Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy es la secuela de Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout, lanzado en 2019. Se trata de la segunda aventura de Ryza en el hilo de la historia Secret, siendo el vigésimo segundo juego de la saga principal Atelier. Estos hechos ocurren tres años después de los acontecimientos de la primera entrega, no siendo necesario haber jugado a la anterior entrega, pero sí recomendable.
Durante la introducción se nos ofrece un poco de información acerca de Ryza y sus amigos. La verdad es que se quitan de problemas bastante rápido, y como menciono anteriormente es recomendable conocerlos. No es que no puedas disfrutar de esta entrega, pero el trasfondo y el carisma de los personajes es mayor si los conoces. Durante el juego en sí se profundiza bastante poco en el grupo, un aspecto algo tosco que puede ser chocante para algunos jugadores que esperan algo más de contexto.
De historia vamos justitos
Reisalin «Ryza» Stout se encuentra en el dilema de otros tantos habitantes. Si planea seguir con su formación alquímica, deberá abandonar su pueblo. Para progresar con sus dotes, Ryza se dirige a la capital, Ashra-am-Baird, para aprender nuevas recetas. En principio eso es todo, un cambio de aires para continuar aprendiendo alquimia, mucha exploración, combates y un lío alquímico interesante.
Durante el transcurso de Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy nos encontraremos con personajes ya conocidos además de los nuevos. Se profundizará en los misterios de las ruinas existentes y cómo reacciona nuestra joya a los templos. La importancia real del juego radica en la alquimia y el progreso en la fabricación, del cual hablaremos a continuación.
La alquimia que te trae de cabeza
Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy hace un uso interesante de su sistema de alquimia. Además de lo evidente que es el fabricar objetos y armas para la batalla, progresamos en nuestra historia gracias al tablón de peticiones. Para hacer alquimia necesitamos plantas y minerales que iremos recolectando a través de nuestras expediciones. La exploración es vital, ya que no tenemos un tiempo límite para hacer estas misiones de encargos. Los puzzles de alquimia están entrelazados con círculos que debemos rellenar con materiales.
Mientras algunos materiales son obligatorios, otros nos brindan ciertos bonus de los que podemos sacar provecho. Al principio esto es una locura, y dominarlo nos costará más de lo que pensamos; por suerte, los tutoriales y la opción de auto rellenar nos ayudará bastante. Y digo bastante porque aunque se puedan rellenar de manera automática, veremos el proceso por lo que nuestro ojo se acostumbrará a las acciones necesarias. Esta automatización se puede modificar según queramos objetos de alta o de baja calidad, para guardar los recursos más preciados.
Esta mecánica es la gran diferenciación con otros juegos de rol disponibles. Si bien es cierto que los nodos al principio pueden abrumar, si le cogemos el gusto es bastante adictivo, además de impredecible. El hecho de la aleatoriedad contribuye a que queramos continuar fabricando, a ver qué nos sale.
Pero para la alquimia necesitamos objetos
Y es que, en comparación con su anterior entrega, Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy es bastante más extenso. No se puede hablar de mundo abierto, por razones obvias, pero sí que es verdad que ahora podemos acceder a zonas más alejadas. Sobre todo, las zonas de buceo y escalada son las más enrevesadas para esconder objetos interesantes, y por lo general cualquier sitio donde no deberíamos de pasar. La recolección de estos ingredientes será una de nuestras prioridades, aunque siempre podemos explorar por el placer de la exploración.
Además de deambular por los mapas, también podremos enfrentarnos a bestias en combate. Estos combates siguen siendo híbridos, por turnos pero sin pausar el tiempo mientras tomamos decisiones. Habrá a quien le guste más y a quien le guste menos, personalmente soy más de lo clásico pero me adapto con facilidad. Además, sigiuendo en la línea del anterior no cuesta demasiado acostumbrarse.
¿Y qué hacemos en los combates?
Pues los combates son algo bastante interesante, sobre todo cuando aprendemos a utilizar los combos de una manera fluida. A la hora de defender podremos hacerlo en el momento exacto del ataque, y no con un simple comando y a esperar el golpe. Gracias a la colaboración, podemos rellenar una barra de energía común para lograr lanzar habilidades especiales, algo vital en los combates. También podemos cambiar de personaje para ir probando todas las variantes de batalla, así que podemos entretenernos entre todas las opciones.
En la parte negativa, apenas varía de la anterior entrega (obviamente no iba a tener un formato distinto, pero se notan pocas mejoras). Si a eso le juntamos que los enemigos son algo escasos en su variedad y que podemos casi automatizar los encuentros, estaremos deseando encontrarnos con algún jefe. Esto hace que optemos por pasar de los enemigos normales a veces, ya sea por pesadez, aburrimiento o por rapidez.
Pero tendrá mazmorras, ¿no?
Obviamente existen en Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy, igual que existían en su antecesor. Ahora contamos con puzzles distintos, además de tener que luchar (o sortear) los enemigos que pululan por el lugar. Por el camino iremos recogiendo memorias, desbloqueando así trozos de historias que amenizan el viaje. Este camino mazmorrero nos hará conseguir recetas nuevas, conseguir recursos para la alquimia y además descubrir nuevos templos.
Pongámonos técnicos
Si volvemos la vista atrás, el cambio gráfico no es muy notable, respetando el aspecto pero mejorando ciertos aspectos. El salto gráfico fue de Lulua a Ryza, y tiene sentido que Atelier Ryza 2: Lost Legends and the Secret Fairy mantenga unos estándares similares a los de su primera entrega. El juego es bonito de ver aunque no despunte por una calidad extrema, algo que sobre todo apreciamos en sitios abiertos (las mazmorras son algo monótonas). El problema de los tiempos de carga da que pensar, pero no todos los estudios gozan de las mismas oportunidades para renovar su arquitectura.
Algo que nos choca es la pobreza de las sombras, sobre todo cuando piensas en el tiempo que se invertiría en otros aspectos como los cambios de clima. Obviamente su apartado sonoro sigue siendo uno de los pilares básicos, una delicia para los más puristas. Las voces vienen dobladas en japonés mientras que los textos vienen en inglés (da mucho que pensar que todavía no se invierta en buenas localizaciones. No sé si es mejor eso que un español de traductor automático).
Conclusiones
Volvemos a manejar a Ryza, con pocas variantes respecto a su antecesor. La importancia de la alquimia y la recolección de material choca junto a unos combates repetitivos. Una banda sonora genial nos acompañará mientras exploramos escenarios muy extensos. Aunque la historia no sea muy allá, la dinámica de juego acaba por enganchar, y como alternativa al rol más típico no defrauda.
Recordamos que Ryza tiene un Nendoroid disponible a la venta.