Los juegos de supervivencia multijugador siempre generan historias que contar. Quien haya jugado a SurviveZ, Rust, H1Z1 u otro de los múltiples exponentes que podemos encontrar en PC y consolas sabe que, con mucha frecuencia, se producen situaciones épicas en las que la línea entre la vida y la muerte se diluye y la colaboración con nuestro grupo de amigos se convierte en algo fundamental. Ser emboscados por un grupo de jugadores hostiles en una casa de dos pisos mientras buscamos suministros, dar caza a un jugador desprevenido, crear alianzas con jugadores desconocidos… Las sensaciones que llegan a producir estas situaciones no son fáciles de replicar en otros géneros y, en parte, eso es lo que provoca el gran éxito que están viviendo los juegos de este género.
Hace dos años, pocos días antes del lanzamiento de Jurassic World, los chicos de Studio Wildcard decidieron probar suerte con esta fórmula, pero aprovechando un elemento que, en ese momento, tenía muchísimo tirón: los dinosaurios. A.R.K. llegó a Steam en Acceso Anticipado con una propuesta clara por bandera: el objetivo del juego es sobrevivir en una isla repleta de dinosaurios y jugadores posiblemente hostiles mientras luchamos por crear nuestro propio asentamiento y mejorar a nuestro personaje.
Tras dos años de éxito continuo en Steam, que han servido para lanzar cientos de actualizaciones y parches que han ampliado el juego original y corregido múltiples problemas, el juego ha llegado en una versión definitiva —que continúa actualizándose y corrigiendo casi a diario— a PC, Xbox One y PlayStation 4. Ha llegado el momento de emular a Turok.
Una vez que empezamos a jugar, lo primero que tendremos que hacer será decidir si empezamos una partida en el modo individual o en uno de los múltiples servidores con los que cuenta el juego. El modo individual hace las veces de campo de prácticas y pruebas para los jugadores que nunca hayan probado el título o busquen una experiencia relajada en la que otros jugadores con malas intenciones puedan fastidiar la partida, pero el verdadero potencial de A.R.K: Survival Evolved es, sin duda alguna, su modo multijugador online.
Cuando empezamos a jugar, nos encontramos prácticamente desnudos y sin ningún tipo de arma en una isla paradisíaca llena de dinosaurios, animales salvajes y jugadores aún más salvajes y, como decíamos antes, nuestro principal objetivo es sobrevivir. Los primeros minutos del juego los dedicaremos a buscar madera con la que crearnos una lanza o un arco para defendernos y a crear una hoguera para no morir de frío, ya que aquí tendremos que tener muy presente la necesidad de comer, beber y resguardarnos de los climas extremos. Tras un primer par de horas en las que probablemente nos dedicaremos a intentar entender todo lo que vemos en pantalla, podremos empezar a crear un refugio en el que cobijarnos y, con el tiempo, cultivaremos nuestras propias verduras y hortalizas para garantizar nuestra supervivencia.
Como es lógico, la construcción de refugios, armas, armaduras y una multitud de grupos de objetos más, requieren de materiales y planos de fabricación —aquí llamados engramas— y, para conseguirlos, tendremos que explorar un terreno inmenso lleno de mazmorras y secretos. Aunque por la ambientación inicial en la que nos enfrentamos a dinosaurios armados con poco más que un arco pueda parecer que el juego está ambientado en una época ficticia del pasado, el juego aprovecha elementos de ciencia ficción para incorporar todo tipo de armas de fuego actuales y futuristas y armaduras con todo tipo de tecnología incorporada. De hecho, lo que empezará siendo un refugio construido con madera, podrá terminar siendo un complejo futurístico de gran tamaño con escudos de energía protegiéndolo. La evolución de nuestro equipo es tan orgánica, que en ningún momento sentiremos que, de repente, hemos pasado de estar equipados con una lanza a llevar un lanzamisiles. Todo va llegando en su justa medida, y cada recompensa se agradece hasta el extremo.
Salir del refugio significa tener que hacer frente a los múltiples peligros que acechan en la isla, pero, en realidad, podemos dividirlos en dos grupos: dinosaurios y jugadores. Studio Wildcard ha incluido decenas de dinosaurios distintos con sus propios patrones de comportamiento. Así, nos encontraremos con criaturas pacificas que solo buscan sobrevivir a auténticas máquinas de matar como el T-Rex, una bestia terrible e incansable que, durante las primeras horas de juego, nos atormentará hasta en nuestras pesadillas. Con el paso del tiempo y con la lógica mejora de nuestro avatar y la colaboración de otros jugadores, podremos dar caza al T-Rex y a cualquier otro dinosaurio que se cruce en nuestro camino, algo fundamental si queremos tener acceso a algunos de los materiales más valiosos para la construcción de nuevos objetos y mejoras.
Como se viene intuyendo durante todo el análisis, la colaboración con otros jugadores es primordial para sobrevivir y avanzar en la aventura que propone A.R.K. El juego cuenta con un sistema de chat convencional y, gracias a los sistemas de partidas de PlayStation 4 y Xbox One, es muy fácil invitar a un desconocido a explorar la isla junto a nosotros. Por supuesto, la mejor experiencia posible se consigue jugando con amigos a través del chat de voz, pero el juego pone suficientes herramientas delante del jugador para que este siempre tenga opciones de jugar en compañía.
A nivel técnico es donde, por ahora, nos hemos llevado más de un chasco. El popping, las caídas de frames, problemas en la Inteligencia Artificial enemiga y los bugs constantes se han convertido en la seña de identidad del juego durante estas primeras semanas. Por suerte, algunos de estos errores ya se han ido corrigiendo, pero el juego necesita un par de retoques antes de ofrecer una experiencia de juego plenamente funcional tanto en Xbox One como en PlayStation 4.
Dejando estos problemas a un lado, es digno de elogio ver como se ha trasladado el mundo de ARK a las consolas de Sony y Microsoft. El juego cuenta con un nivel de detalle extraordinario y algunos paisajes son dignos de pararse a contemplarnos y sacar una captura. La variedad de escenarios es bastante alta —teniendo en cuenta que nos encontramos en una isla, por supuesto— y algunas de las mazmorras tienen uno de los diseños más originales que hemos visto nunca en un MMORPG.
En lo que respecta al apartado sonoro, nos encontramos con una banda sonora variada con temas ambientales para los momentos de exploración y con otros frenéticos para los combates y los momentos de huida y máxima tensión. Además, el juego ha sido traducido al castellano, por lo que no habrá problemas en ese sentido a la hora de abordar el juego.
Conclusión
Que A.R.K. haya llegado a Xbox One y PlayStation 4 es una gran noticia. Para empezar, empieza a quedar claro que cada vez hay menos géneros aislados en una plataforma en concreto y, para seguir, este título ofrece a los jugadores una opción más en un reducido catálogo de MMORPGs para consola que ahora mismo domina The Elder Scrolls: Online y Final Fantasy XIV casi sin competencia.
La variedad de opciones, la gran cantidad de contenido y, sobre todo, lo divertido de su propuesta, lo convierten en un título muy a tener en cuenta por los fans del género. Eso sí, Studio Wildcard debe solucionar los bugs actuales del producto.