Ya está aquí la temporada 12 de una de las mejores series de animación, humor y espionaje. Su fórmula, con más de una década de vida, sigue fresca y funcionando a la perfección porque la serie hace lo que pocas: reírse de sí misma; y lo hace maravillosamente bien. Archer es, en este sentido, un personaje icónico: pocos como él han sabido trasladar la parodia al universo del espionaje con su elegancia. En estos años nos hemos reído con él pero, sobre todo, de él, en cuanto supone una hipérbole magna de todos esos clichés que tantas veces hemos visto y leído en novelas, series y películas.
Pero, más que Archer mismo, es su universo el que ha sabido construirse con suma inteligencia.
El que la agencia privada de espías para la que trabaja sea dirigida por su madre, una señora alcohólica y con ínfulas de madraza entregada a satisfacer permanentemente a su hijo, es otra genialidad. Es así como Archer siempre tiene un punto de tensión encargado de desmitificarlo, de deconstruirlo y de someterlo siempre a otros elementos de la narrativa totalmente distintos (y alejados) de sí mismo. Ya no se trata de que sea un espía mejor o peor, o de sus aventuras, sino de los deseos y la voluntad de su madre/jefa con respecto a él.
Otra genialidad es su eterna aspiración sexual, Lana. El socarrón distanciamiento de ella con respecto a él, y por tanto la (casi) permanente insatisfacción del deseo de Archer por llevársela a la cama, lo llevan a mostrarse frustrado y débil. En las antípodas del típico galán rompecorazones al que estábamos acostumbrados, sobre todo antes del 007 de Daniel Craig. Otro personaje femenino con poder que, también aquí, acaba sometiendo a Sterling Archer a sus designios; aun a pesar de los no pocos quebraderos de cabeza que tal tensión le supone a la pobre Lana.
El resto de secundarios aporta su grano de arena con personalidades sui generis de relevante valor narrativo. El carácter indómito de Pam, la inseguridad de Cyril, la excentricidad y el sentimentalismo solitario del doctor Krieger, el pijerío frío y distante de Cheryl, o la sofisticación y el amaneramiento de Ray. Todos ellos aportan, en algún momento de estas doce temporadas, un rasgo fundamental de su carácter a los capítulos de la serie; llevándola así por derroteros inexplorados, locos y terriblemente divertidos. Hasta el punto, incluso, de llegar a incluir nuevos personajes como podrían ser Barry, AJ, Roger…
Capítulos frescos, inteligentes y divertidos
En esta duodécima temporada, de hecho, Roger y su dinero parecen ser una solución momentánea a los problemas de recursos que siempre acompañan a la agencia; acrecentados ahora, además, por la competencia que le supone otra nueva empresa privada rival, la AII. En el peor momento para Archer además quién, aún no recuperado de sus tres años en coma, parece haber perdido su magia anterior. En este contexto, nuevas misiones alocadas se van desarrollando en ocho capítulos de veintitantos minutos que, a razón de dos nuevos por semana, podremos ir disfrutando en Movistar +.
La mejor serie de animación, humor y espías ha vuelto a las pantallas pequeñas. Una gran noticia para este otoño, hasta el momento, más inclinado a los grandes nombres que a los notables resultados audiovisuales. Con ‘Archer’ (Movistar +) recuperamos una serie tradicional que siempre entrega capítulos frescos, inteligentes y divertidos.