry. Una misteriosa criatura que viaja por el agua comienza a asesinar brutalmente a varias personas sin aparente conexión. Las agentes del FBI Reagan Irving y Arni Ajar, recurrirán a él para que tanto gente de la superficie como de las profundidades logren parar los pies a la criatura a tiempo para que Mera (Aquawoman para los de la superficie) prepare una charla ante las Naciones Unidas.
¿Para qué? Pues para algo muy sencillo pero que ningún Atlante había pensado hasta ahora (¿quizás Arthur se ha inspirado al ver los ataques terroristas de Sonar en los últimos números de Green Lantern?): para reivindicar que su pueblo, aun viviendo bajo el mar, es parte de la especie humana, y que, por tanto, debe ser tratado como tal.
Con la preparación de la estación “Espuma de Mar”, la embajada de Atlantis, y ese monstruo suelto, Aquaman tendrá mucho trabajo que hacer en los cinco capítulos que ECC ha recopilado para nosotros en esta colección.
Resulta, cuanto menos, curioso que, estando DC preparando toda una nueva etapa editorial para que gente de todo el mundo y de todas las edades conozcan a sus personajes, Dan Abnett haya decidido hacer lo propio dentro de la propia serie: crear un acercamiento entre Aquaman y sus amigos de las profundidades y el pueblo llano de la superficie.
“Pero ¿el guionista no era Cullen Bunn? Si, mira, si hasta lo pone en la portada”. Si, efectivamente. Bunn se encarga de la parte del guión de todo lo que involucra Thule, Siren y esa historia de la que venimos hablando los últimos números. Tras eso, Abnett se convierte en el sucesor de la serie que potenció Geoff Johns al comienzo de los Nuevos 52.
Y la primera impresión que nos transmite es la de que sabe cómo hacer buenos personajes. Tanto es así que decide usar como carta de presentación un capítulo que se basa en nuestros amigos de las profundidades visitando por primera vez la Superficie. Pero no para una visita diplomática o para pelear, no. Para ir a una feria, comer algodón de azúcar y subirse a atracciones.
Esto nos permite ver nuevas facetas de personajes que ya conocíamos. A la vez, nos presenta (para que no falte la acción típica necesaria en todo cómic) a ese nuevo enemigo tan peculiar, que mata desde cualquier masa de agua.
Y automáticamente después, entran en escena las compañeras del FBI, un dúo de personajes tan cómico como interesante, con buena química entre ellas, y que permite que los lectores se sientan reflejados al cuestionarse muchas cosas sobre Aquaman, sus poderes, sus costumbres, e incluso hagan comentarios sobre lo poco que dejan a la imaginación “estéticamente bien” que les queda la ropa a los reyes atlantes (comentario que suponemos habitual en cualquier salón del cómic).
Su estancia como guionista no se verá truncada por el cambio de Renacimiento, pues, al menos por ahora, será Dan Abnett quien siga al mando de los guiones del Rey de los Mares.
